BLANCO Y NEGRO MADRID 31-03-1929 página 40

LRTRAS, AHTKS Y CIENCIAS TIPOS Y ESCENAS presidente; pero éste, al comenzar la elección, pronunció el siguiente discurso: Señores interventores: Legalidad, legalidad y legalidad. Aquí, en esta mesa, ha de cumplirse la ley al pie de la letra; para eso está aquí Juan Pérez, para que cualquiera que meta embtichaos o trate de hacer votar a los muertos, o perturbe el orden, sea inmediatamente detenido. ¡Señores: Legalidad, legalidad y legalidad! Les interventores quedaron más tranquilos con estas ¡palabras: pero, en un descuido que tuvieron durante el almuerzo, tal fué el puñado de papeletas de la candidatura de sus amigos metido por D. Juan en la urna, que, cuando, por la tarde, se hacía el escrutinio, salió, con el asombro de todos y el regocijo del público, la siguiente papeleta; Almacén de cereales. Don Juan Pérez debe a D. Juan García Orta 40 fanegas de cebada, etc. etc. Es decir, que el hombre de la legalidad y del quo 7i adis había metido en la urna hasta la factura de los cereales que debía al conocido comerciante de Onuba, Sr. IGarcía Orta. E RA unas reñidas elecciones municipales hace ya más de veinte años, en que liberales y conservadores andaban a la greña en la simpática Onuba. En el colegio electoral de San Sebastián presidía la mesa un veterano político, que las pintaba de puritano en las cuestiones de la ciudadanía; pero que, como verá el curioso lector, arrimaba el ascua a su sardina, en tal forma que era un verdadero encanto. Llamábase D. Juan Pérez, tenía una mediana ilustración, si bien por una estructura especial de su cerebro era muy propicio a confundir las terminaciones de algunas palabras, y decía ausirianos y prtisiacos; llevado de su irresistible propensión a confundir, largaba lo de muros contenciosos, y la frase hecha statu qiio la expresaba una vez del modo siguiente: Señores, es imposible mantener el quo vadis. No va, sin embargo, la gracia de este sucedido que refiero por el camino de las frecuentes confusiones de su léxico original, sino más bien tiene relación con aquello del ascua a su sardina. Como D. Juan era de reconocida filiación política, los interventores contrarios de la Mesa electoral que él presidía estaban inquietos y dudosos sobre la imparcialidad de! M. fPIRtI. TO Siurot. DE PEU. TCER)