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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-06-1923 página 55
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BLANCO Y NEGRO MADRID 17-06-1923 página 55

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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lililí I iitii LA INFORMACIONES DE SOCIEDAD M O D A Y LA C A S A M O D E R N A Novedades de la moda femenina en Alemania. Fué padrino el señor Borrell, padre del novio, y firmaron el acta matrimonial, como testigos, los señores Polo de Bernabé, Basset, D. Federico y D. José María G. Patón y D. Eduardo Castro y G. Patón por ella, y por él, D. José Borrell, D. Emilio Roy, D. Juan F. Rodríguez y don Joaquín. Bendijo la unión el celoso párroco, D. Jesús Torres Losada, ante una imagen de Nuestra Señora del Pilar, y llevaron la cola de la desposada dos niñas preciosas, hijas de los señores de Aguirre. Terminada la ceremonia, todos los invitados se trasladaron al hotel Ritz, donde se sirvió exquisita merienda. La recién casada trocó sus blancas galas de desposada por elegante toilette de crepé verde, bonito sombrero negro y hermoso renard. Después de la merienda desaparecieron las mesas como por obra de magia, y la gente joven se entregó al baile, su diversión favorita. Los señores de Castro y sus hijos hicieren los honores de la fiesta con su habitual amabilidad, el nuevo matrimonio emprendió su viaje de boda. Les deseamos dichas sin fin. Una boda en Madrid. N la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción se ha celebrado la boda de la señorita María del Pilar Castro y G. Patón con el doctor D. Julio Borrell. Ante el altar mayor, materialmente cubierto de flores blancas, se arrodilló la novia, primorosamente vestida con elegante traje de crepé que realzaba su arrogante figura y su belleza de ojos negros; belleza tradicional en la familia y representada en aquel momento por tres generaciones: la novia, su madre, señora de Castro, y su abuela, la señora viuda de G. Patón, que brilló entre las muchachas más guapas de su época, cuando era la señorita Dolores Robles. Hemos oido referir muchas veces que su aparición en el palco del Real, con la duquesa de Híjar, se saludó siempre con murmullos de admiración. El transcurso del tiempo ha blanqueado su cabeza; pero no ha conseguido aminorar el brillo de sus ojos y el encanto de su sonrisa. Actuó de madrina, y al verla rodeada de sus nietas, todas bonitas, pensamos que para ellas no debe ser temible perder la juventud si recorren el camino de la vida como su abuela. E LA SEÑORITA MARÍA DEL PILAB, CASTRO Y G. PATÓN V EL SR. BORRELL, CON SUS MOMENTOS DE RECIBIR LA BENDICIÓN NUPCIAL

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