BLANCO Y NEGRO MADRID 15-10-1898 página 2
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página2
- Fecha de publicación15/10/1898
- ID0005101453
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y m X x i fc V V f P M 4. f sM 73 y. -X- Í- jr í MILAGRO DE LA DIOSA DURGA fCUENTO INDIOS La historia religiosa y la civil y militar se encuentran tan íntimamente enlazadas en los pueblos antiguos de la India, que ni la crítica intenta separarlas; los textos históricos se hallan en los libros sagrados; las mismas epopeyas tienen carácter teológico, y obra son de bramanes ó sacerdotes. En una epopeya de las más difusas encuentro el relato del hecho sobrenatural que vais á leer, si lo leéis, y á meditar, si gustáis. De mí sé decir que me dejó buen rato pensativa. La ciudad y estados de Kapala, florecientes bajo los reyes de la casa de Dapatamali, decayeron poco á poco de su antiguo esplendor, y en plazo relativamente corto vinieron á ser invadidos y sometidos por sus constantes enemigos los de Kamurti. Tributos onerosos, vejámenes intolerables, humillaciones continuas, las leyes y las instituciones, el comercio y la agricultura de Kapala sometidos á la fiscalización y á la avidez codiciosa del enemigo, todo esto tuvieron loa kapaleños que sufrir y llevarlo en paciencia, pues al soberbio vencedor le parecía harto haberles dejado la vida salva. Es verdad que cuando aconteció á Kapala tal desventura, ya estaba muy abatida y desbaratada por culpa de la mala administración, rapacidad y desmanes de los exactores, y de infinitos vicios que se habían ido arraigando en su constitución y enfermándola, hasta producir una atonía que hizo á los kapaleños indiferentes á su propia vergüenza y decaimiento. Como si todas las manifestaciones del espíritu se agotasen á la vez en Kapala, cayó también en olvido la religión, y quedó abandonado el maravilloso templo de la diosa Durga, emplazado al pie de la montaña de Sindoro, que es el Olimpo javanés, residencia favorita de los inmortales. Y se necesitaba que Kapala hubiese descendido tanto para que yaciese desierta la sacra montaña, poblada de arbustos en flor, regada por ríos y manantiales de deleitosa frescura, en cuyos remansos abrían los lotos azules, blancos y rosados sus redondas y geométricas corolas; la montaña poblada de lindas apsaras (las ninfas de la mitología indostánica) y de aves canoras y dulces, cuyos gorjeos hacen insensible el transcurso de las horas, de los años y hasta de los siglos. -En la vertiente de la montaña alzábase la mole del templo de Durga, cuyas imponentes ruinas son aún hoy asombro de los ÍP i -ríi, í -jí P