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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-02-1935 página 62
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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-02-1935 página 62

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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de Reyes indica que no es sino una especie de prinms inter pares, el más importante entre los reyes etiopes. Los reyezuelos de las diversas regiones son unos señores feudales qu disponen de propias fuerzas armadas y no siempre obedecen al negus. En cuanto a su poderío, tampoco se extiende a la totalidad del territorio en que gobiernan, puesto que son numerosas las tribus que siguen a sus propios jefes. Asi, por ejemplo, hace unas semanas dos tribus hicieron incursión en la Somalia francesa (Djibuti) y degollaron bárbaramente un pequeño destacamento de soldados coloniales franceses, mandado por un alto funcionario. ¿Qué hubiera podido hacer Francia? ¿Enviar una protesta al Gobierno de AddisAbeba? Huíbitera sido un gesto ineficaz. Cuando se trata de Etiopía, hay que tener siempre en cuenta que no es ui Estado en el sentido moderno y occidental. Lo único que se puede hacer es organizar la defensa de los territorios que se extienden en la vecindad de Abisinia, repeler las agresiones y castigar a los agresores, sin preocuparse del Derecho internacional ni de los usos diplomáticos entre países civilizados. Pero- -diráse- -Abisinia forma parte de la Sociedad de Naciones. Cierto, pero ello es una equivocación. Un país cuyo poder central no puede evitar las agresiones contra los vecinos; un país en que todavía perdura la esclavitud, no deberla pertenecer a la comunidad de los Estados con derechos soberanos- La modernización de Etiopia, emprendida por Haile Selassie I, es todavía muy superficial. Tan sólo se manifiesta mediante unas aldeas de Potemkin es decir, mediante unas instituciones artificialmente creadas o imitadas, pero que no han conseguido cambiar la esencia del atrasado país. Etiopía ha logrado conservar su independencia gracias a s, u posición geográfica. Situada en una meseta muy elevada, se parece algo al Tibet. Las provincias de Marrar y Ogaden, que bajan hacia el océano Indico, hacia las tres Somalias (la francesa, la inglesa y la italiana) no forman parte de la Abisinia propiamente dicha y hace solamente medio siglo que fueron conquistadas por ésta. Ni como clima ni como paisaje, carácter étnico, religión o idioma se parecen al altiplano etíope. Sobre todo el Ogaden se halla tan apartado del centro del país que el Gobierno de Addis- Abeba ni siquiera se ha tomado, hasta la fecha, la molestia de fijar sus fronteras con la Somalia italiana. Se discute todavía si la región de Ualual pertenece al uno o al otro de los dos países. Y la discusión no gira alrededor de unos pocos kilómetros, sino que está en litigio un vasto territorio de unas. cien millas. Los italianos estiman que Ualual forma parte del Sultanato de Obbia y éste de Somalia. Además, desde hace varios años los pozos de Ualual- -tan importantes en aquella región seca y casi desierta- -están ocupados por un destacamento de tropas coloniales italianas, sin que AddisAbeba haya protestado. Cuando escribimos este comentario, hay un movimiento de tropas italianas hacia los puertos del Sur, aunque ningún regimiento haya salido de la Península. Es posible que el Gobierno etíope dé satisfacción a las demandas de Roma y el conflicto armado pueda evitarse. Pero aunque estalle una guerra, ésta tendrá más bien un aspecto colonial, sin que surja un conflicto internacional. Hace unos años, el peligro hubiera sido mayor, puesto que Francia era todavía rival de Italia; pero desde los acuerdos de Roma y la mencionada incursión etíope en Diibutí, ha cambiado la actitud de París. Si Italia actúa en el Sudeste de Etiopía, lo hará con el consentimiento- -o cuando menos con la neutralidad benévola- -de Francia e Inglaterra. Todo indica que se podrán evitar complicaciones diplomáticasSegún las últimas noticias, aunmentan las probabilidades de una solución pacífica del incidente. Addis- Abeba sabe que en una lucha contra Italia no podría contar con la ayuda de ninguna potencia. Inglaterra sólo se preocupa de la integridad de sus colonias vecinas de Etiopía y ante todo de que las aguas del lago Tsana no se malgasten y que sigan sirviendo para fomentar las plantaciones de algodón del Sudán. En cuanto a Francia, los acuerdos de Roma dan participación a Italia en la explotación del ferrocarril- -el único de Abisinia- que une el puerto de Djibuti con Addis- Abeba. Se ha hablado mucho de un acuerdo entre Etiopía y el Japón, a pesar de la enorme distancia que separa a ambos países. Ciertos, ambientes nipones gustan de erigirse en heraldos- de los pueblos exóticos en su lucha contra el imperialismo blanco; además, Abisinia puede servir de mercado para los productos baratos del Japón. No nos pareoe improbable que exista ya cierta penetración económica japonesa en Abisinia y que Addis- Abeba tenga menos desconfianza de Tokio que de las grandes potencias occidentales. Todo esto puede ser verdad; sin embargo, no se puede contar, ni remotamente, con una intervención militar japonesa en favor de Etiopia, a pesar de que la actitud chinófila de Mussolini haya producido algún disgusto entre los nipones. Como se ve, Abisinia se encuentra diplomáticamente aislada, lo que basta para explicar su moderación en las últimas conversaciones entre su encargado de Negocios de Roma y el- brazo derecho del duce: el- subsecretario de Negocios Extranjeros. Fulvio Suvich. Con cada hora que pasa aumentan las esperanzas en una solución pacífica del incidente.

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