BLANCO Y NEGRO MADRID 25-08-1929 página 67
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página67
- Fecha de publicación25/08/1929
- ID0005130778
Ver también:
Lo S Creaciones quinterianas, C O N S U E L I T O DE LAS FLORES lla, es tierra de contrastes, y de todos ellos ninguno tan señalado y curioso como el de sus mujeres. Junto a Rosa María, la muchacha instintiva, sensual, apasionada, que mide todas las mañanas con sus grandes ojos sedientos de luz el espacio por donde puede volar, nace y crece su hermana, recogida, casta, hogareña, serena, sin ambición de calle ni de lujo... Rosa Mana es en el huerto como el florón de sangre o el clavel que parece una llama; Consuelito es la pálida y perfumada celinda, la suave mosqueta, la delicada rosa. La una es el huerto mismo, a las doce del día, cuando el sol lo caldea con su fuego inclemente, desde lo alto; Consuelito es también el huerto, pero a la hora cariñosa en que la luz se va y las flores se apagan y se cierran, y parece, no que duermen, sino que sienten en silencio... Entonces el alma de Consuelito, la ma- A NDALUCÍA, y muy especialmente Sevi- dre sin serlo, la enamorada sin decirlo, se abre, se explaya, y por su frente, libre de quimeras, pasa como una brisa blanda su copla preferida: Tengo enfrente la, fuente de mi deseo, tengo sed, veo el agua, y no la bebo. i Mira qué pena: tener sed, ver el agua y no bebería! Y acariciando y besando unas flores, dice entre suspiros, mientras pasea sus ojos por las silenciosas veredas de macetas de cinerarias y alhelíes, de azucenas y nardos, de heliotropos y lirios: A esta media luz de la tarde sí que está esto bonito. S. y 7. Alvarez Quintero. (INTERPRETACIÓN DE SANTIAGO MARTÍNEZ)