BLANCO Y NEGRO MADRID 25-08-1929 página 103
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página103
- Fecha de publicación25/08/1929
- ID0005130814
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E L H O M B R E Q UE C A P T A B A E L GULP- STREAMi -Así es, querido Jezeijuel. -Parece que llueven, de tantas como hay. No se puede dar un paso sin tropezar con alguna... El teniente de navio, Jouber, oprimió un brazo a su segundo, para imponerle silencio, y asomando el busto por fuera del puesto de mando escuchó atentamente, estorbado por la sorda vibración de las má- ¿Adonde? -pregunta, el alférez, indicando el horiízonte cerrado a cien metros de distancia por la densa cortina de nieve que impide ver más allá. El comandante del Ardent, sin contestar, se lleva un auricular al oído y escucha u momento atentamente. -El malser no revela cosa alguna. No setrata, pues, de uíi vapor, porque se oiría -k -1- f. Jff. í ífe RUGIENDO A COBO, EL MO- NSTEOOSO BEBASO SB LANZO AL ABORDAJE (juinas petroleras que zumbaban a sus pies, impulsando a buen andar al hermoso torpedero de alta mar, Ardent. Escuchó un instante. Imitáronle el alférez Jezequel y un timonel segundo, y de pronto el oficial se irguió: -Por ahí hay alguien que se defiende... -No hay duda- -asintió el alférez. -Se oyen tiros, ¿verdad? -inquiere el timonel. Jouber se acerca a uno de los portavoces de las máquinas y dice: -Por lo visto necesitan ayuda. ¡Vamos allá! el ruido de la hélice... Debe de ser un velero o un buque náufrago, y en este caso es más urgente aún el socorro... Veamó. lo que suena... Cae una orden por el portavoz de la máquina: ¡A trescientas revoluciones! Luego, inclinándose hacia el timonel, de pie y un poco más abajo delante de él, añade Jouber: -i Cinco a la derecha! ¡Diez a la derecha! Se estremece todo el cuerpo de acero del Ardent, que avanza en la marejada, dejando sus dos hélices una amplia estela blanca.