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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-11-1929 página 39
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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-11-1929 página 39

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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L! rn Añ, A n T K s. c n s CÍAS N o lias hablado nunca con él? -Enioncc ¿cómo- Es inexplicable, prima, -Tal vez. El amor j e sienie, lulio: pero nii puede explicarse, -Así, sólo asi, Ici comprendo. -l l i amor lia nacííln súbita. nnpt tuoí: amente. Como naccji lodas las Kí ainl s liat o n e s Es una llama que devora lodú mi fiOr, Is íís vimos pur primera v única ve ¿Iiace un mes, uiia Uíjche. en el cúncierhx MLjuíró todn la velada tijameute. con insistencia trrobadoran y sus ojos subyunantc- s, pinlos que se le esc- ipaba el alma, quedaron d a vados para siempre en mi corazón. Es Tullo quien palideció ahora. Se dibnia cu su rostro un K: esIo de contr: itiempo, lic dolor. ¡Marina! ¡Pobre prima! -dice, compagivu- ¡Pero si eso no puede si: r! Javier Monial, mi jKihre y buL U anriyo, no pucdi? liabene mirado nunca. E s imposiblt. I Injpüsiblel Sin duda iuír ¡ste una alucinación, -íl or que? -inquiere Marisa, llena de ansiedad, -Porque Javier- Montal es cie o: uu r lámpagü de fueyo ultravioleta, en u d h n ea. apafíü en ÍUS ojos, para Mempret la lu El e. tat ¡hn ii de fus ojos iijos C lí tn U ri fuella nodie de coueiorío fne. por eT arro bamicnlo rjue la música produce en su alniM sensitiva, puramente casual, Marisa queda desvanecida en brazos de Julio. Una descary a déctrica le hubiera producido menos conmocicn. Salen del parqiv: Conin puede, julio conduce a n prima al locador. La humedece las sienes. Le da a beber nn sorbo de ai ua y coñac. Luando Marií- a reacciona, y lueyo de U) ia lar a pausa silenciosa. Julio, compasivo, 3i; ilbuciente, m u r m u r a -N o sufras, prima. Quíerei que le lo presfUte... LÍ ÍD. Marisa se levanta rápidamente, y (in admirable vehemencia turna el braxo a su primo y dice con rcsolncícm ¡S r! ¡S í! Ahora más tjuc nunca. Llévame a él I Uuíero conocerle, quiero hablarle, quiero amarle con pasión. No fué, nu, casual, la hfcza de sus líjos clavados en mi. Te equivocas. Jnliu. Ahora más que nunca desprecio las miradas de los oíos materiales para creer en los c) jns del espíritu. Fueron ios ojos del espiritu Miblinie d í Javier los que me miraron aquella noche decisiva; son los ojos del espíritu de ese hombre adorable los que llevo clav. ndns para siempre en mi corazón. Enrique Duran y Tortajada.

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