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BLANCO Y NEGRO MADRID 22-09-1929 página 65
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BLANCO Y NEGRO MADRID 22-09-1929 página 65

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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E S P E C T A C U J os lo, con música del maestro Serrano, pusieron en caricatura aquella clase de salones, donde se inc u b a b a u n a r t e que años después merecería la pública consideración. El género ínfimo comenzó expresándose en una forma poco recomendable. Las familias hicieron de la palabra cupletista sinónimo de diablo con faldas, y sólo se hablaba de ellas en voz baja con algo de terror admirativo. La verdad es que aquello era reprobable, no por inmoral, sino también por antiartístico, y se comprende que las personas libertinas asistieran a las sesiones de Actualidades como se asiste a un aquelarre. Pero hacia 1910 D. Antonio Morlones. presarlo del aristocrático Trianón- Palace, qu (p recio para ser substituido por el teatro Alkaz i, D. Antonio Alesanco, propietario de Romea, rmivirtieron el género ínfimo en género frivolo, u. el momento en que puede afirmarse que nací las varietés. Las cupletistas purificaron su repertorio, vestuario y hasta sus modales, y dejaron de conceptuadas como criaturas nefandas. Bien es verdad que contribuyó notablemerii desinfectar y elegantizar el ambiente una ar; de cuna señoril y espíritu exquisito: Aurora fret (La Go. ya) espejo de discreción moral y no tardó en conquistar la predilección del elen femenino La Goya fué quien tnetió a las sefi en los teatros de variedades, y ella, con sus 1 tes reducidos, sus falditas largas y sus canc honorables, creó el patrón de la cupletista familias. Las cupletistas se pusieron de mod en enconada rivalidad impusieron sus diversas modalidades: La Goya, para los espíritus pacatos y a dos pasos de la sensiblería; Raquel Meller era la emoción y alcanzaba e grado de perfección estética; Olimpia d Avigny era la maga del buen decir Chelito, la travesura Precio s il I a, 1 a más graciosa intérprete de la rumba para familias; Amalia Molina era un r a y o de sol andaluz; Pastora Imperio, la escultura de una hoguera, sacerdotisa de la gitanería; A d e l i t a del B a r c o (iítí una c h u l a p a saladísim Amalia de Isaura, insuperable en sus maquietas c ó m i cas; Fornarina, la espiritualidad picaresca PASTORA IMPEKIO y sentimental del bulevar; La Argentina, como bailarina, era hechizadora; Ofelia de Aragón y Emilia lo ideal de lo real, y La Argentinita, lo Benito, las mejores intérpretes de la canreal de lo ideal; Carmen Flores, la alegría ción regional; Tórtola Valencia, la exceldesbordante; Teresita Zaza, la ingenuidad situd de las danzas que hoy llamaríamos

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