BLANCO Y NEGRO MADRID 05-03-1898 página 4
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página4
- Fecha de publicación05/03/1898
- ID0005101947
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-í í A: í. AX i ba á puñadas, á mordiscos, á navajadas y á hachazos el derecho de embarcar el primero en los frágiles esquifes. Sobre cubierta iban cayendo muchos hombres heridos y aun muertos. Cinco de los seis botes del vapor fueron ocupados, y sucesivamente, á fuerza de remo, combatidos de un modo aterrador por el espantoso oleaje, se iban retirando del vapor, que se hundía poco á poco. El sexto, después de una bárbara carnicería, fué botado al agua por los más fuertes y ocupado con precipitación. En esto una mujer, una joven, hermosa á pesar de sus facciones desencajadas, vestida de negro, sosteniendo entre sus brazos trémulos de terror un niño como de tres años que lloraba de espanto, corrió como una loca á la banda de estribor por cuya porta se había botado el último bote, y gritó con voz ronca: -i Si tenéis caridad y sois hombres, salvad á mi hijo; en sus ropas lleva el nombre de su padre y donde vive en México! y después de besarle con el afán del último beso, le arrojó al bote. ü n marinero de aspecto feroz que á proa, con un hacha de abordaje en la diestra, se disponía á empuñar la caña del timón, con gran destreza pudo recibir á la pobre criatura, en tanto que la madre, inclinada sobre la borda del vapor, le dirigía una mirada de supremo agradecimiento. Entonces á los sanguinolentos ojos del feroz marinero afluyeron las lágrimas, y blandiendo el hacha gritó: Le abro la cabeza al que corte la amarra y toque á loa remos! Y luego, dirigiéndose á la joven: Tírese usted sin miedo, que aquí hay sitio para una madre! A. R. LÓPEZ DEL AKCO DIBUJOS DE Á L V A K E Z SALA