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BLANCO Y NEGRO MADRID 19-11-1904 página 6
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BLANCO Y NEGRO MADRID 19-11-1904 página 6

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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UN R E T R A T O HISTÓRICO uiÉN era esta dama retratada en este retrato? ¿Cómo se llamaba? ¿Dónde vivía? ¿Qué liacía? Yo no lo sé; es un retrato castizo, histórico. El cielo está limpio, diáfano; en el fondo aparecen unos caserones viejos con una de estas peqireñas ventanas misteriosas que no nos dicen nada y nos lo dicen todo; más allá se perfilan en el ambiente los chapiteles agudos de dos, tres torres. Y la figura, puesta en el balcón, apo 3 a su mano sutil, etérea, en la baranda, y c i e r r a los ojos ante los vivos resplandores d e l sol de la mañana. Yo no sé qué pensar; acaso esta dama se llamaba Doña Isabel, Doña M a r í a Doña Aurelia, Doña T e r e s a Doña C o n s u e l o Doña Juana, Doña Leonor, Doña Mercedes, D o ñ a Milagros ó Doña Virginia; tal vez esta dama vivía en una de esas viejas ciudades q u e llevan por n o m b r e Plasencia, A r é v a l o Villanueva de los Infantes, Olmedo, Toro, Huete, Talavera de la Reina; allí, en una de estas viejas ciudades hay un pasco que se denomina ei Espolón, el Chorrillo el Prado ó la Chopera; allí ha también u n o s telares vetustos que hacen un ruido monótono en una callejuela desierta, y unas tenerías que se hallan colocadas junto á un riachuelo, y unas almazaras que en invierno, do Diciembre á Marzo, esparcen por el pueblo un vago olor á aceite y alpechín. La iglesia de esta vieja ciudad es gótica, pequeña; enfrente de ella hay una calle llena de tiendecillas de regatones, pañeros cereros, sombrereros, peltreros, talabarteros; quizá en esta misma calle, que se llama Maj or ó del Comercio, ó tal vez en la otra calle que se encuentra bajando á mano derecha, al lado de la tienda de D. Eladio; tal vez, digo, en esta otra calle que lleva por rótulo del Comendador, del Ave María ó de las Monjas, se ve un viejo caserón de piedra, con los balcones de airosa forja. La piedra de este caserón era gris, negruzca; pero una capa de cal de color rosa ha cubierto la pátina venerable y ha borrado las junturas de los sillares; la puerta mostraba sus tableros recios y las cabezas mohosas de sus chatones, mas uua pintura reciente lo ha prestado una brillantez estrepitosa. Quizás al lado de este caserón hay una larga tapia, por en cima de la cual asoman unos álamos y una yedra; en este muro se abre una ancha puerta, y por esta puerta sale, á veces, de tarde en tarde, uno de esos coches lentos, pesados, que crujen y gimen cuando caminan. El coche stxele ir á los Carrizales, la líermida ó el Ejido- -que son las haciendas de la casa; -pero un ciia marcha, marcha, marcha por el viejo camino que lleva hacía la capital de la provincia. Es que ha llegado el momento de que uno de los ensueños más queridos de la dama que vive en el caserón, tome forma tangíble; l a d a m a va per fin á Madrid. ¿Cuándo se realizó hecho tan memora ble? ¿Era el 59, el 60, el 62, el 63 ó el 65? ¿Contará el cronista todo lo que esta dama hizo y vio en la capital de la Mo narquía española? lista dar. a visitó el l alacio Real, estuvo dos noches en el teatro, se retrató c o m p r ó un quinqué, llevó á un pía tero, para que le grabaran dos iniciales, el bastón de médico del pueblo Como se levantaba muy temprano, se gún se usa en pro vincias, fuéunama ñaña á casa de un fotógrafo, si hubic se idomástardehu biera tenido el- oei nado descompuesto, por el ajetreo de las tiendas; pero á esa hora no había quizás bastante luz en el estudio y tuvo que retratarse en el balcón. Todo esto hizo esta dama. Y á los ocho, á los diez, á los quince días se metió de nuevo en la diligencia y tornó á La diminuta y vieja ciudad. La ilusión estaba realizada: los años y las cosas se han ido sucediendo implacables. Ya Doña Isabel, Doña María Doña Aurelia, Doña Teresa, Doña Consuelo, Doña Juana, Doña Leonor, Doña Mercedes, Doña Milagros, Doña Virginia, hace tiempo que dejaion de vivir. Pero una leyenda, una tradición del remoto y fantástico viaje ha quedado en la vieja casa del pueblo. Y así hoy, de tarde en tarde, otra dama que en el invierno está junto á la chimenea ó que pasea en verano por las rosaledas del huerto, exclama de pronto: -Mamá contaba que cuando ella estuvo en Madrid... AZORIN

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