BLANCO Y NEGRO MADRID 31-03-1929 página 50

ACTUALIDADES La semana humorística. AROS DE PAPEL ARA v e z las Agencias telegráficas transmiten alguna noticia interesante sobre Montecarlo. Todo se desliza allí acompasadamente, en una no interrumpida monótona canturria de ¡Hagan juego, señores! ¿Está hecho? ¡No va m á s! Pero en treinta o cuarenta horas se ha puesto sobre el tapete una grave cuestión, producida por una racha constitucional, y ha quebrado el juego que antes se daba. Los monegascos y no monicacos que sería más fácil, han manifestado al príncipe su decidido de. seo de que talle otro y con barajas constitucionales. El motín ha sido de gran espectáculo. Los revoltosos arrollaron al jefe de Policía, que inútilmente trató de impedir el corte a los maniEs de suponer que el conocido maestro en cuya casa ocurrió el suceso se apresuraría a quitar de su despacho una panoplia tan sugeridora En fin, ya tiene un asuntito para hacer un cuplé. A un rico comerciante de Sabadell le extrajeron un riñon, sin que, a juicio de los médicos que han observado la viscera, fuera necesaria la intervención quirúrgica. El caso se repite con mucha frecuencia. Ya sabemos que las operaciones no siempre son precisas, pero ésta es la costumbre entre los cirujanos. ¡Señor, todo el mundo tiene que vivir! menos el paciente. La única novedad en este punto es que el comerciante de Sabadell, a quien le ha costado un riñon -en el doble sentido de la palabra- que le hurgaran con el bisturí, amparándose en unos artículos del nuevo Código penal vigente, reclam. a al temerario cirujano- ¡oh, gran Moliere, qué blanco les hicistes de tus burlas! -una indemnización festantes, hartos, al parecer, de que se les gobierne con la misma postura Ignoramos si los subditos del príncipe Luis persistirán en su resuelta actitud de pedir un pleno un pleno disfrute, se entiende, de sus derechos constitucionales, o todo acabará en un íiers et tou- t. Por un quítame allá ese cuplé riñeron en el domicilio de un especializado compositor del género, dos autores. Aunque se trataba de cosas del pequeño dereclio el proveedor de letras, tomándose un derecho más grande agredió a su colaboraQor el músico con un hacha que halló a su fácil alcance, arrebatándola de una bonita panoplia. Sin duda el enardecido y furioso agresor, al proceder así, debió acordarse de que la letra con sangre entra mientras el músico exclamaría, con profundo dolor: -i Qué bárbaro! ¡Eres un hacha companero R