BLANCO Y NEGRO MADRID 17-02-1935 página 209

TOM. S, BOKR. S cambiando el compás; en cuy os o. r- salnios que los políticos opinasen. Un año presenpedían el castigo del cielo de los anabaptistas tándo. se Panfilo I, con su séquito, que Ixaj ara el representante de una Monarqtja tni- cj ia cada diez segundos inclinaciones d e 45 (licional católica. Los blancos invadieron las grados, recorriendo avenidas y calles entre iglesias, y, a puñetazos, sometieron a los wc- él gentío que se vestía de fiesta para ver a fíros a! horrible suplicio de aprenderse de stt rey... ¡H a l a! ¡Hala! Los salones de memoria sus propios sermones. Formáronse- ostras, en invierno, y de clamp, en verano, varias sociedades panfiiistas: de carácter atiborraban el estómago y subvencionaban la económico; de auxilio y aniista l, titulada caja del fundador de la dinastía, para ad Doce Pares y- otra, secreta, para velar quirir así la parrcKjuia más selecta; los pespor la moral monárquica: Ínkisitíon- Kla- cadores le hicieron su presidente honorario, K ¡a- K! ú. y hubo de fallar difíciles. concursos, cuyos Fué ei instante psicpk gíco aprovechado protagonista eran el salmón y el cangrejo; por el Niágara- tíank. Lanzó acciones por cada uvek- ead se subastaba por el secretario, cincuenta millones le dijlares para edificar y Su Majestad acudía puntualmente el sáun palacio digno del reV, cuyas acciones se bado al biingaloni del bosque, a montar po- tros en pelo y giiisar por sí mismo con la agotaron en unos minutos. El amor cercaba a Panfilo de Narváez y mescolanza de chicas y chicos que se perpretendía arrebatar para si, egoístamente, su dían todos exactamente a las iete de la tarescnltórica persona. Un empleado especial de y aparecían de madrugada contando cuencontesta! a las cartas cuando se acompaña- tos de ladrones; o bien a orilla. s de los laba sello para la respuesta y quinientos dó gos, donde Panfilo paseaba en piragua a adolares. Las mujeres arreciaban cada día en lescentes vestidas A lo vaporoso con tules sus proposiciones, y todas dtvid íanse en dos rosa o malva. Vio todos los museos acomgrandes grupos: cuantas halji an cumplido los pañado de sus directores, y adquirió imtreinta y cinco años mostrábanse románti- portantes conocimientos acerca de la forma ca sensibles y sensibilizadas, envueltas en- que daban al calzado los indios cachúes y teramente en halo ¡poético: Tu amor me ha- a la escritura trenzada en los cestos de los ría morir do delicja, pero prefiero morir papalones; poisó para todos los pintores y así, contemplando tu lánguida y arrobadora para todas las escqltoras, que le hicieron busmirada. sintíetKlo tus besos y el calor de tu tos en piedra, en metal y en aziícar; tuvo voz, ue seguir viviendo sin ti una existen- qué asistir cada quince días a un Club fecia ue me será otiiosa. Amado mío, una menino, donde las mujeres enseñaban, aí palabra, y seré tuya aunque después me or- sentar. se, unas piernas muy musculadas, y al denes perecer Las chicas de dieciséis a hal lar olían a ese tabaco que huele a higos; veinticinco años tenían otro estilo: Quán- patinó sobre el hielo; hizo 6.260 saques de philo, o como se escriba tu notnbre: me honor en el bassc- bal! y autorizó para que gustas. Tengo sei. scientos mil de dote. ¿Quie- arbitraran en su nombre 187.247 partidos de res casarte conmigo? Podemos fijar tam- iennis; a casi 30 partidos cada veinticuatro bién la fecha del divorcio si eso de toda horas. En cuanto a lojs conciertos, Panfilo la vida te asusta. O si no quieres casarte, escachó fragmentos de toda la producción potlenios hacer un viaje a las islas del Pa- germana, esjañola, italiana y francesa, descífico. Cuenta mía ios gasíos y cien mil de de la invención de la flauta por el dios Pan iíKlenmización. Ahí va mí foto. Verás que hasta el descubrimiento de la cajita china -oy una belleza cien por cien. Mis medidas: por el ¡asz. En los zoo echó de comer ai los altura, tanto: cintura, tanto; mt slos, tanto, i elefantes los sombreros de sus amigos, lo Garantizada la inocencia. Postdata: ¿Qué j cual divirtió mucho a los guardas; fué a los goma ¡e mascar usas? j Luna- Park y subió a todas las ruedas Boom... Hala! ¡Hala! L n año reco- tío- vh os, montañas rasas y desslizadores, rriendo ios Estados Unidos del Atlántico al conipletándose así su fama de demócrata- El Pacifico, del Canadá a Méjico: un año con elevateá. el siibzvay. los ómn 3) us, los taxis. el guante en la mano derecha (él de la izj- acarreaban muchedumbres entusiastas a los quierdaya no se fabrical sonrieiido, son- sitios doiíde se sospechaba que podía estar riendo, sonriendo siempre: bañándose en las Panfilo I, y las Sociedades de transportes le piscinas elegantcís; ofreciéndose a los obfe- subvencionaron con tal de que se desplazara tivos de ¡as máquinas fotográficas de diez a diario varias veces en dirección a los (redólares para aficionados; descubriendo mo- versos puntos cardinales. numentos a filántropos protestantes; visitando cementerios de perros; oyendo confeP o r fin, la Historical Socíetv después rencias en las Sociedades higienistas para de violentáis discusiones, acordó, por sesenta í eparar la nicotina del tabaco... ü i i año en- votos cpntra uno, admitir en sn seno a Pantre arrullos de doctoras con lentes, casi to- filo en Narváez, en sn calidad de represendas poetizas y muñecas inMpidas de la bue- tante de? la historia viva. Apoyándose en ía na sociedad. Los políticos vigilaban. Cada autoridad del indiscutible Centro científico, partido guardaba su opinión, sin arriesgarse se formó un partido popular, cuyo programa A manifestaciones imprudentes para jugar se sintetizaba en este punto: Mánquilo de! a carta en el momento decisivo; un año sin Lobaz, debe reinar A inutación de! a