BLANCO Y NEGRO MADRID 31-08-1919 página 8

y i 1. pi M EL HIDROPLANO M- 9 E N E L P U E R T O D E TARRAGONA QUE TUVO QUE DESCENDER POR ONA AVERIA CUANDO REALIZABA EL VUEIÍI DE BARCELONA A VALENCIA. (FOTO V A L L V E) Cavestany, dijo que, al tomar posesión de su cargo, se le ocurrió asomarse al mencionado organismo oficial y vio verdaderos horrores. La superioridad determinó la formación de un expediente administrativo; y la gente, impresionada, porque todo lo que se relaciona con la infancia desvalida llega más al corazón, pensó que, si existen los horrores que vio el gobernador, lo primero de todo debía ser extirparlos de raíz y después instruir todos los expedientes que se quiera. Eso sería hacer algo práctico, y tratándose de niños, piadoso, caritativo. Lo demás es... expedientear, que en España equivale a hacer que se hace para no hacer nada; esgrima de espada con la de Bernardo, y de carabina con la de Ambrosio. Regresan mohínos los veraneantes. Confiesan que el calor les ha echado del lugar elegido jmra refrescarse, mientras se achicharraba Madrid. Diríase que por extravagancia de la Naturaleza, en las poblaciones donde las temperaturas bajas son habituales, han sido este verano las más elevadas y persistentes. Díganlo Avila, Soria, Teruel, Huesca, Cuenca, Burgos... E s fama que en la vieja capital de Castilla predicó un famoso orador sagrado que conminó a los pecadores con las penas del Infierno, situando la eterna mansión de los irredentos en el Polo Norte, entre nieves perpetuas y hielos irreductibles. y que reconvenido por la autoridad eclesiástica, en cuyos oídos había sonado a herética la descripción infernal, alegó, en descargo de su conciencia, que no había juzgado prudente hablar a gentes burgalesas de una futura vida entre llamas para evitar a los oyentes frioleros una tentación... En no pocas de las residencias veraniegas reputadas de extraordinariamente frescas, además de sobrar el calor, ha escaseado el agua. Lo que en lenguaje telegráfico se llama un exitazo Siquiera Madrid se ha sentido frito en el transcurso de Agosto; pero sin protestar, sin pedir que le devuelvan el dinero, resignado con su suerte, y hasta ofreciendo el espectáculo sangriento de un choque de tranvías, con numerosas víctimas, lo que dio que gemir no poco a las prensas y que sudar tinta a la curia. ¿Para qué? Para que suceda lo que en anteriores y asimismo macabros accidentes tranviarios, en la carrera de San Jerónimo, en la calle del Barquillo. ¡Pueblo más paciente y que menos proteste de que se le maltrate! Por poco se pone a empujar los tranvías cuando, al empezar el verano, se paraban por falta de corriente a cada dos pasos; tolera que cada lunes y cada martes varíe el régimen de subir y de bajar en ellos; se aviene a pagar precios duplicados y triplicados en recorridos de una misma distancia... Hay sospechas de que pensó en Madrid, cuando