BLANCO Y NEGRO MADRID 17-03-1935 página 159

Combos y Eckhardt, que. en reali bd, ya no encabeza un partido oposicionista, sino un partido que colaborará lógicamente con el jefe del Gobierno. En cuanto a la actitud del conde Bethlen, es todavía una incósTíita cuando redactamos este comentario, s a o sabemos que desaprueba la celebración de nuevas elecciones, que de ninguna manera pueden serle favorables. En algunos circuios hasta se cree saber que Bethlen se separará con su grupo del partido de unión nacional y entrará en la oposición. Es probable, sin embargo, que no le sigan muchos diputados, porque en un país donde el sufragio no es secretó, los candidatos tienen interés en estar en buenas relaciones con el ministerio del Interior. Además, si el conde Bethlen tiene grandes méritos en el terreno de la consolidación de la situación interior, muy comprometida por la revolución, la dictadura proletaria y la contrarrevolución blanca; si ha sabido sanear al país de su aislanñento diplomático, en el terreno financiero su actuación ha sido menos afortunada. Llevado por un optimismo que ha resultado excesivo, el Gabinete Bethlen ha contraído crecidas deudas en el exterior, que, con la baja del precio dé los productos agrícolas; es decir, con la tan pronunciada disminución de los ingresos, se han convertido forzosamente en créditos congelados. En diez años de Poder se contraen muchas enemistades. No hay duda de que la coalición electoral obtendrá gran mayoría. Combos no sólo va a colaborar con el partido de los agricultores modestos, sino también con el cristiano- social, que ha cooperado lealmente con el partido de la unión nacional. El partido cristiano- social representa los intereses de la burguesía urbana, de los artesanos, empleados, tenderos; de aquella clase media que se ve amenazada en su propia existencia por la doble presión del socialismo y del capitalismo internacional. La coalición ministerial será, pues, defensora de los intereses de la clase media de la ciudad y del campo, la misma que dio fuerza al fascismo y al nacional- socialismo. BE. OONOS BBTai EK EK PRESIDENTE DBt. OONSBÍO HCKGABO. (FOTO PKBK SA ESPAJ CMLA) La política exterior. y podemos añadir: la clase más nacional. La aristocracia y el capital tienen sus ramificaciones internacionales, lo mismo que el socialismo. Un aristócrata, un capitalista, un intelectual, conocedor del mundo exterior, s ente mayor comprensión por la necesidad de la cooperación internacional que el pequeño burgués. No es por pura casualidad, por consiguiente, ni por rivalidad personal, por lo que, en el terreno de la revisión, el conde Betíhlen se mestra más moderado que Combos y Ecldiardí. Aunque es probable que bajo la presión de las necesidades económicas, el Gobierno que se forme después de las elecciones, también se muestre dispuesto a dejar a un lado el pro- bléma dé la revisión de fronteras y a colaborar en asuntos materiales con los tres países de la Pequeña Entente. Se dice que Gombos, Eckhardt y Wolff (jefe de los cristiano- sociales) son germanóñlos. Hungría, adversaria de la Pequeña Entente, no podía orientarse hacia Francia, protectora de ésta. Para salir de su aislamiento, tenía que mirar hacia las grandes potencias, cuyas relaciones con Francia y la Pequeña Entente no fuesen muy buenas; es decir, hacia Italia y Alemania. Pero desde el viaje de Laval a Roma las relaciones ítalo- francesas han cambiado mucho. Ya están unidas otra vez las potencias que en 1915 ctítcbaúan a los Imperios centríiles. Hungría mira, por consiguiente, hacia Berlín, tanto más cuanto que las simpatías entre Hungría y Polonia son grandes desde, hace varios siglos y hoy la