BLANCO Y NEGRO MADRID 12-11-1922 página 25

OBSERVADORES DE AEROSTACIÓN variación no les debe pasar inadvertida; asi podrán indicar al mando, con quien están ligados telefónicamente, cualquier modificación que adviertan en la organización defensiva del enemigo el emplazamiento de sus trincheras, baterías, observatorios de éstas, centros de aprovisionamiento, pistas, vias férreas, etc. etc. Ayudarán a la Artillería propia a corregir su tiro, indicándole los puntos de caída de sus proyectiles y observando después sus disparos en el período de eficacia. En caso de ataque de las fuerzas propias, indicarán al mando de tiempo en tiempo la posi- POR JOSÉ MARÍA DE AGOSTA L A observación desde globos cautivos adquirió una gran importancia durante la pasada guerra europea. Baste decir que al principio de las hostilidades Francia sólo contaba con tres compañias de aerostación, y que este número fué elevándose en el curso de la campaña, llegando a alcanzar la cifra de 75 compañías al terminar la guerra, y que hoy, en tiempo de paz, mantiene 28 de estas unidades, contando además con gran cantidad de material de este género en los parques, lo cual permitiria en caso de movilización el aumento rápido de tales fuerzas. SAI. V D R l UOY x; C: iOXJ- S P A R A Kl. CI: RS 0 nH OBSlíHX ADORKS líX ICI. i U l l G O N O DE- EROSTACTOX. DE OTTADAT. A. TAH. Y Al principio el mando rehusaba el empleo de fuerzas de Aerostación, que por su numeroso material y ganado le eran molestas en marchas y acantonamientos, y cuya utilidad era algo problemática mas a medida que su material se fué perfeccionando y que hubo observadores peritos y prácticos, sus servicios fueron tan notables y eficaces, c uc los jefes de tropas reclamaban tener a sus inmediatas órdenes compañías de esta clase, siendo preciso multiplicar su número, y llegando a estar todo el frente con el horizonte jalonado jior globos durante el período de la guerra de posiciones. Los servicios que los observadores aerosteros pueden prestar son verdaderamente inapreciables. 1 esde sus elevados observatorios ellos distinguen una vasta extensión de terreno, donde la menor ción que alcanza la Infantería, para la cual ésta jalonará la linea que ocupa, a horas convenidas, por medio de señales fumígenas que permitirán al observador señalar su situación en el plano comunicársela al mando, evitando de este modo que la Artillería pueda disparar contra la Infantería propia por ignorancia de los puntos adonde ha llegado. Igualmente señalará las concentraciones enemigas, y por el mayor movimiento de trenes, la proximidad de una ofensiva del adversario en un punto determinado. Así, por ejemplo, durante el verano de 1918 los observadores del globo francés que había delante de Montfaucon, que estaba en el aire todos los días desde las tres de la madrugada hasta las diez de la noche, habían llegado a establecer el horario completo de los movimientos de los trenes enemigos. El 10 de Ju-