Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
BLANCO Y NEGRO MADRID 03-02-1935 página 188
BLANCO Y NEGRO MADRID 03-02-1935 página 188
Ir a detalle de periódico

BLANCO Y NEGRO MADRID 03-02-1935 página 188

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página188
Más información

Descripción

I. A MSX ne. YU AN HEE SEK l a niebla de la calle, cada vez más inteusaf me dñíá. s si te confesara que estoy seguro de tragóse bomberos y canción, liasta que el nio- run fiuc! o ¡iie contienen esas cajas es opio? -i Opio I: pero, i por tiaé tviar drogas de del estríbiUa se dejó oír de nuevo, a la entrada de un nuevo cliente, qtte, a juzgar pí r su aspecto, Oiina a Australia por Bimiinghan üawson Haigf, con un gesto de los suyois, ex- era de la misma categoría que los otros. Un n arinero, sin diKla, pero no borraclío, se dirigió al clamó -Dejnuestras que el asunto te interesa, Matt, bar, pidiendo un doble de cerveza an arga. El moy esto me satisface. Mira: la razón es ésta: los zo sirvió lo pctUdo y se retiró. Entonces, Hiaig, barcos chinos tocan en Australia puertos en los dirigiéndose al recial llegado, insinuó: ¿O K Norwichv que la revisión es rigarosísinia. En cambio, los envíos procedentes de Inglaterra pasan sin di 6 Kjeamey, a. sustado, les miró alternativamente. culta l alguna. E, sas cajas están declaradas como- -La camioíieta regresó al corral de King. doncerámica de Staffordshire. ¿Compremfes ahora? de fué descargada, inspector- -informó el hom- -i Caramba! -dijo Keamey- Está adniiraWie- bre vestido de marinero. rtevirson Haig movió la cabeza, y volviéndose mente previsto. -Y yo, abnmiado por la tegtslaeióa de nues- al melancólico bebedor, que fumaba su pipa sitros abuelos, he hecho lo niejor que podía. Avisé lenciosamente, le dijo rápido: -Veiiga acá, Wickham. Ya puede hablar. a un cantarada mío. libre, en las aduanas de SkllEl aludido se aproximó, y Hiaig, gozaíido de ney para que hiciera lo que no podía hacer. Y jqué ha ocurrido? -echó una ojeada de descon- ver el rostro de asombro de Keamey, le dijo, con fianza a su alrededor- Pues qae el envío se ha ano de sus gestos característicos: Mi sistema, chico ES único para cazar a retirado: hace das, horas, teníamos las noticias en estos diablos orientales... Astucia y misterio. Yard. -Pero seguramente todavía hacer al- Y dirigiéndose entonces a Wickham, preguntó: r Tiene usted la carta de Bemardson? go, i n o -Si señor; la tengo desde las nueve y nte vine- -Claro que puedo! -reipitió Haig aquí a escape. Pero temo que tendré que reemplaHizo otro gesto y vació s j a r r o de un trago. zarle en el asunto de Jo Lung... br ¡r las cajas? ¿Cómo? -preguntó Haig con vehemencia. -iN- o, hombre, noí Con nuestras leyes, ¿quien- -El jefe Ble envió a biLscar apenas salí. Han iba a permitirse tal cosa? i encontrado el desaparecido testigo del caso de- iCómo, entonces? Bond StreeL M informe tioie que llevarlo üste i- -Pues mira: si esta noche pue lo obtener si- en seguida. quiera una prueba comprometedora (pruela que sé- -i ¡Diablo- -exclamó Dawson H aig- -sólo eso que existe) pediré autorización para registrar el me faltaba! El caso de Bond Street no es nada, sitio de doníle ha salido el envío. Y entonces, comparado con el trábalo mío de esta noclie. abriré las cajas. Vació el jarro de cerveza, y preguntó: ¿No dijiste que d expedidor se llamaba King? -Oiga. Wiickiiam: ¿podría usted hablar con Haig asintió, añadiendo: un tirador de Chicago? El almacén de Mrss. King es una continua- Mucho temo que no, señor inspector: nací ción del establecimiento de Jo Lung, o Shangai en Lancashire. Jo, como quieras. o Lung es el sujeto a quien- -i Y usted, Horvvich? busco. Yo... contaba con usted, inspector... iY ese Jo Lung, ¿quién es? 4 Condenación! -dijo Dawson H a i g pero- ¡Yo te creía ttna autoridad en la ciudad chi- Keamey le interrumpió para decir: na t- -dijo Haig, mirando fijamente a su interio- Sin duda, te olvidas de que estoy yo aquí; no ctaor. diré que bable precisamente como un tirador de Keamey sonrió: Chicago, pero se me figura que tengo un recono- He escrito hastante soI re ella en mi periódi- cido acento americano. co- -confesó (era correspcaisal del New York UniHaig, mirándole fijamente, vacilaba. tvrrsc) Y hasta creo haber visto alguna vez a- ¡Bendito seas, hombre t; mi encuraetro esta ese Jo Lung. noche contigo ha sido doblemente providenciaL- -i No lo creas! -dijo Haig- No es hombre Wickham- -dijo Efeig- usted vendrá conmigo al que pueda verse coa facilidad. Aparte de esto, en el coche. Usted, siga, pero con míster no te figures que el principal promotor en estos Keamey en mi lugar. Cye, Keamey: se te preasuntos sea él... El verdadero jefe es el sujeto senta una magnífica c jorttmidad... aunque no sé aquel oue vigitaharlas cajas que se han sacado es- cómo vas a regresar... A menos que encuentres ta noche del WaUar. oa... un taxi... -5 Y quién es e l jefe? -No importa. Ya encontraré et camino; no te i preocupes... Dawson Haig: vactfó, repKcatsio: -Como no estoy segara, no quiero contestarII te. Deja hablar a los acontecimientos... Los dos bomheros, sosteniéiidose mutuamente, üfí pesado portcw d e Hiadera, herméticamente salieron del bar, no sin hacer innmtterafoks eses y cantando na canción de cuna, llena de ingenui- cerrado, enclavado en un muro alti- símó, no era ¡nada prometedon Desgastado por eL tiempo y la dad, taiT sentHnental ccano- su borrachera

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.