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BLANCO Y NEGRO MADRID 15-09-1929 página 14
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BLANCO Y NEGRO MADRID 15-09-1929 página 14

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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LOS QUK HICIEROK BLANCO Y NEGKO nos, y D. Torcuato me enusted en los días de trinchecargo la portada. La hice yo ra. Es un espectáculo espancon mucho cariño, y una buetoso. Las mujeres se han afina noche me presenté en su nado pero los hombres se casa con el dibujo. Era una han hecho más ordinarios. noche terrible. Los obreros Luego, esa moda de ir sin se habían declarado en huelsombrero. ga, p o n Torcuato estaba re- ¿Qué? imido con los jefes de talle- -Pues nada. ¿No se ña res, en e s t a d o de excitafijado usted que dan un esción nerviosa. Aquello me pectáculo lamentable? Usted asustó. Yo iba ilusionado, habrá pasado alguna vez por pensando en los elog- ios. donde se celebra un bautizo, ¿Cómo iba a fijarse D. l o o una boda, o un santo, v cuato en mi dibujo? Entré, habrá visto usted a muchasin embar o, en su despachos que no llevan nada a cho, y, dejándolo todo, vino la cabeza, y van de un lado a mí, desenvolvió, examinó a otro, y echan una copa en la tienda cercana, y andan MÉNDEZ BEINGA VISTO POH XAU- el dibujo, y, con la mayor sangre fría, lo estuvo exapor la calle, en confianza, I AEO minando largo rato, i Gracomo si estuvieran en casa. Así parecen ios que van albora sin som- cías a Dios- -dijo luego- -que durante e. ste brero. (Parece que van diciendo: Voy ahí día veo algo agradable! Yo, la verdad, me cerca. Ahora xmh o. Y si todos fueran quedé estupefacto ante aquella prueba de muchachos, podría pasar. Pero es que hav tranquilidad y flexibilidad ¿H a trabajado usted en otra s, revi- stas. viejos respetables- qtjiSM han decidido también Sí. El primer dibujo que íne encarsuprimir el sombrero... ¿Me quiere usted hablar de su carrera g aron desde el extranjero fué para Tkc Graphic. Colaboré más tarde en El Arfe artística? -Con mucho gusto. Yo empecé a traba- Moderno, de Berlín; en Caras y Caretas, jar mu 5 joyen. El primer trabajo dé m. i en revistas de los Estados Unidos, en to vida lo publiqué, a los once años, en Ocu- s partes, en fin. rrenejas, un periódico que sólo se ocupaba- ¿J e recompensas ohciaie. s. de crímenes y que se vendía mucho. Ingre- -Tengo medallas en Exj) osicion sé luego en la Casa Calleja, dibujé para cionales e internacionales. Todas mis me la í ¿í r a c ¿í c o i r C o m T ¿r v e n l e ¿Í i k a r e í 1 s primeras y segundas, de oro y BLANCO y NEGRO, donde empecé a colaborar de plata. Empece con segunda medalla en el primer número. Entonces conocí a nunca he tenido terceras, nuestro ilustre D. Torcuato, que era muv -Otra cosa u. sted ya sabe que hay un tipo joven. Pocos hombres tan cariñosos y gen- determinado de mujeres, a quien se llama tiles como él. Yo lo veneraba. Firmé con mujeres Méndez Bringa acaso por aluél un contrato de trabajo, y ya me uní para sion a los tipos que usted ha pintado tanto, siempre a la vida de BLANCO Y NEGRO don- -No me extraña. I- Xjs artistas reflejade nunca me ha faltado trabajo. Yo tengo TMos, sm darnos cuenta, las cosas que nos el org- ullo de decir que en BLANCO Y NEGRO rodean. Las personas y cosas que amamos, he recibido las mayores atenciones, he co- Esto sucede con todas las artes. Goya no nocido a los mejores amigos y he tenido f 1 macabras, ahorcados, las satisfacciones más grandes. Para darle quemados, y dibujó los Caprichos. Yo creo a usted una idea del carácter de D. Tor- e tipo de mujer es el de mi hija, pero cuaío y de cómo se. conducía conmigo le TM darme cuenta. Mi hija era guapísima, recordaré que en una ocasión me dijo: u muerte me arrebató toda alegría. Amigo Méndez Bringa: he visto ese dijju- Desde entonces he dejado de ir hasta por jo y me parece qtie se va usted echando al BLANCO Y NEGRO y A B C, donde tengo surco Yo nfa Je contesté, porque sabía mis mejores amigos. Pocas amistades tan que mi dibujo estaba bien. Y el dibujo se Puras como las que trabamos en esa casa publicó; y en la primera ocasión que me Huertas, Várela, Lozano Sidro. Regido- vio D. Torcuato, vino a mí y me dio un Campo Moreno... Nunca nos enfadábamos; abrazo. ¿Sabe usted- -me dijo- -que me ha- no sabíamos lo que era envidia: nos íavobía equivocado? Eso le dará a usted idea recíamos en todo... Yo, la verdad, si no tude la condición de D. Torcuato. Otro he- era muchas razíones de gratitud hacia cho elocuente es éste: Con motivo de unos BLANCO Y NEGRO, bastar n aquellos amigos terremotos que hubo en Italia, BL. Woo Y Y el haber conocido a D. rorciiato para que NEGRO hizo un número extraordinario a be- fuera esa revista una parte de mí mismo, neficio de los niños que quedaron huérfa

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