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BLANCO Y NEGRO MADRID 24-03-1935 página 210
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BLANCO Y NEGRO MADRID 24-03-1935 página 210

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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64 EL BAIL. VKIX MUNDANO Es algo m ás profundo: nuestra manera de de Gilberto y de su hermana, él con su arresentir respecto ai fondo mismo de la vida. pentimiento, ella, con la anulación de su Tiene honor, tiene g- enerosidad. Ha hecho amor, atestiguaba en ellos el vigor de alma la guerra con bra %ii ra; pero j qué indig- encia adquirido en el hogar paterno. Habrían pomoral en el recuerdo que de ella conserva! dido luchar contra tal disciplina; pero la Eso es io que he acabado por advertir clara- recibieron con su sangre- bien lo había dimente. ¿Qué ha sido la tal e r r a para él? cho Renata- y se surnaban a ella, desde el Un accidente heroico, nada más. Para los fondo mismo de su ser, a raíz de la primera hombres de la raza de mi padre, de esa raza prueba magna. Jafíeux, que era tradicionacuya ano: re. llevo en las venas, batirse es lista hallaba en esto una confirmación de servir. Para el que ha escrito esa carta, ba- la gran verdad social quealhubo de desconoaspiró unir tirse ha constituido sólo una aventura exal- cer cuando que fuéa Au. gustohijo del gozador parisiense Beurtín y a la tadora. Echa de menos su excitación. No re- hija del coronel Favy. Un matrimonio feliz flexiona: He servido de un modo. ¿De qué requiere identidad moral de familias, y Reotro modo voy a servir? j P o r qiié? Por- nata señaló, con mucha exactitud y muy trisque servir implica un don de sí mismo, del temente, el punto divisorio entre ella y Pecual él no e capaz, en el cual no piensa si- dro Estéfano cuando condenaba en él la aboquiera... lición del sentido del servicio. Se detuvo. ¿No sirponía, ¡ay! otra maSí, más valía que se hubiera marchado lenera de lanzar el grito de que se avergonzaba, aquel que me amara desesprerado? jos y que ella no volviera a verle, pues nunca nacería tal sentido del servicio en aquel Luego añadió con firmeza: He examinado con atención esa verdad de soldado de la gran guerra, ya que no se lo su carácter. ¡Le veía tan claro! Para su inspiró esta guerra y los cuatro años terrisuerte de hoy imaginaba razones muy dife- bles no se le antojaban sino un accidente rentes, un pasado novelesco, desgracias, de heroico i Qué definición tan profunda la familia en las cuales había sido una víctima que formuló la desengañada y qué resonancia despertal a su frase en la inteligenpropiciatoria, el sacrificio de su fortuna c 3 n cia y en el corazón del abogado I ¡Cuánobjeto de pagar deudas paternas, i qué sé tas veces, desde la victoria, hubo de inyo? Gracias, señor Jaífeux, por haberme quietar su patriotismo la mentalidad de ayudado a salir de ese espejismo, y gracias las generaciones salidas de ia hoguera! también por el ensueño a que se había en- Aquel estado de alma que la muchacha se treeado usted pensando en mí cuando adi- espantaba de encontrar en el herido de Vervinó mi locura. Lo era. No diré que estoy dún convertido en bailarín de un palace. curada de dlla todavía... ¡qué dolorosa son- ¿sería una particularidad de éste, o bien, serisa acompañaba esta declaración! -Pero gún afirmaba el propio ex peludo hatendré ánimos, porque yo sí sé servir... -y bría de conceptuarlo un caso entre mucon un ademán designaba a su hermano y a chos otros de una enfermedad que amenasu madre, que desembocaban por la galería zaba con propagarse por todo el país; de del hotel- para cuidarla a ella, para ampa- una imposibilidad para readaptarse a la virar a Gilberto, puesto que es tan débil. He da normal? estado a punto de perder últimamente esa Después de replegar su pen, samiento sobre noción de mis deberes. Era demasiado dulce esta luz, demasiado hermosa esta vegeta- su propia persona, Jaffeux se sorprendió ción, demasiado encantadores estos horizon- diciendo a media voz: Tiene razón esa nites, y la novela que me forjé de su destino ña. También a raí acaba de dictarme mi deme interesal demasiado... Ya se ha con- ber. Es preciso servir, y ello puede hacerse a cualquier edad. Por el momento, no está en ckiído. mi mano nada que beneficie a Pedro EstéJaífeux repetía las frases a joven fano. Mi servicio, después de su robo, consiguiendo con la vista aquellas tres siluetas sistía en devolverle lo que con tanta exactitud ue a la sazón se alejaban con paso apaci- llama el sobresalto del honor. Se lo devolble. Y he aquí que para él se revestían de un ví. Cumpla ahora su destino con arreglo a valor simbólico los episodios de aquellos es- su criterio. De seguro nos veremos aún. casos días, la existencia actual de su anti- Más tarde querrá explicarse otra vez ante guo secretario. Claro que el oficio del po- el único testigo de tcxla su vida que le cubre bailarín mundano conforme se llama- po en suerte. Quizá entonces pueda ayudarba a sí mismo patéticamente Neyrial, no era le de nuevo, aunque con otro servicio más más que la paradoja excéntrica de un mu- general que no me es privativo. El nuestro, clsacho de buena faníilia, descarriado por el de o. s mayores, si verdaderamente hav una primera falta: pero en el modo con q w muchos jóvenes como ese: mantener dentro adoptaba semejante oficio aquel hijo de un del medio en que evolucionamos un tonus padre indieno y de una madre nobilísima, con moral, impedir a todo trance que, para tanta probidad a la par que con tanta lige- Francia, como para las demás naciones, no reza, se manifiestan las dos herencias con- havan sido esos cuatro años de guerra sino tradictorias transmitidas por sus ascend en- un c dente heroico. Procuraré no dejar de tes. Todo lo contrario, ia rectificación súbita realizarlo. W I N

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