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BLANCO Y NEGRO MADRID 19-11-1898 página 2
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BLANCO Y NEGRO MADRID 19-11-1898 página 2

  • EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
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Vff. y I L PRIMER RACIMO CUENTO ORIGINAL Anii: la con maña está la vid de parra sobre firme de duras estacas y como espiral salor, iii, i, il.i- l, el retorcido tronco á un gallardo álamo blanco, bien defendida contra el 1 y contra el recio frío cierzo del invierno. Tiende sus brazuelos por debajo U alci. del l. i.i.i Ulo de la casa, y con muchas y muy anchas hojas forma doselete majo para a- y reiro- car, y es como rico toldo adornado y pomposb. -i i do en la parruela aparecen como esmeraldas las uvas, apiñadas en gordos y ii -u. l. -r... -ii, luego las esmeraldas van blanqueándose, y quedan como perlas; y á los l -í- l i luadurez, son traslucientes, y á poco transparentes y de dorado ámbar l escuezo nos duele del mucho tiempo que le tenemos echado hacia atrás I l i goloso cuando menos logre, para irritarse más, el regalo de la vista. 1- -1 Í idi) siempre de la parra. catadores, mal que le pesara al guardián, fueron, son y seguirán siéndolo os iMrritJiu- i. ¡ne á nadie ha importado la opinión de esta alada pillería acerca de la agri i f- di cir, acerca de la calidad de las uvas r ¡rii en i- l ii i; I porque las mujeres se tapan con los dedos los agujeros de las orejas y I II io coge la escopeta en la mano, pobretes ¡qué de cazoladas de arroz se I U- MI c i i i i i. -i i i i i i) s l i í r- HÍ jf V í V i S i. jf íi- s íiií. Subíase en el banquejo alto, cortaba el racimo, y 3 s S í S ponía en manos de la abuela, ambas puros huesos V P J y m í y pellejo, temblorosas y rameadas de venas azul ¿l t? 3 j obscuro y saltonas. Venerables manos I p t- Ífi J. -ti -Mimí qué regalo, hijicos, decía ella. Cada bolita íí S R? %i- í de éstas tiene carnecilla sabrosa y a guilla más que xir LA Jf- Pí ihí. i la almíbar dulce, todo ello en su redomica de cristal. F j i jBfeaL T V p c- confitura ha que se le parezca? ¿Cuál? Ninguna. g y WSBP- i- v s Todas estas redomicas, muy juntas las unas alas j i HB JV S otras, vienen prendidas por sus rabillos al ramo, y y v P B Á fueron con éste arrancadas del troncuelo de la parra. V jC 2 P V QMé lindo y gustoso 1 Dios nos alimenta con pan y H ¿1 centeno, y además nos regala con la uva. ¡Acá nos las pone I í í V H TM- isi i puerta! No comeré una sin dar gracias á Dios; r 5 flp -írano por grano, casi Ave María j cada diez, un Padrenues k f v wB SA o No hallé mejor rosario. Bien podréis decir: ies tan bea Y vj ff: J W ona, que se come el rosario I J -Vf S j ¡Pobre abuelal Ya no habría de vérsela allí en su sillita Í- B on el racimo en el delantal, la alegría en el rostro y la piedad i í 1 i í- 1 lÁ. i resolvió que no se tocaría hogaño á jí? K fe JBn Íé l aw 2 miewíras no se hallaba persona ¡i SS i MtfA s r i- l ien regalar con el primer racimo. rj jí C l f e m m -ábjííiír- g v l- fi i. r cura? Fuera el que se marchó á f r, VÍÍ. fMl- x í- ff hombre llano y piadoso. ¿Pero el í a; Z m S Í; Í cira nuevo? Con su predica de í l y V SK. 3 B T I á lofinoy todo, es un... Dios me l ¡iJl J a- L W perdone! Háblenle de tresillo S ¿Al señor médico? ¡Valiente é ¡i pelele! Cuarentañón pintorrotea í do, floreandoy piropeando á las mozas í j Chito! que murmurar es pe. ¡i i. L ado y para decir que no se P L r; tili u. i -siempre para todos los de casa la parra, y más había de serlo hogaño que S V; M. i- i i il. c. porque la abuela no vive. S j í- C í i parra hasta que Faustino daba á la abuela el primer racimo. 1 I i i a, iic de Dios goce, recibía de mi hermano Faustino el primer racimo de la parra, cargado de grano prieto y en sazón, y heri e moso como el oro.

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