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BLANCO Y NEGRO MADRID 23-09-1923 página 40
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BLANCO Y NEGRO MADRID 23-09-1923 página 40

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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CORRESPONDENCIA De Lili a Loló. P ARis? i Bah! No necesito nada de tu Paris, y para los vestidos negros y lisos que he de llevar aún por algún tiempo me es suficiente con una modista ignorada e ignorante que viene a trabajar a mi misma casa y hace y deshace las cosas a mi gusto y antojo. Diviértete en Paris; es todo lo que te deseo. Pero de aquí a envidiarte o a pensar en hacer la excursión en tu compañía hay todo un abismo. Novedades. Carta de mi señor tío. Del primer salto de su huida ha ido a parar nada menos que al Cairo. Me escribe en clase de Pachá- Bum- Bum. sentado a lo oriental sobre cojines y envuelto en nubes de humo de tabaco rubio. Volveré en cuanto te sea necesario me dice en síntesis. Vuelve estuve por contestarle; pero le he dado la callada por respuesta. Y es que estoy picada, francamente picada con este señor, que se permite el lujo de abandonar a su única sobrina cuando la sabe sola y llena de tristezas. En la carta existe también más de una bromita alusiva al pasa; lo. Se habla de la avioxión, como deporte supremo. ¡Qué atrasados andan de noticias por El Cairo I ¿Ño es cierto? Leo mucho. La manía de leer llega a mi por rachas, y en el momento atravieso una de ellas. Cada seis u ocho días subo a la biblioteca a caza de un nuevo libro. Quiero decir que leo despacio y procuro enterarme y digerir lo que leo. Ahora recorro la casa con mi Stendhal debajo del brazo. Conoces, tal vez, esa maravilla de obra que se llama JM- Chartreuse de Parmef Vivo, pues, aunque con la imaginación, en uno de esos principados de la antigua Italia. Asisto a las fiestas de la duquesa de Sanseverino y me inicio en toda una serie no interrumpida de menudas intrigas de Corte. En el hecho de leer existe para mí un nuevo goce hasta ahora no experimentado. Antes me gustaba leer, pero no sabía prescindir de todo para leer. Para leer hay que abstraerse en absoluto y vivir sólo para las páginas que tenemos delante, Y el que no lea así es mejor que renuncie desde lue. go a la lectura. Días de encanto por este litoral. Hace tiempo que no recuerdo de unas tarde. s más transparentemente luminosas que las que vivo. En la primave- ra y en el verano la luz es más escandalosa, má, joven; pero le falta esa distinción que sólo se a lquiere con el tiempo. Ahora los días son más cortos, pero más bonitos también. Para la vida, si el verano pudiera ser la adolescencia y el invierno la ancianidad, estos primeros dias de otoño son la plenitud. Plaza de la Concordia, rué de la Paix, place Icndome... He abierto un viejo álbum, con vistas de Paris, que desnidé no sé dónde, y sigo, paso a naso, todos los lugares que vas lu onto a vjsitar. Y. a pesar de todos los pesares, no siento la atracción de Paris, porque no me siento con un alma propicia para las aventuras. Me gusta el silencio sobre toda cosa, al extremo de que mi símbolo pudiera muy bien ser esa esfinge que se lleva el índice hasta los labios. Nada de ciudades ruidosas, con sus avalanchas de coches y sus duchas continuas de luz artificial. Obscuridad y silencio. Y entre el muFismo y las sombras, yo, deslizándome como una más, ¿Puedes tú comprender esto, Loló del estrépito continuo y la inquietud nunca saciada? Lo dudo: pero te condeno al tormento de todo este largo período para que sepas por qué no puedo ser tu compañera de viajes ni cambiar mi rincón ignorado y levantino por todo tu París esplendoroso y prometedor. ¿París? ¡Bah, París! Vuelvo a repetirte que no necesito nada de tu Paris, y todo lo que de esta ciudad deseara tú no me lo podrías proporcionar. Me gustaría ir, por ejemplo, al Lo- uvre, adonde tú no irás probablemente, y sentarme ante la sonrisa inefable de la Gioconda. ¡Este Leonardo de Vinci! Honradamente creo que ha sido el primer pintor del mundo. Pero para qué hablarte de pintores ni de sus cuadros? Cada cual, a lo suyo, y lo tuyo no creo vava a encontrarse precisamente en los Museos. Más bien en los grandes almacenes, en los teatros y en alguna de esas boites donde se toma el te carísimo y apretadísimo. Esto es lo tuyo, y créeme que por semejante lado no te envidio ni chispa. Escríbeme pronto y largo. Yo te beso y reitero una vez más mi inquebrantable cariño. I. -lí. Por a transcripción, J. FOTTORNO Y TOPETE.

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