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BLANCO Y NEGRO MADRID 19-05-1929 página 41
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BLANCO Y NEGRO MADRID 19-05-1929 página 41

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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LETRAS, ARTES, CIENCIAS la avaricia pone en sus manos la m a l h a d a d a baraja, y aunque sean floreros y e x p r i m a n la bolsa de algún peralvülo, no es sin riesgo de que se la arrebaten en la calle y aun encuentren una d a g a davada en su espalda al querer defenderla. Bebe los vienítos y ronda días y noches la calle de una dama el enamorado g a l á n y cuando piensa que va a recoger el ansiado fruto de sus desvelos, hállase con una ingrat a h e r m o s u r a o, lo que es peor, apaga sus ardores indiscreta ráfaga, que, descomponiendo los cuidadosos pliegues del velo que PKAGMEKTO tapaba el ojo que soñó peregrino encanto, descubre la cuenca vacía d e u n a tuerta o el rostro enjalbegado de la daifa más catada que colmena, que envenena el cuerpo y mata el alma. Lucha ambicioso de gloria en los campos de batalla- el audaz soldadO escaso de pagas y sobrado de miserias, haciendo prodigios de valor, y cuando vuelve, pasea los harapos de sus galas por la corte, pretendiendo inútilmente algún oificio que un barbilindo se lleva, pues al verlo astrosO y roto, con todos suB merecimientois, no le estiman en el baile del rey Perico. Quemaste las cejas, en Salamanca, el mancebo, y llevado del afán del aplauso anda al retortero de comediantes orgullosos para que le tom en su comedia, y, si por su mala ventura s ¡e la representan, silbos y pepinos le aguardan desde el patio, y sátiras crueles en las belicosas gradas. Esperanzáis ilusorias las del amor, la gloria, la riqueza y la fortuna. ¡Qué joven no se ha lembriagado con estas engañosas ilusiones! Bonrachfera fatal que estiriliza el más fecundo campo y agosta en flor tantos sueños... Sólo el vino, queridos amigos, no engaña; sólo el vino alegra- lo dijo el mismo Dios- ¿y queréis que no me ría de esos afanes, propios sólo de la edad moza, cuando esta taza- -y acompañando la acción a la palabra parecía ofrecérsela a los del corro- -me brinda la más pura alegría, pues en ella se juntan la que pudieran sentir el soldado victorioso, el poeta ensalzado y el galán correspondido; en una palabra, la única riqueza ajena de cuidados y exenta de murmuraoiooes de trongas, la que no es enemig a de la paz del sueño? Decidme quién duerme tan libre de cuidados como el bebedor comparad las pesadillas del soldado, los suspiros del amante, el sobresalto del DE LOS BORRACHOS DE VELAZQUEZ avariento, los desvelos del poeta, con el inalterable ronquido de la embriaguez... Coronemos a Baco... Sólo él merecfi el laurel con quie soñasteis. Y arrodillándose uno de los jaques, entre la algazara y chacota de los demás, colocaron en su enmarañada cabeza las hojas verdes de la diadfema de la inmortalidad. Reía socarronamente el viejo, temblando entre sus manos la colmada taza; quedó absorto el poeta ante aquel certamen nunca visto; niirafcia de- soslayo, sonriendo tristemente, el soldado; meditaba el galán... En aquel punto asomó su escuálida figura otro taperujado de maJa traza, que, mirando de través tan extraño cuadro, dijo: -He aquí asunto digno para una jácara ídie las que compone ese santiagués patizambo y antojuno. -i Y qué cabezas de estudio para don Diego! -repuso el tabernero, disponiéndose, solícito, a sangrar otro saque para celebrar el alboroque, por su cuenta- El, que pinta a los enanos del Rey, bien podía retratar a mis parroquianos, cuyos donaires, si una vez se oyesen en las regias mesas, mal año para todos los bobos de entremés, pues tengo para mí que habían de reputarse como el más sabroso plato de príncipes. Repitiéronse las libaciones, tornó de nuevo la gresca, y, entre la confusa gritería die los alegres camaradas, oyóse la cascada voz de la medidora, que, animando la fiesta desde la mesa de las castañas, decía a grito pelado: i Siga la gorja, flor de la altana; siga la gorja... yictormo Tcímavo. VERNACCI) (FOTO B U I Z

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