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BLANCO Y NEGRO MADRID 11-08-1929 página 36
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BLANCO Y NEGRO MADRID 11-08-1929 página 36

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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IJOTHAS, APvTES, C I E N C I A S Luis de Góngora, va a encontrarse, de pron- seminadas en la campiña negra; el cielo es to, suspenso en el vacío, inmerso en la negro; negro, por el humo de las chimenada, sin ser, sin conciencia y sin cuerpo. neas un arroyuelo que serpentea por enLa angustia atenacea ligeramente a Gón- tre los altos muros negros, lleva unas esgora; todavía el ánimo fluctúa entre la rea- pesas y negruzcas aguas. Se oyen chirridos lidad y la nada; dentro de un momento, todo ásiperos de maquinaria; suenan estruendoGóngora- -alma y cuerpo- -pueden comenzar sos golpazos metálicos. En el partinillo, a bajar por el deslizadero. La fluctuación el poeta siente toda la belleza profunda- -sin actual tiene su encanto; parece que el poe- verdura, sin montañas- -de este ambiente ta, puesto en un columpio, ha subido allá modernísimo, implacable, inexorable, de arriba y va a hajar de pronto, raudo, im- maquinismo, de geometría, de rigidez, de etuoso. Las nubecitas blancas caminan plá- ureza, de muros negros y de humarazo cidas, como corderitos, por el cielo. Avanza negro... el espíritu del poeta hacia el abismo. Ser o ¿En qué piensa ahora el poeta? Otra de no ser; jugada suprema. ¿En un instante, sus estaciones espirituales es el har de un en un segundo, una embolia, un derrame gran transatlántico; un transatlántico que cerebral, pueden llevar a la eterna nada al camina, dueño de sí, -por los mares inmenpoeta? ¿Pueden llevarle, como él diría, a sos. Olores exóticos; la poesía penetrante im parasisfíial sii- eño profundo, pero a un de los olores de otras civilizaciones; tintisueño del que no despertará jamás? Ya se neo de cristal y de plata; brebajes raros... va rompiendo el hilito tenue que liga la Y Ja estación predilecta, la más amada realidad a la nada; en este momento, los de todas, es para el poeta el pasillo de un planos del mundo se confunden; las imá- deepinq en un gran expreso, i Cómo pasan genes se trastruecan y entran una en otra; las imágenes a través de los anchos y claros parece que la visión entra en un espacio vidrios! El viaje, raudo, confortable, ha d. esconocido; es decir, que ve, por dentro, puesto tonicidad en los nervios del poeta; la realidad aparente. En este instante, el se siente Góngora más sano y más fuerte. poeta podría escribir una poesía no escrita Ahora sí que está equilibrado y ecuánime. por nadie todavía; sus versos ahora podrían La serenidad, dulce, g ratísima, invade su tener una originalidad profunda y descono- espíritu. El tren se desliza vertiginoso so? da; las imágenes de esta realidad, vista bre los lucientes rieles. Se estremecen en en su interior, podrían crear ía poesía sus hojitas los álamos de Castilla, un monueva que ama Góngora. Pero no puede, mento, al pasar el poeta. En un compartino; no puede el poeta, en este instante, en- miento vecino, soberbia, elegante mujer, tregarse al ímpetu que empuja su espíritu. hln perspectiva- dentro de algunas horas- En este momento de angustia- -3 a la an- París. g ustia trágica ha llegado- entregarse a las Pero el poeta, ¿qué va a ser con esta seimágenes nuevas, confiarse a esta realidad renidad y dulzura de su espíritu? Viéndono vista nunca, seria apresurar él mismo lo todo claro y limpio; sintiéndose bañado su nada hacia el abismo, acabar él mismo de plena realidad; sin temor ninguno de de precipitarse, inconscientemente, en la caer en el abismo del no ser, ¿podrá él vihonda sima; el hilito que une todavía el vir? ¿Podrá producir poesía nueva? Y ahomundo sensible a lo desconocido pavoroso, ra, para compensar esta traición a sí misé! mismo acabaría de romperlo. Y febril- mo, para cohonestar su serenidad, es cuanmente, con precipitación, con ímpetu, ante do se lanza su espíritu al mundo de las las blancas cuartillas, Góngora va escri- íp. iágenes desconocidas; ahora es cuando, biendo una poesía clara, sencilla, tradicio- mentalmente, va componiendo alguna de nal. Con este apoyo en la realidad clara y esas poesías originales, profundas, incomevidente, él cree salvarse y alejar el pe -prensibles, que él, antes, en las horas de ligro. angustia, ha temido, pavoro. samente, esSalvarse durante unas ho as. ¿Es que cribir. El tren marcha vertiginoso; los paisajes realmente le conviene a Góngora salvarse? ¿Y la gran poesía, la poesía de las imáge- aparecen y desaparecen. Don Luis de Gónnes nuevas, de la realidad vista por dentro? gora no los ve ya, absorto, ensimismado, en Y piensa en sus estaciones favoritas de esta hora de plena euforia; él trata de regoce pleno, interior; en los lugares que él. men: orar- -y le gustar, de saborear- -los pasobre todo, ama. Esos lugares de predilec- sados trances de angustia. Y las imágenes ción son para Góngora: en los suburbios incongruentes- -incongruentes en apariende una gran ciudad, de una ciudad fabril cia- -y la realidad vi. sta por dentro van en -Manchester, por ejemplo- el patio so- carnando en versos únicos, maravillosos. litario, desierto, de una fábrica; todo es Jlzorín rígido y geométrico en estos parajes; docenas de fábricas como ésta se hallan di (DIBUJO DE nARTOLOZZl)

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