BLANCO Y NEGRO MADRID 14-12-1930 página 19

r. H T R A S A R TES, C I E N C Í A S JUiom Los pajaritos conoceh la belleza y tienen sus ideas estéticas. Lo digo porque escogen la cabeza de las estatuas- -para posarse y porque saben admirar los jarrones de los jardines. Podían posaFse en otro sitio, buscar cualquier zócalo o cualquier piedra; pero hay una estrategia en no ponerse sobre los mármoles y piedras esculpidas que revela su condición de artistas. Pero como excluyen las malas estatuas, queda también proOado su buen gusto. Así yo no he visto posarse ningún pájaro sobre la estatua de Espartero ni sobre la de Moyano. I 2 Estamos desesperados, (jueremos curar che- -pue- sto que hay estreno de película nos tomamos tres, cuatro, seis de esas urgencia que a ciencia cierta no sabemos para la nohablada- y pastillas de lo que con- tienen. Verdad es que tampoco sabemos bien lo que nosotros tenemos y lo que significa este carburar mal del estado general. Ya están dentro las pastillas; pero en ese momento es cuando nos acude el sobresalto del corazón pensando que se han introducido en su hucha. Quisiéramos volver a sacar de la hondura en que han caído esas pastillas que la aprensión ve hundidas en el corazón; pero ya no hay remedio. Ya tenemos ahorrado otro tóxico en la bombonera cardíaca. c Otro tipo al margen y en el lado de sombra y anonimato de la vida es el que hace subir y bajar íos ascensores públicos. Ha buscado ese sitio di- simulado para vivir desapercibido; pero ya veréis cómo algún autor de películas lo requiere para destacar su vida y complicarla en algún drama paradójico. Ruego a los escritores que lo dejen en paz y que no hagan una novela aburrida para contar su vida. Precisamente su única ventaja es la de ser el hombre escondido subterráneo y silencioso. 3