BLANCO Y NEGRO MADRID 06-02-1897 página 8
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Página8
- Fecha de publicación06/02/1897
- ID0005424358
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Dimos un salto los ruairo, y con él tucaiulo marvUn nos fuimos pura el cnarte lleguemos, y en una cuadia, ¡compadre, vaj- a u n perol de rancho, con u n a nata de dos déos de et- pesura que daba gloria mirarla I Saquemos loa bistun s, y escnso decirte nada, porque tú por esperencia ya sabes lo que es la triaca y lo que es capaz de hacer en ese terreno un randa que tiene por alimento, desde que nació, las ganas. Cuando estaba ya el perol casi dando las boqueadas, ¡chiquillol que va el Tirantes, tira á fondo la cuchara, y... ¿sabes lo que sacó? -Miá qué cosa ¡Una tejada! -Vamos, hombre, que e. -tás listo; lo ue sacó fué una ríita tremenda; como u u a liebre! -I Ahora lo comprendo. Caña! ¿Y no acabasteis el rancho? ¡Que t e calles, Cucaiarhal Rebañemos el perol, que quedó como u n a plata. I Miá tú que dejar el rancho, teniendo t a n t a sustancia! Oon que ¿vienes pa el cuartel? -Iremos, por si hay carnada. ¡Quién sabe! Puede que alguna. ¡Son el demonio las ratas l MAN- UKL D E L a A D O Y ÜRAKGA D 1 RÜ. T 0 DE I i a R k T A ORO 1 -r MlJ %5 qjMfWW VIEJO M BcaunHHHB K JM MMSKP IOBUBIF JH i BaHl i 1 1 n aMMEBHliaaa. i M Bfe -rAM i HRSHBC. ft- BRr H Vft: V 1 J B IB IMHW BTfJII Mllili i É H K I HBÍH íifThifln T ii IH BRHH E s- nHDir j K HHH f i r il H 1 -fíKM t B H H H IfeallMlMi 1 W B Bi fc 1 III i r, 1 TM- x, Mpitif- íMH r WPfll K SACKA FA 3II LIA, LI. AMADA DEL PAJAKITO Este hermoso cuadro de Muiillo fué llevado á París entre otros muchos duriinto la guerra de la Independencia, formando parte del Museo Napoleón, y siendo restituido á España después del tratado de 1814. En un aposento reducido y sin ornato, en cuyo fondo se ven los útiles del oficio de carpintero, está la Sacra Familia reunida; el niño Dios, apoyado en el muslo de San José, juega con un perrillo de lanas, al cual enseña un jilguerillo. La Yirgen, sentada en segundo término y juiito á un devanador, suspende su trabajo para recrearse en el inocente juego de Jesús.