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BLANCO Y NEGRO MADRID 03-11-1929 página 102
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BLANCO Y NEGRO MADRID 03-11-1929 página 102

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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EL HOMBRE QUE CAPTABA EL, GÜLF- STRBAM o de cuarto de vigilancia cuando vengo a cuidar a mis zoófitos. Maquinalmente, y con el movimiento ha- -i Hay aquí micrófonos? bitúa! en él, quítase Girol los letites de grueEl químico se echa a reír: -i Ah, sí; la manía del Señor Es sos cristales, que se han empañado, y por como Dionisio, el tirano de Siracusa; quiere sus pálidas mejillas caen las lágrimas, hunoírlo todo... Esa es su única debilidad... Pues diéndose en todas las arrugas. Es conmoveno, hijo mío; aquí no hay ni uno sólo de esos dor el contraste entre aquella desesperación aparatos que ha prodigado en su ciudad. callada, la cara ingenua del sabio y la extraComo siempre estoy solo y no me gusta ña silueta con que desfigura su cuerpo, flahablar ni pensar en voz alta, hubieran sido co, el grueso tejido de la escafandra. La cabeza, descubierta, surge, lívida de la gorguera inútiles. de bronce y sus pupilas titubean, azoradas. ¿Entonces puede uno decir, sin temor, Deja escapar una especie de gemido, y lo que quiera? murmura: -Sin el temor más leve. Pero ¡qué serio- -He sido juguete de un miserable... Soy se pone usted, hijo mío! ¿Qué le sucede? Al ver la expresión de severidad que ha un miserable yo también! De pronto, en un estremecimiento de retomado de pronto la cara del oficial de Marina, Girol manifiesta una sorpresa que no beldía, se yergue con las manos temblonas y ¡os labios balbucientes: es lo bastante para acallar a Jouber. -Jouber, hijo mío: mi amado discípu- -i Sabe usted lo que está haciendo aquí? Eil sabio mira a su ex discípulo con cier- lo... ¡por compasión! Dígame usted que eso no es verdad... que me ha gastado usted ta extrañeza. -i Claro que lo sé! Estoy trabajando para una broma... que ha soñado usted... que no un hombre a quien considero uno de los ge- está en su juicio... o que soy yo quien ha perdido la cabeza... nios más grandes de nuestra época. -i Ay! ¡No puedo! -i Y en qué trabaja usted para ese talenAnte la intensidad de aquel dolor el matazo? -Ya lo dije, hijo mío; en una cosa muy rino se ve obligado a confirmar con estas curiosa. El Señor es hombre que quiere tres palabras las terribles revelaciones con tener una tierra exclusivamente suya... Esta que acaba de anonadar a su anciano maestro. Para éste el relato del cataclismo que ha es una idea como otra cualquiera, pero original y nueva del todo... Me ha encar- trastornado el mundo, después de haberle gado que le haga esa tierra, el Sexto Con- parecido una fantasía extravagante, indigtinente, y para compla? erle he inventado el na de atención, le hace el efecto de un mamedio de forzar la actividad de los corales, zazo. ¡Cómo! ¡El globo terrestre se tamalgo así como los hortelanos apresuran la balea sobre sus cimientos! ¡El mundo sumadurez de los melones... Yo cebo a los zoó- fre una perturbación desconocida! i El Polo fitos, los someto a una sobrealimentación y Norte se vuelca sobre América! ¡La figura los corales crecen, crecen con una rapi- de los mares y de los continentes cambia de trazado y de naturaleza al mismo tiempo! dez inaudita. ¡Vuelve a modelarse la redonda tierra Jouber contiene aquel torrente de pala- en los terribles días de la prehistoria! ...como ¿Y bras. toda esta perturbación enorme es obra suya, ¿Le ha dicho a usted ese genio tan del nropio Girol? grande para qué le encargaba de fabricarle Obra inconsciente, que él mismo no sosun continente? -Me lo dijo grosso modo. Como es un pechaba, desde luego. El género humano está en las últimas; Soberano a quien han desposeído del territorio de sus abuelos, quiere tener un país que perecen millones de hombres, de mujeres y de niños; van a desaparecer, destruidas por substituya a! de sus padres. el frío o el calor, las dos orillas del At- ¿Y no le ha chocado a usted eso? ¿Por qué había de chocarme? El Se- lántico... ¿Y es Girol quien con sus mismas ñor tiene perfecto derecho a ser descen- manos mata a las innumerables víctimas? Por un momento la razón del pobre sadiente de Moctezuma, si eso le agrada... En cuanto a lo de fabricarse una tierra, está en bio vacila. su derecho también. Hay demasiado sitio Se desploma en un asiento, con el cerebro en los Océanos para que su propósito pueda febril, el corazón desgarrado, helada la sangre en las venas... Asesino! ¡Asesino! La estorbar a nadie... ¿De modo que no se ha preocupado us- terrible frase de Jouber se le aparece como escrita con letras de fuego en la pared. Su ted de nada? confesión anhelante brota en un torrente de- -De nada... ¡A mí qué más me da! Jouber pone entonces ambas manos, en los palabras sin orden, ante el oficial de Mahombros de su ex profesor, y con voz triste rina, el pintor y el muchacho, que le contemplan apenados. replica: El orgullo de su ciencia es lo que le ha- ¿Que qué más le da a usted? Pues bien; entérese de que con esa creación usted, el perdido. Su carácter entero no pudo soportar nunhombre más honrado del mundo, ¡se ha ca las críticas de sus colegas ni las controconvertido en un asesino!

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