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BLANCO Y NEGRO MADRID 18-02-1934 página 178
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BLANCO Y NEGRO MADRID 18-02-1934 página 178

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Los grandes problemos de la economía nacional. Don Blas Vives, de b Delegación de ios Compañías en ia Conferencia ferroviaria, nos habla de los principales aspectos del problema de los ferrocarriles españoles. Por FRAHaSCO CASARES C ADA día ganan más terreno en la atención general los problemas de carácter económico. Los que propugnan nuevas formas de Estado anteponen estas disciplinas a todas las demás de carácter político. Sin llegar a tal extremo, en España se puede ya advertir un mayor interés público por las cuestiones económicas. Así, una conferencia como la ferroviaria, que en otra época hubiese pasado inadvertida para quienes no pertenecen a las llamadas altas esferas, hoy hace premier eí interés de todos los eiudadans Esta Conferencia, como tantas otras Asambleas o reaniones de tipo netamente económico, tienen ya on interés general, adquieren un matiz más popular que el que les era característico. Esta consideración nos ha movido a traer a estas columnas una opinión autorizada. sobre los distintos aspectos del magno problema ferroviario, la de D. Blas Vives Llorca, que pertenece a la Delegación de las Compañías en la Conferencia Nacional convocada por el GobiemoHe aquí lo que nos ha dicho el Sr. Vives: ¿Cómo van los tra! jos de ía Conferencia ferroviaria? -Te hemos preguntado. -No es posible hacer manifestación alguna sobre el desarrollo de los trabajos de ia Conferencia ferroviaria, actualmente reunida- -ha comenzado por decimos- Estamos obligados a guardar el mayor secreto sobre las deliberaciones, que no conviene sean exteriorizadas mientras se llega a un acuerdo o se fijen en forma definitiva las posiciones discrepantes. -Pero ustedes tienen nn punto de vista previo. -En efecto, y yo creo que para el público, en genera! ha de ser más interesante que una referencia de las di. scHstones la exposición objetiva y descamada de algunos hechos que demuestran hasta qué punto se ha agravado, por omisión y acción, este magno problema económico nacional concretado en la situación de nuestros ferrocarriles. -Hablemos de ello. -Las Compañías de ferrocarriles viven, en la práctica, sin el amparo de una ley que defina y regule sus relaciones con el Esta- do como Empresas concesionarias de tan importante servicio público. Hasta el 12 de julio de 1924 estuvieron en vigor las antiguas concesiones, motlificatlas en dicha fecha por los preceptos de! Estatuto ferroviario, que vino a constituir una novación de los contratos implícitos en aquéllas. Este Estatuto ha sido cumplido en parte, como, por ejemplo, en la aportación de capitales por el Estado para las obras de mejora, pero incumplido en otras esenciales, como la fijación de tarifas jn forma que cubran toílos los gastos y aseguren la rentabilidad de los capitales invertidos en las líneas. En los primeros tiempos de la República, por decreto de 31 de mayo de 193 Í, se dispuso su revisión, que fué preparada para el Consejo Superior de Ferrocarriles y elevada la propuesta, con ilos votos particulares de las Compañías, al Gobierno, de quien ío lavía pende una solución. El Gobierno Azaña iso resolvió, y sólo en forma oficioia alguno de sus ministros puso en dada el valor iegal del Estatuto, sin que se llegase a hacer una manifestación categórica y se declarase, por consiguiente, si están en vigor las concesiones. Los ferrocarriles vienen afirmando reiteradamente que el Estatuto está en vigor. Algún distinguido letrado así lo afirma también; pero, en todo caso, lo que ya no resolta explicable es ía duda determinante de la confusión actual; por lo que procede que el Estado, por medio de sus órganos jurisdiccionales o consultivos, defina rápidamente esta cuestión, que es previa para cualcpiier refomja que se pretenda implantar, claro es que de acuerdo con las Empresas, ya que naílie puede negar el carácter contractual de estas relaciones. ¿A qué obedece la situación actual de las Compañías? -El desequilibrio económico de las explotaciones ha sido consecuencia inevitable le la política seguida con el ferrocarril. Cuando en 15.20 se presentó la necesidad imperiosa de elevar los sueldos y haberes del personal, de acuerdo con los íntlices Se encarecimiento de ia vida, el Gobierno se opuso a la elevación de tarifas y proveyó, por medio de anticipos reintegrables, al pago de aquellas mejoras.

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