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BLANCO Y NEGRO MADRID 24-11-1912 página 35
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BLANCO Y NEGRO MADRID 24-11-1912 página 35

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
  • Página35
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En ti todo sonríe con alegría, eres estrofa dulce de gran poeta y eres, de las ciudades de Andalucía, la más coqueta. Orgulloso te presta tu puro cielo, para que te recates, sus limpios tules, y te pasas la vida siempre en desvelo ensoñando el ensueño de sus azules. Con tu torre del Oro te enorgullece, y en sus coplas la nombra la sevillana, á veces amorosa y altiva aveces, con sus labios tan rojos como la grana. Mientras repiquetea la castañuela con repiqueteares acompasados, brilla la manzanilla que nos consuela á los que á ti llegamos desconsolados. En tanto que descuelgan racimos de oro entre las verdes hojas de verde parra, en tanto se confunde grave y sonoro el tañido, moruno de la guitarra con las ondas que cantan cruzando el río, que siendo manso es fiero cual las pasiones y que dice mil notas su murmurio arraricadas de primas y de bordones. Primas que arrebataron su arpegio suav, á mozas que las templan sobre su falda, bordones que robaron su timbre grave á las graves campanas de la Giralda. Notas que luego juntas dicen dolores, responsos á los muertos, amor á vivos y que oyen con envidia los ruiseñores entre los frutos verdes de los olivos. i Oh, los besos que suenan en las callejas mientras dicen las hembras ¿Si no me engañas... mirando á sus amantes ante las rejas por las dos celosías de las pestañas. Luego: Mañana vuelvo mientras la albahaca Dibujo de T Vn j- da Un aroma á la reja como sahumerio, más tarde el paso lento de airosa jaca que se pierde en las sombras como un misterio. Yo soñé que una noche de clara luna, entre los curioseos de las estrellas, á una novia que tuve como ningtna, admiración de ellos y envidia de ellas, tras de hablar en la reja nuestros amores y caer á sus plantas como vasallo, porque fuera consuelo de mis dolores me la llevé á la grupa de mi caballo. Era su olor á nardos, rosas, claveles, mientras que me seguía fiel y bizarra rae mostró la belleza de los verjeles, me ofreció manzanilla, tañó guitarra. Me alegró entre repiques de castañuela con sus cantos alegres y agitanados, bebí la manzanilla que nos consuela á los que allí llegamos desconsolados. Y mientras el caballo fiero corría, en la grupa donde ella de amor me hablaba sentí leve murmullo, creí que reía y al volver la cabeza vi que lloraba... Pues ésta es tu alegría, linda Sevilla, con tu torre del Oro, con tu Giralda, con tu aroma, tus flores, tu manzanilla, con guitarras templadas sobre la falda de gitanas, que tienen tal poderío en los ojos, que matan los corazones; con tu río que dice su murmurio que son notas de primas y de bordones. Es así la alegría que se te alaba, no lo niegues riendo, menos cantando, que como aquella novia ciue yo soñaba, i parece que te ríes y estas llorando! o ou v! DTCENTA

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