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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-11-1923 página 48
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BLANCO Y NEGRO MADRID 25-11-1923 página 48

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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CORRESPONDENCIA De Lili a Loló. M I proceso sentimental se acaba, ya que todo tiene un término en la vida. Y voy hacia el matrimonio tranquilamente, con un ritmo sosegado en el corazón y una sonrisa sobre los labios. Es natural. La idea de un matrimonio en el seno de cada familia nunca asusta a la futura esposa, sino a sus padres. Por mi desgracia, éstos no existen en mi caso particular. Sólo la vieja chacha que me vio nacer, se emociona en ocasiones y me prende de la barbiha con su mano rugosa para decirme ¡Nena! ¡Nena! con unas lágrimas que tiemblan a ñor de párpado. Tales ternezas, inevitables para quien quiere de afecto que pudiera decirse maternal, exasperan a quien ha de ser mi marido. Presiente la escena ineludible en un ipróximo porvenir. Y hasta me ve vestida ya con las galas de novia y escucha el rumor de esos besos sonoros con que las gentes que no han recibido una mediana educación exteriorizan sus sentimientos. -Lo último que pienso adquirir en mi estado de soltería- -asegura- -es una esponja. Yo quiero llevar, al casarme, una mujer limpia, con cara de rosa. Pero nunca una mujer llena de la baba que dhorrea cierta boca desdentada, por muy de criada antigua que ella sea. Injusto. Pero el instinto me dice que todo enamorado es siempre cruel para aquello que no sea su amor. Perdono, pues, tal injusticia, y hasta sonrío al discurso como se sonríe a una broma. Celitos, también. Es muy de tarde en tarde, y el espectáculo, gracias a Dios, nunca termina en tragedia. Tal cual relámpago que se enciende en la lejanía, como los de la tormenta cuando tiende a su fin. La otra tarde salimos de nuestra torre de marfil para estirar las piernas. Fué un paseo que nos llevó hasta la orilla de este mar azul y tranquilo, por háb to, srbre el que cruza la sencillez blanca de las vela? ¡atinas. íbamos el señor cura, bonachón y distraído, y la parejita que ya conoces. Nos ves, en grupo, sobre la grandeza del acantüado, t onde rompen las o as suaves con un llanto de espuma... De repente un hidroavión se elevó desde la playa vecina y cruzó rozando casi nuestras cabezas. ¿Adivinas? No hace falta ser muy lince para ello. Sí; dentro del aparato iba el otro, y como nos distinguiera desde lejos, al pasar, y hasta perderse de vista, su mano, fuera de la borda, nos saludaba con un adiós amical. i Pobre muchacho! En medio de todo, tengo que agradecerle una ausencia absoluta de rencor. Pero ¡vete con razonamientos de esta índole a quien te quiere de amor y tiene, por añadidura, Ja escama natural de todo hombre maduro! El enfado, al principio, sólo se acusó en el ceño; un ceño adusto y fruncido que no presagiaba, por cierto, nada amable. Al final, sin embargo, las palabras vencieron al gesto, y éstas salieron atropelladas y premiosas a un tiempo, como el que siente la necesidad de ser cruel a pesar de todo y por encima de todo. -Cuando te saluda tan amablemente- -pronunció- es que espera todavía. Un hombre seguro de su destierro nunca besa la mano que le condenó. ¡Y a esto le llaman los hombres experiencia! Yo permanecí muda, por comprender que hasta la frase n: ás dulce hubiese agrandado la herida abierta en aquel amor propio. Hice bien, Al poco, una gaviota hundió su pico corvo en el mar, para sacar prendido un considerable pez. ¡Miren, miren allá abajo! -chilló más que dijo el señor cura- El cazador, en su avaricia, casi no puede transportar su caza. Se debatía el pez en el pico del ave con unos reflejos de plata; el sol- -un disco rojo, sangriento- fiundíase por Poniente con toda su pompa espectacular. Yo sentí una ligera presión en el brazo; no rae moví, ni reclamé siquiera mi libertad de acción, como otras veces. Y entonces la voz de los momeiitos buenos dejó en mi oído su bal samo reparador: Perdóname, mí nena bonita. Soy un estúpido, lo que se dice un idiota. Acabo aquí, ya que dicen que quien calla otorga. A confesión de partes... ¿Para qué proseguir, pues? Sería perfectamente inútil. Adiós, Loló. Según creencia del propio interesado, estoy enamorada de un idiota, i ero no me arrepiento, LUÍ. í or la írLLn cripciúii, HrOTTORNO Y TOPETE.

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