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BLANCO Y NEGRO MADRID 22-07-1923 página 44
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BLANCO Y NEGRO MADRID 22-07-1923 página 44

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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idea del hogar patrio? ¿Por qué serie de conexiones ignotas la mantilla es de obligado uso en las señaladas y populares fiestas? ¿Qué causas hacen que miremos a la mantilla tendida sobre la enhiesta y monumental peineta como una sub- bandera nacional? Ved como yo me lo explico: Fué España país guerrero casi siempre. Luchó durante ocho siglos para reconquistar palmo a palmo lo que perdiera en la batalla del Guadalete. Y, terminada la reconquista, apareció América ante los asombrados ojos de un pueblo acostumbrado a lucha cruenta y constante... Recorrió la bandera española de triunfo en triunfo las vírgenes tierras del Nuevo Continente, engarzado como florón sumo de poderío y de gloria en el manto real de la Católica Isabel... Peleas intestinas luego, luego principio de una lamentable decadencia, y entonces, cuando una nación acostumbrada a luchar de continuo y a vencer empieza a flaquear, surge el bélico genio que tuvo su cuna en Córcega y que... ...miró al ibero león ansiando a España regir... para que aparezca en tales momentos todo el empuje generoso, salvaje e indómito de la raza, escribiendo las inmortales estrofas de la epopeya de la santa Independencia... Y en tanto que los menguados espíritus de los afrancesados se inclinaban ante la hueca majestad de Pepe Botella, el pueblo, el soberano pueblo luchador y valiente, sabía morir y vencer... Y blancas y negras mantillas cubrían las tristes cabezas que se inclinaban dolientes cuando a llorar iban a los fusilados de la Moncloa y en el Salón del Prado; negras y blancas mantillas usaban las dulces amadas de los bravos garrochistas de Bailen; blancas y negras mantillas llevaban las manólas gaditanas cuando donosamente se burlaban de la impotencia de los proyectiles franceses; blanca mantilla se prendía la hija de Malasaña al realizar su inaudita proeza. Sí La carmañola pudo ser, y fué, todo un símbolo de la tremenda revolución francesa, la mantilla española pudo ser, y fué, el símbolo de la Independencia Patria. Por eso en la fiesta bárbara y brava de los toros es gala gloriosa de ella el sedeño encaje sujeto por los claveles sangrientos. Son centellas los ojos, de mirada cortadora como el estoque del diestro, y son fresa apetecible los rojos labios de la hermosa, y son azahares murcianos los dientes perfectos que la risa descubre, y son mallas de red aprisionadora de corazones las que forman los entretejidos hilillos de seda, y son gotas de sangre de la sangrienta fiesta los olorosos claveles y si la bandera que ondea sobre el redondo coso dice a los de fuera que aquello es trozo de España, las mantillas de dentro- -nuevas banderas de la (hermosura y de la braveza- -tíicen a todos los Congregados que aquello- -la mujer, la diosa ibera- -es lo sano, lo fuerte, lo bello, lo heroico de la raza... Por eso, cuando la sacrosanta Caridad hace un r. ji i i ii i llamamiento a todos los corazones en los festivales de la, flor, las encantadoras postulantes tocan su gentil cabeza con la española prenda, seguras de que ésta es un salvoconducto ideal para llegar a todos los bolsillos. Cede galante el procer linajudo ante la linda muchacha de airosa mantilia; cede generoso el hijo del pueblo ante la dama procer y linajuda que quiso honrar la prenda popular por excelencia... La maravilla de Almagro o de Cataluña, al caer en pliegues artísticos sobre los femeniles y redondos hombros, nivela todas las condiciones sociales y funde en un solo sentimiento el amor a España, a nuestra adorada España, el sentir de todo un pueblo. La mujer española, que es toda ella intuición sublime, pasión y delicadeza, ha hecho de la mantilla suya algo más que el símbolo de la Independencia: la ha hecho también símbolo de la santa Caridad. Por eso igualmente, cuando la Iglesia rememora y conmemora los más augustos momentos de la religión cristiana, la mujer española, consciente de que tales días y tales actos encierran algo muy hondo, pero muy igual; algo que a todos alcanza, algo que conmueve las más recónditas fibras del que mora en el palacio suntuoso como de quien en la mísera choza se alberga; algo general y, por ser general, profundamente humano; la mujer española, repetimos, saca de su encierro la gentilísima prenda y tócase con ella, y así tocada acude a los templos, donde toda unción y recogímiento tienen su asiento en los santos y luctuosos días... f í fí i f I I I I i! i i I i 1 i I I I I La mujer española, que es toda ella intuición sublime, pasión y delicadeza, ha hecho de la mantilla suya algo más que el símbolo de la Independencia y el símbolo de la Caridad: la ha hecho también símbolo de nuestra augusta Religión. i I i Aquel gigante de la elocuencia que se llamó Castelar decía que quería ser enterrado de forma tal que sus labios yertos pudieran estar besando Constantemente la tierra española; un poeta ha dicho que quería que envolviesen su ataúd en la española bandera, porque, al mirarla por las grietas de la caja... ...verá mi ilusión en tus colores (Je tu sol los doraclos resplandores y de tus huertos los claveles rojos. Yo sé de una mujer, que por ser míos estos renglones los leerá con cariño, que quisiera ser amortajada con una mantilla hlanca y Con otra negra: con la blanca, para tener siempre delante las rizadas espumas del mar turquí de Andalucía y Levante y las eternas nieves del Pico de Mulahacen, en Granada; con la negra, para creerse siempre asomada a una reja sevillana, aromada por las flores, en noche de luna primaveral... Esta mujer es española. J. (DIBUJO SORIANO. ERIKGA) D E MÉNDEZ

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