BLANCO Y NEGRO MADRID 24-02-1935 página 208

LARACHE Y ALCÁZAR UNA ASPIRACIÓN Por R. DE CÓRDOBA ARACHE no ha perdido la fisonomía castrense adquirida, a través de muchos siglos, por instinto de conservación, por necesidades de defensa contra ataques de piratas y contra agresiones de tribus del interior. Todavía se muestra amurallada, todavía ostenta los penachos bélicos de sus castillos y torreones, y aún asoma, en plataformas y aspilleras, los negros hocicos de las baterías que antaño. vomitaran muertes y destrucciones y que hogaño, dichosamente, se limitan a tronar en salvas reglamentarias: amansados, reducidos a domesticidad, los lobos se han convertido en fieles mastines guardadores de la hacienda. Como algunas ciudatles andaluzas, Larache no ha jogrado despojarse de su aparato l élico, conipletamente inútil en la actualidad y opuesto de todo en todo al espíritu pacifico de sus habitantes. La ciudad, del mismo raotlo que los cañones que la guarnecen, se ha amansado por LEGITIMA L obra y gracia dé la ijnfluencia de Estaña en el ejercicio de sus funciones de Protectorado. Y esa influencia bienhechora arram; a desde hace un cuarto d. e siglo, desde ue el gran patriota y malaventurado general Fernández Silvestre- -entonces teniente coronel, -revelándose como caudillo y diplomático y empleando alternativamente la fuerza de las armas y las artes suasorias de una política de atracción, derrota y desterata a las hór las rebeldes de Yebaía y ocupa, con escaso sacrificio de hombres y de dinero, una extensión de territorio superior a l. soo kilómetros cuadrados, en la zona de costa convprendida entre Tánger, por el Norte, y el Protectorado francés, por el Sur. Pero el triunfo, el triunfo indiscutible del heroico general Silvestre, la conquista espiritual de I rache, se logró merced al establecimiento de normas de atracción. Los indígenas se encontraron gratamente sorprendidos con el interés que Esptaña les ma- El. PINTORESCO ZOCO OK JJA ALCAICKRIA EN LA PARTE ANTIGU. I DE LARACHE. (POTO FERRICK)