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BLANCO Y NEGRO MADRID 13-01-1929 página 97
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BLANCO Y NEGRO MADRID 13-01-1929 página 97

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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D E P O R T E S EL REAL MADRID DE LA HORA PRESENTE, CONJUNTO DISCIPLINADO, EFICAZ, LLENO DE JUVENTUD Y DE VOLUNTAD BIEN D I R I G I D A S conjunto. El hecho repetido era perfectamente normal, aunque los encargados de juzgarlo no acertaron a interpretarle como es debido. Por muy de excepción que sea un futbolista, en el grupo su afán es hacer línea, formar conjunto, atender a los resultados globales. El caso Monjardin, como el actual de Yermo, son los que se apartaa de la generalidad. Es infinitamente difícil encontrar un hombre pero resulta relativamente fácil completar un equipo y hasta dotarle de buenas reservas que sepan suplir los ausentes casi con el mismo valor que los titulares. Por el equipo blanco desfilaron varias figuras calificadas de notables a prior i, que en sus terrenos fueron esperanzas y aun realidades de pocos días, muy estimables. Mas tan pronto como cambiaban de aires, el fracaso se ponía de relieve, porque nadie llevaba la línea como el otro nadie remataba de cabeza como aquél y ninguno tenía la valentía del que se lo jugaba todo a un alarde en los momentos culminantes. Así el problema era insoluble. El hallazgo de un Monjardin era un imposible, por mucha que fuera la obstinación de los directivos, de los socios y de los partidarios del Real Madrid. Al fin el criterio del Real Madrid evolucionó en el sentido de prescindir de la sombra de Monjardin. Puesto que era difícil hallar su alter ego, menester sería confor- marse con disciplinar un conjunto. Y se acertó plenamente con tan feliz solución. f ueron duras las lecciones en que se curtió el temple madridista. Singularmente, durante la temporada anterior, el equipo desorganizado, incompleto, sujeto a los vaivenes de un público impresionable, estuvo a pique de irse al traste en una negación absoluta de los factores que tienden a sostener una Sociedad: los directores, los futbolistas, los socios y hasta el mismo público. A última hora, un triunfo contra el Deportivo Alavés, de Vitoria, en el campo de los alaveses, sirvió para que los centrales, aun sin merecerlo, se vieran incorporados por más largo plazo al campeonato de España. Pero la reacción fué brevísima. A las pocas jornadas el Valencia se encargaba de eliminar al representante madrileño, que en Iestalla demostró su carencia de méritos para perseverar en el torneo. En la labor triunfal, que, naturalmente, puede verse interrumpida por un enemigo superior o en la jornada aciaga, el éxito más determinado, luego del que se merecen los jugadores, corresponde al entrenador, que supo disciplinar, aunar y hacer eficaces todos los dispares esfuerzos. No se hace a estos hombres, que figuran siempre en el reparto con papel sin relieve, la justicia que se merecen. En cambio, cuando el fracaso llega, la responsabilidad

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