BLANCO Y NEGRO MADRID 25-02-1923 página 35

LO QUE El Fox- Trot DICEN LOS BAILES L torbellino de la moda nos lo trajo, y ha cundido con mundana rapidez. Pero el que por la moda nace, por la moda muere... En el horizonte de las danzas, de sociedad asoman, con amenaza de nublados, estos otros bailes que ya invadieron el bulevar, y que se llaman el pasetto, el hoidi, el criss- cross, la génova (alusión coreográfica a la inútil Conferencia) y otros de menor cuantía, por reminiscentes, como la aragonesa o la polca criolla... i Hasta cuándo vivirá el fox- trot? No se sabe; pero el ya famoso pasetto puede acelerar su fin. E La moda, en arte, constituye muy a menudo un agravio al arte y al buen gusto. No siempre todo lo que se lleva se ama. El minué y el pasodoble, la sarda y el vals no los han creado los modistos ni los neurasténicos, sino el pueblo con su alma y él arte con su unción. Apenas examinado, se advierte que el fox- trot posee un encanto que llamaremos de mosaico musicalmente arlequinesco; esto es, compuesto de retazos y maneras de otras danzas de salón. Cuando agrada algo más de lo de costumbre es gracias a la colaboración latina, que no sabe hacer arte sin ha- A fuer de hijo de la moda, nació atacado de la dolencia de la volubilidad. ¿Quién se acuerda ya de otros bailes, ayer mimados, como la furlana y el paso del oso, frenética actualidad de Bullier y su Bul- Mich Con la juventud de nuestros padres huyeron la redova, el cake- U alk, la berlina. En el anchuroso seno de lo efímero descansen. Su gloria, más caprichosa que sólida, fué flor de pocas temporadas... Mientras no fenece, el fox- trot ha invadido todos los grandes hoteles del mundo. Se ha hecho cosmopolita, lo que ha lo. grado por su falta de terminante personalidad. Originariamente negro, su emoción tiene poca luz y ningún helenismo. Por culpa de su ascendencia, nada superior ni ilustre, en principio parecía un baile únicamente para los pies de pecho abajo, hostil a los saltos y giros del corazón, que ennoblecen a otras danzas. Resultaba híbrido, inseguro, borroso. Aspiraba a tener ritmo, pero en el fondo no era nada más que movimiento. Alardeaba de espiritual, y... siempre tiene gruesos los labios Quiere extasiarnos, y todo a lo más que alcanza es a entretenernos. cer sentimiento. No cabe duda de que existen mil fox- trots bonitos por bastardeados con ventaja, por mejorados europeamente en tercio y quinto... En definitiva, y pese a su boga, flesde el punto de vista coreográfico es uno de los bailes mas manchados de claudicación y de tolerancia plebeya. Esos silbidos con que gusta de adornars; esos platillos que apestan a barracón, esas contorsiones del sonido y esas histerias del ruido le avillanan, le recargan con ostensible perjuicio, hacen más ensortijado su pelo crespo de cimarrón y más desgarbadote su smocking sudoroso... Da la impresión del parvenú del pobre señor que enfunda en sus guantes de rica piel unas manos encallecidas de simio; del montaraz que viene galopando desde su selva remota para sentar nada menos que plaza de señorito. La linda muchacha, noblemente rendida de la danza por la danza, no advierte estos detalles minúsculos, pero elocuentes, aunque al final de la velada no desluzcan ni poco ni mucho la litúrgica delicia del baile. Pero cuando, ¡ay! llegue a yieja, si este fox- trot no hubiese muerto- -y morirá, sin duda- se hará clásica y tornará a los valses, a los cotillones, a lo que signifique elegancia, júbilo, dulzura... Porque entre el rascacielos y el Parthenón, entre la rosa y la morfina, entre lo transitorio y lo permanente existe un abismo que sólo salvan los años, no las modas, cuando no la sensibilidad con su tino, su buen gusto y su fervor. E. RAliliRKZ DIBUJO DE ¡j j I ÁNGEL LOZANO SIDRO