BLANCO Y NEGRO MADRID 24-02-1935 página 122

a aprender la técnica del teatro. Tres de sus intentos, El agente secreto. La sonrisa de Ana y Un día más, acaban de publicarse en n volumen. Tienen el ambiente de todas sus noveáas, pero eso es todo. Ni siquiera empiezan a ser obras teatrales. Conrad era un hombre muy susceptible, y le molestó la drítica franca con que fué a c o r d ó El Agente secreto cuando se estrenó en el Ambassadors el año 1922. El por qué de su resentimiento, no pude nunca sabenlo o comprenderlo. En todo lo que alcanza mi memoria recuerdo que ilas críticas no tendíain a otra cosa que a ayudar a Conrad a convertirse en un dramaturg- o tan bueno como buen novelista era, y se tomaron el trabajo de decirle y sentarle Jos defectos de la obra. John Gajlswortiiy, amigo personal de Conrad, leyó ía comedia en ias cuartllla originales y, -segiín me dijo más tarde, insistió repetidas veces ante Conrad en lo defectos de la obra; pero e! leal consejo disgustó al famoso novelista. C Wno e! arzobispo del Gil Blas, lo que quería, al parecer, eran loas y no críticas. Recomiendo este volumen a la atención de mis lectores. porque contiene los más daros ejemplos ík mai arte comediógrafo en que he visto en los días de mi vida. El acto segundo df Agente secreto, y particularmente la escena primera, ocupan un espacio enorme v su interés es redutíidísimo. No se desarrolla la trama, ni hay allí nada que no pueda reemplazarse con una frase o dos en alguna otra escena. Es corriente, en Sos novelistatque escriben comedias, el derroche de tiem- p o s ESTRESSrOS OEN MADRID. MARÍA FEKNAN A lAD- BON r B! GTJTEV- K. 4. Y KAPAKI. R I V E I Ü S Elf UITA BSCBItA DE AMPAItt HISTOÍllá, ASÍiECDOTiCA DEL SIGLO X I X -OB lOAQUCH IVICBSTA T MASU. GMAU A A, EBTKiaSiAI A OOÍí F E L I d S l k o ÉXITO E N ED TEATIBO PONTAXBA. (PPTO D t j a ü