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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-11-1929 página 67
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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-11-1929 página 67

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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ESPECTÁCULOS (INTERPRETACIÓN P I C T Ó R I CA DE F R A N CISCO SORIA AEDO) Creaciones quinterianas. PE P 1 T A DE PErlTA REYES REYES C O O mariposas atraídas por una nueva M luz radiante e inesperada, acuden al cuarto de Pepita Reyes, la tiple de tronío todos esos personajes, personas y personillas del mundo teatral y de sus bastidores que, sin ser de la profesión, gustan de intimar con actrices y cómicos, sobre todo cuando a éstos les sonríe el éxito y el aplauso los sigue: aristócratas, toreros, pollos desocupados, etc. Los adoradores de Pepita son infinitos y crecen con la espuma de sus triunfos. El cuartito, cubierto hasta el techo de cretona rameada, se pone algunas noches que se tiene que salir Morritos pa que no rebose según la expresión de la chicuela. Pero Pepita no le hace cara a ninguno de los contertulios; no se ofusca con el brillo de la pechera del frac del marqués, ni con las chorreras de la del traje corto del mataor de moda; Pepita piensa en Víctor, el compañero de penas y fatigas, su novio cuando era modista, el único que no quería que fuese del teatro, el que protestaba y protesta airadamente de que quiera vivir sobre los pulmones de Pepita la tro- pa de holgazanes de la familia: el señor Nicasio, don Lola, la tía Sebastiana y su tierno pimpollo, que, según ella, está en la edad- para todo lo. que no sea arrimar el hombro al trabajo. Y la noche de la ruptura definitiva de Víctor y su novia es también, por rara ironía del destino, la del más caluroso triunfo de la artista... ¡Cosas de esta picara vida! Y Pepita Reyes, cuando aún le halagan los oídos y el alma el eco de los locos aplausos y la algazara de mil parabienes, se enjuga los bellos ojos madrileños, se mira al espejo, que le parece que se burla de ella, y se pone una flor sobre el pecho, creyendo al hacerlo que la coloca en una sepultura. Y mientras, el señor Nicasio enciende un puro con anillo, don Lolo se bebe un café con gotas y convida a tal cual corista de punta y la tía Sebastiana se toma un trinquis de aguardiente de Ohinchón o Caz- alia... ¡Todo en nombre del arte! S. y Ivarez Quintero.

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