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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-06-1929 página 68
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BLANCO Y NEGRO MADRID 02-06-1929 página 68

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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ES PECTACUL. OS ABOLENGO HISPANO DEL, T O R E O ¿Corridas de T o r o s en la Prehistoria? A UNQUE uno sea poco aficionado a nuestro hermoso espectáculo nacional, no cabe el desentenderse por completo de las andanzas de los diestros más impopulares de estos tiempos, ni de la lidia de reses pertenecientes a las vacadas menos bravas por su sangre y estilo que se corren en las cada día más numerosas plazas de foros. Pero como no es interesante pensar y escribir más de lo preciso para la debida información al público sobre tanta negación, así como resulta desagradable, por el contraste, comparar períodos brillantes y cercanos del toreo contemporáneo con los actuales, a fuer de consecuentes con la moda, tan propicia, en las investigaciones históricas, a todo aquello que evoque civilizaciones pretéritas, conviene volver la mirada hacia atrás, para escudriñar, sobre todo lo que al toreo hace relación, en el arcano de los siglos. ¿Cuál es el origen del toreo? t ¿Dónde y cuándo comenzó el hombre a luchar con los toros o a burlar con engaños sus fieras acometidas? La primera pregunta es fácil de contestar; el hombre luchó con el toro cuando la necesidad le determinó a valerse de la fuerza, de la astucia o de ambas cualidades para vencerlo con destino a su servicio o sustento. Como lugar, cabe señalar el de aquellas regiones que. expuestas a climas extremos, dotadas de nutritivos y salitrosos I- A PIEDRA LABRADA DE CLUNIA LOS TOROS PREHISTÓRICOS DE ALBARKACIN pastos, contribuían por su feracidad a que la raza vacuna adquiriera indómita bravura. Y es España, quizá por darse en ella todos los elementos enunciados, teatro de tales luchas. De un lado abonan nuestra tesis su clima y fauna; de otro, la intrepidez y el valor de sus habitantes, que, encerrados entre abruptas cordilleras, habían de disputar cruentamente a las fieras la posesión del llano. Conviene insistir en el momento histórico por miedo a que, distraído el lector, olvide que por los bosques seculares de la Península discurría una fauna hoy desaparecida de Europa; que lo? caballitos enanos corrían por lo que aún no era Madrid, que el oso también poblaba estos parajes, y que el clima comenzaba a ser tan extremo y variado como el que disfrutamos en ambas Castillas. Así, al ofrecer a la consideración del que leyere una pintura descubierta en el Navazo (Albarracín) se podrán contemplar fiel y bellamente reproducidos toros y vacas, al parecer en libertad y domesticados por el hombre, ya que conviven con los mismos, según puede observarse en la parte central, mientras que en la superior e inferior se ven hombres y toros en abierta lucha, con actitudes fotográficas semejantes- hasta para el no experto- -a suertes perfectamente definidas del toreo moderno. ¿No parece la iniciación de una faena de muleta, o el momento preliminar a un pase de rodillas, el de arriba? i No recuerda el inferior, aunque en esquema estilizado, un pase ayudado por bajo de Bombitaf No pretendernos, ni remotamente lo intentaríamos, el que, partiendo de tales actitudes, pudiera deducirse la consecuencia de que tales dibujos reflejan suertes perfectamente definidas del toreo, ya que sólo por humorismo se citó la semejanza en deseo de amenizar algo estas reproducciones de acantilados o cavernas, tan frecuentes en nuestra Península, y cuya antigüedad os-

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