BLANCO Y NEGRO MADRID 14-04-1929 página 26

LETEAS, ARTIÍS, CIENCIAS Ji AX. -Hombre... no tan miseria. U s tecí sabe lo que tiene d e n t r o? T t o RooüE. -i- Miá qué p o r r a! Y a mi que me se i m p o r t a? Loj. A. -Pues or eso ue a us 1 ed n o le importa u o tiene por qué m. olesíarse. S e la hemos pedido por ue era de ia tia Paca. v n o s o t r o s queremos tener ese intimo j ecuerdo de ella. Xo nos ¡jertenece? T í o RonuK ni tañía hosco) -Si. si. ¿Se piensan ustés que y o voy a n e g á r s e l a? h o ra mesnio la traen. (Se oye el- rodar de mi carro por el paz imento de la calle. RuF. -i Y a está ahí el c a r r o! (Se- asoma a la puerta. ¡Y t r a e carg á la ijucha! T í o R O Q U E -C o m o que hi mandao y o que la t r a i g a n ¿I a qué la quio yo? Voy a a y u dar a descargarla. (Sale también a la calle, vilc ¡itra Lola y Juan aguardan impacientes el momento de la entrega. L O L A ¡Y a es n u e s t r o el dinero 1 JD. V. -No se lia puesto mu bruto el tío JUAN (a Rufa) ¿No dices q u e mi tía le e n t r e g ó la hucha al tio Roque? RuP. ¡Sí. si, la bucha! ¿P o s no la está usté viendo? L s t a mesma es la bucha de la tía Paca. T Í O RoquE (ni al humorado) ¿Qué? ¿Ls ¡ue dudan ustés di que sea ési. a? ju. AN. X o por Dios! Xo dudamos, bis que. como esta chica ludda- tan malamente, entendimos nosotros que se t r a t a b a de una h u c h a- con dinero, no de una borrica recién nacida. T í o Kooüií. -i- Ah. ya, oe u n a a l c a n c í a! Como í ue si hubiá sio u n a alcancía a los m- orros se la iba a t r a e r a listes ¡A n t e los herederos están los acreedores, v a mi me debía la tía P a c a la mantinción de un año, C ue la fié los géneros, aun temiendo que nunca halvría de cobrarlos. JUAN. Pues n a d a n a d a P e r d o n e y llévese su b u r r a en pago de e s a oeuda que con ustedes contrajo la lifunta. T Í O RO UV: (socarrón) Címl homl) re. qtiiá! Ahora soy y o quien no quié la lincha. Busquen ustés, si quien, comprador, o llévenla a? ladrid pa su recuerdo. A mi me Ijasta con que m e p a g u e n en dinero mi deuria, o seré y o quien v a y a al alcalde o al juez pa que a ello les obligue, corno herederos. líl que bereíla los bienes hereda las t r a m pas! Ahí se quean u. stés con su hucha, y h a s t a la noche a g u a r d o mis d i n e r o s si no m a ñ a n a al juez, qui entiende de esas cosas m á s que tóos j u n t o s (Marchase a la calle, amosla. aado, el tío lioqne, inicnfra- s Juan y Lola, indig- uados. kinsan de la casa a empellones a Rufa, y la borrica, en absoluta libertad, brinco, juguetona, mordisqueando luego la lechuga y ¡os tomates que están sobre la silla. Roque. LoL. Haremos ante él el recuento de lo que conteng- a. JL AN. ¿f- ara qué? A u n q u e falte algo n o podemos p r o b a r l o con; iue d e m o s t r a r e n w s confianza. (Entra el lío Roque conduciendo, agarrada por las orejas, una borriquilía casi recién nacida, que bmica y cocea juguetona, pugnando por soltarse de las manos que ¡a siijeian. TÍO ROOÜK. Ac uí está la b- ucha! Ybora ustés. si quieren, la niiran lo que tie dentro, qui a mí na me i n i p o r t a! J U A X -P e r o qué dice usted, h o m b r e de Dios? ¡S i yo no le he pedido a usted esto! R U F A -i Ay, qui g r a c i o s o! ¡A que mi va a e j a r a mí p o embustera! T í o R o o u E ¿P o s qué h a pedio u s t é? LOLA. -i L a hucha M. Martín de Mendoza. (De nuestro concurso literario. (PIEU. JOS DV, BlílNtí.