BLANCO Y NEGRO MADRID 10-03-1935 página 189
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página189
- Fecha de publicación10/03/1935
- ID0005178934
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forma de animal, no s halla in renim nntitra, de modo que 1 debemos tener por quimera. Es el Basilisco una serpiente luenga de un palmo, y algün tanto roja, la cual tiene encima de la cabeza tres puntas de carné ün poquito elevadas: y en derredor dellas un blanco circulo, a la manera de una corona: por razón del cual le llamaron Basilisco los griegos, y régulo los latinos, que quiere decir reyezuelo. Nace y hállase muy frecuente en la regiñn Cyrenaica esta fiera, cuya malignidad es de tanta eficacia, que con su ressoHo corrompe todas las plantas por donde pasa, y con su silbo extermina a las otras fieras. Hste pues no solamente mordiendo, empero también mirando (sefrún arriba diximos) suele ser pestljente y mortífero. Tiene la mesma facultad de matar la llamada Catoblepa, que describe plinio en el Cap. xxj. del lib. viij. (H) Gente de hopalandas; aquí Fabia refiérese a estudiantes, curiales, clerecía y personas que, ixjr su condición social y trajes graves, deberían ser las menos indicadas par a tales tratos. La hopaianda era a modo de faída amplia, utiil! ada por letrados en actos solemnes. (12) Es el alcanfor una goma llamada de los latinos caphiirtt y de los árabes aim- piutra... dice el que fué sabio médico del papa Julio II, y aparte de sus propiedades medicinales, advierte que métese en los afeites para dar gracia y tez a la cara EH solimán, que es cloruro de mercurio, en cambio, le hace prorrumpir en estas justitlcadas frases de indignación: Del solimán se prepara una muy famosa suerte de afeite, llamada Solimán adobado. El c u a r tiene tanta excelencia, que las mujeres. que a menudo con él se afeitan, aunque sean de pocos años, presto se toman vieja con tinos gestillos de monas arrugados y consumidos, y antes que les cargue ía edad, tlen ljlan las cuitadillas como aJsiK- adas... y prosigue señalando c 6 mo quema l a o i r n e ennegrece los dientes y hasta sus efectos pasan a Tos desceiidiente de las que utaizaban este producto. (13) IfOS ferias de Medina del Campo, que eran tres en el año, hubieron de tener tan gran prestigio, que es fama eran el emporio comercial de España. Las tropas imperiales hicieron objeto de un terrible incendio a esta ciudad, que se defendió heroicamente, por haberse negado a entreg a r la a r e n e r í a destinada a batir a los comuneros de Segovia. Esto arruinfi a Medina y aoclerO la decadencia de s- renombradas ferias. (14) Moscatel; que jse enfada fácilmente, quisquilloso, r íceloso. Hoy mismo es un vulgarismo análogo el estar mosfíaí (15) Como en la nota (S empico de la foriija contracta vaüs, por vayáis. (16) íiuiej- e jJecír í e e- s- a a- vestir su suñor con traje de noche, que era entonces distinto del de día, como aun hoy lo es para actos de cierto respeto. (17) Notable y extendida superstición la de atribuü- virtud a ia muela o diente do un difunto. Quevedo, en aquel Suceso que aunque parece cx) nseja fué verdadero donde, por cierto, rnnta una tercera, hermana en habilidades de l -abia, que no era Celestina- -que para ella s poco: -érase ella misma, -en quien cabe to lo también usaba de ese amuleto, pues el- amortajar muertos- -Je valió un tesoro- -de dientes y muelas, -que guardó en un hoyo. (18) En esto versos cuchilladas y lanzada -dio a los toros como nn Héctor acaso flotaba en el recuerdo de Lope un ept. sodio homérico, pero el protagónLsta no es Héctor. Be trata de la pasajera locura de Ayax, que en (in noche, creyendo matar a los Atridas y otros Wíyes por los que se cree ofendiido, acuchilla a los torí 3 y rebaflos que guardaba como botín el jército La acción del Ayax, do SófoHes, se inicia cuando pa. sfida la noche de obcecación, poco a poco, welva la realidad a mostrarle que lo que creyó venganza terrible no pasó de una n atanza de rese. s acunas. (19) Precio: así se llamaba la recompensa que sse ofrecía al venceilor de un torneo, juego de sortija o fiesta, y que éste, a- su vez, solfa regalar a una dama. Treinta, nada menos, hubo de g anar D. Alonso, según Fabia. (20) Fabia, que, como se ve, estaba fuerte en leyendas de la Grecia heroica, desea que don Alonso tenga meúor fin que Adonis, pues éste feneció por la ira de Marte, quien, convertido en jabalí, mató a su rival preferido por Venus. (21) Bl Dr. Laguna describe así a la salamandra, y, como se verá, no está, muy lejos de la vulgar creencia i e suponerla viviendo en las Uama. s. I a salamandra se parece, en su figura, no poco a la lagartija, salvo que tiene, el vientre más aiicho, la cola más corta, la cabeza muy machucada, y el cuero todo manchado, y cuasi lleno de estrellas. Del resto, su complexión es tan fría, que echada sobre el fuego, si es pequeño le mata, ni más ni menos que lá n ¡e 6 o el yelo: de do vinieron a ijersuadirse conmnmente los hombres, que la Salamandra so on. servaba en las llamas y se mantenía dellas: lo cual es falso pues consta, por experiencia, que si la constriñen a estar mucho tiempo sobre las brasas, a la fin se muere, y se quema. (22) Esta frase es versión distinta o reminiscencia de un refrán castellano que yo conozco así: Cada gallo canta en f, u gallinero bien es cierto que tiene una segunda paite: y el español, en el suyo y en el ajeno. (33) Arlequín, según el Diccionario llamado de Autoridades, es aprendiz y como criado del volatín que da vueltas y salta en la maroma. Viene a ser como el (gracioso que hace el pape de que no sabe en aquel juego o representación. Díjose Arlequín de cierto bufón del teatro francés de este nombre. Covarrnbias dice que, es corrupcíór de Arnoquln. (24) Sin querer vienen a la memoria aquellos versos de la festiva composición que Baltasar del Alcázar dedicara al jamón, las berengenas con queso y a cierta Inés: Quien tuvo en nit tal poder- -que me faizo aborrecer- -todo lo que n o era Inés (25) Xóinliranse a conUnuación a los más interesantes personaacs de la Celestina, que tan presente tuvo Li i) e para dibujar el tipo de Fabia. (ífi) Coinotüdísinia es la leyenda del ave fénix, que, quemándose, renace en sus cenizas. lias alusiones al ave fénix eran lugar tan común y resobado de poetas y poetastros de toda laya, que Vélez de Guevara, en su maravilloso Diablo Coj neto, incluye en las Premátícas y ordenanzas que se han de guardar en la Ingeniosa Academia Sevillana desde hoy en adelante este intencionado Itern, por cuanto celebraron el fénix en la academia, pasada en