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BLANCO Y NEGRO MADRID 28-04-1929 página 24
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BLANCO Y NEGRO MADRID 28-04-1929 página 24

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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i. KTl AS. AlíTIOS. CAKSCÍMi (ios níotlo. s -a está d e r r u i d o el piso principai p a r a evitar que el fuesío se propas ue. X o oye usted? R O B E R T O -S i unos golpes enc) rmcs. E L íiOMi ERO. -LCsos son los tahiíjues del primero derecha. (L na pansa- -Vh. se me o l v i d a b a! (Se ñisponc a salir. ROÜEKTO. ¿í ero va usted a niarcliarse. ÍM, üOMi- ERO. -Si. Xhora me acuerdo de que acpii. en c! c u a r t o de al lado, liay u n a iovencita a la que tengo que ir a a n i m a r un rato. La pohre está s o l a parece ue su madre salió nionieníos antes de comenzar el ínego, v. ciaro, una cliica joven... ¡con io nerviosas que son las n u i j e r e s Apenas se enteró t e ¡ue iiabia fneíio en casa se abrazó a mi v comenzó a l l o r a r RorsKRTO. Q u e se ha abraza lo a u s t e d! F- L! 0. i! EKO. ¡Ya lo c r e o! Y no (pieria d e j a r m e niarciiar. Por eso es por io Cjue ¡a lie pronictido ¡pie cada dos o tres minutos pa. saria por su c u a r t o p a r a animarla. ROBERTO i ¡ircctpitadainciitf t. -Oiija: es una joven morena, bajita, muy m o n a iÍL jtOMüicRo. -Sí. es muy mona, sr ROBERTO. ¿Con unos ojos c l a r o s El. liOMp. ERO. -Creo que si. ÍÍOBERTO. -Y con unas pestañas nea ras V r i z a d a s que p a r e c e n El. no. MUERo. lom re, no me ha dado tiempo p a r a fijarme en t a n t o s detalles í Ro) jERTO. -El caso es (pac... o le parece que iebiamos hacer una cosa ¡ue se me ha o c u r r i d o p a r a a h o r r a r l e a usted unos paseos? El, p. o. vijiERO. -Ui. sía. Ivcp. ERTO. -Puesto que esa jovencita está allí mismo, par. -i que usted n o teng- a que ir y venir... trái. s? aia atpii I si nos podrá usted aiiimar a ios dos al nu. snio tiempo. o le p a r e c e? Er. iiOMHERO. -Me parece nniy bien. i una palabra más. ¡V o y por ella! (Hace niiitis. La ncnnosid- id de Roberto mnnciHa. Kápidamente Irata de poner un poco en orden la ¡labifaciún. Coloca! as sillas en su sitio, ocidta debajo de la cama el lio c iic hace an ¡nomento formó con ¡as sábanas rasgadas, deshace las arrugas de la alfombro y arre jla las flores del jarrón, finalmente, eorriqe los pliegues de su botín y sr peina, mirándose al espejo. Entra el Bombero. Es, HOMUERO. -i or aquí, señorita. ¡Ea. ya estoy de v u e l t a! i -ntra Añila. 4 nila es. como ha didio antes fioberto, mnx mona, bajita, morena, íie ojos enormes v con ana sonrisa en los labios alie no es bastante a borrar ei pánidc que está poseída. Roberto, al- eeria ntrar. se or 7 Ída del fnego, del peligro v í- él mismo. AxiTA. abai! ero. perdone usted... Ror. ERro. ¡Por D i o s! ¡Xvi faltaba m á s! Coíímiíjo no titile u. -ted ¡ne discuiparse I VA casa es -uya... Sonriendo jorcadamente. sieimjre ¡ue n o disponijan itra cosa las üanias, A x r r A ¡O h niucíias fracias! kocKiíTO. -VI tiene usted (pie anecerme nada. FTA. ¡Me encontraba aiH tan s o l a luepío ese ¡uiíío de los tabicjues que se vienen a ¡s u e l o i, e. so es lo riue m á s nerviosa me p o m a! u. ted... usted cree que c o r r e m o s peü. iíro? RoitEKTo. y o creo uu- no. Claro (lUQ d c s a e r a d a h l c siempre es. AxJT. A. Ay, Dios n ú o! R ií- o repitiendo lo que dijo el bombero) Xada. n a d a tenida, tranquilidad, nsircíia trari uiiidad. s a l e- La t r a m p n ü dad es nmy necesaria en estos casos. darse cuenta de ¡me -inita está de pie. S ero siéntese usted. ¿Q u i e r e un poco de a. sfua de azahar... ¡drierfe qne ha hecho un ofrccuniento absurdo puesto que no tiene a na de acabar, v procura cambiar la eonrcrsación. Lo que lamento es haberla conocido en esta- circimsta. ncias: personahnente, se cnticTidc, portitic de vista... rrA. -Si: me parece recordar ípie n o s hemos e n c o n t r a d o varias veces en la escalera. Ror. ERTO. -juste os hemos e n c o n t r a i o seis veces en ia escalera, dos en el portal v uria en ei ascensor. V. MTA. ¡l iene usted muy hi; ena memoria! huta za a decir algo más: pero los ruidos, que renacen ahora más pró. ximos que antes, la hacen callar. Ki, liOiíP. EüO. -lÁsos tabiques deben ser ya los del seíjundo piso. R EKTO la -inita) -Yo se asuste usted, ÍLs (jue están bu cando e! foco. b n c u a n t o íjue lo encuentren localizarán ei fuesro y A x i T A -X o Si a h o r a no estoy üUJy asusta ia. Antes, s í antes pen. sé que me moría le miedo. í ero, a f o r t u n a d a m e n t e ya me he trauípnlizado un poco. Lue. aro, ai lado (le n. sted, me encuentro ni. ás secura. n t e s allí sola... Dicen que no es un fuei; o peii. rosrsinio. ¡ue lo apaíjarán en seifU! ia. Koi ERTO. a le diie a usted que en cuanto encuentren el foco. E liOMBERO. -Xo pueden t a r d a r mucho. Oiíjan ustedes. F. seucJian iodos utcníameute. ROBERTO. O t r o tabi; ue que e a al- ueio! e. Í! OMI RO. -P e r o ese dcííe ser va (Leí tercer iso. e o (pie mis compañeros no descansan. AX: TA. ¡Qué horror! Ei. (í BERO. o hav más reme lio. señ o r i t a liay -ae hacerlo a. si p a r a que el í n e tjo no- e nrop. ii ue a los (stro- ¡lí- os, ¿cou! prende? Se ¡uitan ios umelílcs. as rojja-

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