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Periódico BLANCO Y NEGRO MADRID 23-10-1892, portada
- EdiciónBLANCO Y NEGRO, MADRID
- Páginas16
- Fecha de publicación23/10/1892
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r ifio II 1802 NTim. 77 J CC ¡C EFEMÉRIDES 23 de Octubre iSao. -Carlos I, r e de Bspaüa, fué coronado en Aix- la- Chapelle (A q u i s g r a n) como emperador de Alemania. j h emperador de Alemania, Maximiliano I, aquel famoso principe que constantemente hacia conducir tras él una caja que pesaba como si estuviera llena de dinero, ó de papeles, ó de otra cosa de gran importancia, y no era más que su féretro, que á cualquiera parte que fuese, aunque fuese á la guerra, lo hacia llevar, al fin fué puesto en él el 12 de Enero de 1519, por haberse atracado de melón para calmar la sed, tomando una indigestión que le causó la muerte. Vacante la corona imperial, disputar roBSela el nieto del difunto emperador Carlos, que acababa de heredar los tronos de üspaña y de Ñipóles, y contaba con numerosos partidarios; el rey de Francia, Francisco I, cuyos embajadores siempre tenían á su disposición cuar tro mil escudos logrando adquirir con ellos gran número de afectos, y el Eeyde Inglaterra, que no consiguió tener síquiera un voto. Todos los electores y los principes de mis nota del Imperio se inntaron en cónclave en la iglesia de Francfort, y después de algunas curiosas peripecias, terminó el acto con esta aclamación ¡Carloí, rey católico, es elegido emperador! y terminado esto- -dice Pleurauge- -los que estaban pnr el Rey católico tuvieron grande alegría, y mucha tristeza los que querían bien al Rey de Francia; y éstos se hallaban pesarosos porque ya no tenian el dinero á que hablan estado acostumbrados antes. Desde aquel día la rivalidad de los Reyes de España y de Francia se convirtió en odio terrible, dando ocasión á las sangrientas guerras que conmovieron hondamente la Europa, y qne no terminaron con l a muerte de aquellos príncipes, porque Felipe II y Enrique I I sus sucesores en los respectivos tronos, fueron á la vez herederos de su enemistad y de su encono. No vieron los españoles con buenos ojos aquella elección, ni que el Monarca español aceptara la corona sin consultarlos antes Tan lejos estuvo de lisonjearles el encumbramiento de su Bey- -dice un historiador moderno- -que lo miraron como un acontecimiento infausto,