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BLANCO Y NEGRO MADRID 27-01-1935 página 164
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BLANCO Y NEGRO MADRID 27-01-1935 página 164

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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panamos en nuestras correrías de exploradores del misterio, las cuales no eran siempre triunfadoras. Deseábamos itenerle a nuestro lado, y este d e s o j a r a en rigor un homenaje a su persona, puesto que traducía la alta estimación intelectual en que le teníamas. Volviendo la vista hacia el terreno recorrido, creo que sti obra de ensayador y consol ¡dador de los progresos científicos ha sido importantísima, y que muchos de nuestros compañeros especialmente sus discípulos, pero quizá yo mismo también, le debemos el favor insigne de haber impedido que nos perdiésemos como en un laberinto, en la ciudad encantada de la fantasía, que en aquella época nos ofrecía con dema- iadíi frecuencia pelotones de nubes que tomábamos por rebaños. El doctor Verdes Montenegro. Está encargado de contestar al recipiendario, en nombre de la Academia, tma personalidad de tan sutil espíritu y de tan sóH la formación científica como el doctor Palanca En el protocolario elogio del nuevo académico, el doctor Palanca ha escrito los siguientes párrafos: El doctor Verides Montenegro, formado clínicamente primero al lado de Mariani, y más tarde al de Medinaveitra, Uega a la Academ: ia Nacional de Medicina. con un honroso historial; no sólo científico, sino social y legislativo. Es un tístólogo que no se ha limitado a estudiar su especialidad en lo libros ni en las clincas, sino que la ha llevado a aplicarla prácticamente sobre las masas populares. No quiero prodigar en su estimación las alabanzas, que en estos casos pueden ser conceptuadas como derivadas del protocolo. Voy simplemente a escc er unos cuantos rasgosi de su vida profesional y exponerlos ante vosotros, en la seguridad de que después serán inútifcs mis comentarios. Suprimo, pues, los elogios y me limito a exponer los hechos tal cual son. El primer dispensario antituberculoso tte España se fundó en 1901. en lo que era Policlínica del Doctor Cervera. que tenía sus locales en la calle de Jorge Juan, de esta villa. A su inauguración asistió ía entonces Reina R e m e y el mini. stro que desempeñaba la cartera de Gobernación, D. Antonio Maura. Este Dispensario, reformado y ampliado, fué el orig en del que. más tarde se llamó María Cristina, declarado ofidal por otro ministro de la Gobernación, D. Juan de la Cierva. De aquél fué fundador Verdes Montenegro; d d último tuvo la dirección hasta que uno de esos rasgos de indejíendencia profesional tan característicamente suyos le llevó a presentar la dimisión. El primer sanatorio popular dedicado a la tuberculosis fué el de Humera, y no está demás, señores académicos, que en dos pa- labras refiera su origen. En los tiempos en que ni dentro ni fuera del Presupuesto nacional existía ui! céntimo para las obras contra la ttá erculosis, surgió aquella famosa Liga popular contra la tuberculosis, de la que fué presidente el que actualmente lo es nuestro, D. Amalio Gimeno, y Verdes Montenegro, en su calidad de vicepresidente, organizó la primera Fiesta de la Flor, de cuy 9 S ingresos surgió el Sanatorio de H u mera. El primer director del Sanatorio fué precisamente Verdes Montenegro. El primer ensayo de la Escuela de Tisiol a se realizó en 1919, teniendo por locales los del Dispensario María Cristina, y por profesores a todos Jos del Centro, y por el que desfilaron, Vecábiendo enseñanzas, más de 500 alumnos. La iniciativa v la dirección pertenecieron al recipiendario. Antes he aludido al carácter independiente de Verdes Montenegro. Su apartamiento del Real Patrotiató dependió precisamente de su protesta ante un precepto reglamentario que estimó incompatible con su tempeíamento. Esto ocurría en 1928, y su consecuencia fué la creación de tm nuevo Centro, el Instituto Antituberculoso de las Peñuelas, en d iue tuvo el acierto de poner en vigor nuevas reglas de trabajo itispiradas en los conocimientos modernos sobre la propagación de la tuberculosis, que no tardaron en ser sancionadas por su adopción en los Dispensarios oficiales. El discurso. El doctor Verdes Montenegro leerá un notable discurso acerca del tema de tanta importancia social y científica como es lógico deducir sólo del título: Eteficiencias de nuestra organización antitvdwrculosa No vamos a adentrarnos en la materia, que tan magistralmente conoce el ex director general de Sanidad doctor Verdes Montenegro, limitaremos nuestra labor informa- íiva a decir que divide su discurso en cinco interesantes c ítulos, en los que suce! sivamente desentraña el valor y la eficacia que en la lucha antituberculosa tienen, primero, la propaganda; segundo, la disponibilidad de personal preparado suficientement e tercero, los Dispensarios; cuarto, los Institutos de asistencia, y, finalmente, los Sanatorios. Del notable tráliajo del nuevo académico se deducen enseñanzas de gran provecho, qije las autoridades sanitarias españolas se apresurarán a aquilatar y a poner en práctica para bien de esa inmen. sa masa de individuos que. por cidpa de la terrible peste Manca no trabajan y sucumben prenjaturamente. -Dr. Fernán Peres. Académico c. laureado de ta S aoional de

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