BLANCO Y NEGRO MADRID 31-03-1929 página 42
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página42
- Fecha de publicación31/03/1929
- ID0005132869
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T. KTRAS, A U T R S fníN CIAS EL AMOR A LAS C U M B R E S Cumbres de la montaña, que es toda fortaleza; que es un ara magnifica de la Naturaleza, cargada de pujante vegetación feraz; un refugio grandioso, incólume y bravio, contra todas las hieles malditas del hastio, ¡un templo fulgurante de imponderable paz... ¡Oh, mágica montaña, recia mole vetusta... Desde su cima magna, desde su cima augusta, todas, todas las cosas ¡cuan pequeñas se ven... Aislados sobre el pico más alto de su cumbre- -en que estréllase el rayo y el sol vierte su lumbre- ¡la vanidad se achica y se agranda el desdén... ¡Fraguantes horas quietas de la montana pura, sin ficciones, sin tópicos y sin literatura, sin nada que el espíritu nos logre deprimir... ¡Momentos en que brotan los altos manantiales de nuestras ilusiones y nuestros ideales como algo que en el alma no puede sucumbir... IVIontaña de misterio solemne cual un rito, en que todo lo invade un reposo infinito, una densa dulzura de enorme majestad... ¡Montaña que compendia la clave de la vida, que hace volar la alondra en el alma dormida y que tiene por palio la azul inmensidad... En sus serenas cúspides nos hallamos más plenos de vigor, más sencillos, más cordiales, más buenos, más distantes de toda pasajera ambición... Reposamos en brazos de la Naturaleza, y así, sobre el regazo de su santa belleza, nos aduerme la musa de fray Luis de León... El sol envuelve al día en su postrer abrazo... Cruza un pastor el valle con su caj- ada al brazo... Los ruiseñores lanzan su arpegio magistral... I. a noche va empañando la bóveda del cielo... Y nosotros, e. xtáticos, miramos con anhelo iperder. se entre las nubes un águila caudal... Manuel (vr. ro rARQE i p Camacho n: SAXTA Benéylez. I) Í: L VII. I. AU) MARTA