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ABC MADRID 08-11-2019 página 37
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ABC MADRID 08-11-2019 página 37

  • EdiciónABC, MADRID
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enrique serbeto corresponsal en bruselas La Comisión Europea ha rebajado cuatro décimas sus previsiones para la economía española, en parte debido a la falta de acción política por parte del Gobierno y también como efecto genérico de la desaceleración económica que se prevé en toda Europa. Poco después de que se hiciera público este anuncio, la ministra de Economía, Nadia Calviño, que viajó a Bruselas para participar en la reunión del Eurogrupo, desmintió esas cifras y dijo que "no se corresponden" con la realidad que detecta el Gobierno. No ha sido la Comisión Europea la que ha elegido la fecha de las elecciones en España y aún teniendo en cuenta su tradicional alergia a mezclarse con los debates políticos de los países miembros, en las previsiones de otoño ha enviado un mensaje claro, tanto por lo que dice como por lo que elude mencionar directamente. El comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, lo hizo con todas las cautelas y envolviéndolo en una retórica lo más aséptica posible. El caso es que el Ejecutivo comunitario prevé que este año la economía española habrá crecido un 1,9%, bastante lejos del 2,3% que el mismo departamento había previsto en julio pasado. Por lo que respecto a 2020, el crecimiento será el 1,5%. Esta bajada de los indicadores "se encuadra en un contexto de incertidumbre elevada, y se relaciona con riesgos externos e internos" que son tan evidentes que han afectado directamente al consumo privado, lo que explica "el comportamiento preventivo de los hogares en lo que respecta al ahorro". Al llegar al edificio del Consejo, una Nadia Calviño, que parece seguir en campaña, dijo simplemente que la Comisión se equivoca, porque "sobre la base de los datos y la información que tenemos en este momento, para que la economía española cerrarse 2019 con un crecimiento inferior al 2% tendríamos que estar viviendo una realidad en nuestro país que no se corresponde en absoluto con los indicadores que estamos recibiendo". La ministra, a quien el presidente en funciones Pedro Sánchez ha decidido proponerle el cargo de vicepresidenta económica, cree que sería malo "caer en la sobrerreacción" ante estos datos que justifica porque el Ejecutivo comunitario no ha tenido en cuenta datos como los del crecimiento de la contabilidad nacional del tercer trimestre ni las cifras de afiliación a la Seguridad Social de octubre. La ministra explicó también que en la pasada primavera, cuando muchos organismos internacionales mejoraron las previsiones para España, el Gobierno no hizo caso porque anticipaba que habría "focos de incertidumbre" por el Brexit y la sentencia del "procés". El caso es que la ministra, que también ha sido directora general en la Comisión, sabe perfectamente que en los casos en que no saben qué va a hacer determinado gobierno, los expertos comunitarios utilizan en sus cálculos el concepto "en ausencia de cambios de política" y que cuando va acompañado de un cambio a la baja de las previsiones de crecimiento eso debe interpretarse como un requerimiento explícito para que se ponga remedio. España no tiene presupuestos para 2019 y se corre el riesgo de que tampoco los haya para 2020 salvo que cambien mucho las cosas. Lo que dice la Comisión es que por muy benéficos que fuesen los últimos Presupuestos Generales aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy días antes de ser derribado por una moción de censura, el país no puede seguir bloqueado sin que ello tenga efectos sobre la evolución económica. Las previsiones no mencionan nada concreto, ni siquiera el grave problema de Cataluña, y para guardar estrictamente las formas Moscovici también recordó que a España le afectarán también los efectos de la inestabilidad mundial, especialmente la guerra comercial de EE.UU. con China, que es un problema coyuntural, y también la desaceleración del gigante asiático, que a juicio del comisario se debe a razones estructurales, sobre todo al desastre demográfico. Y pese a ello. España seguirá creciendo levemente por encima de la media europea, algo que en realidad solo sirve para ocultar el hecho de que toda la UE va a crecer muy poco después de un periodo de seis años de progreso relativamente robusto. A Moscovici le preguntaron si no estaba tratando de intervenir en la campaña electoral, pero, naturalmente, lo negó diciendo que no se trata de que esté "pasando ningún consejo a cuatro días de las elecciones" y que algunos de los "mensajes alarmistas" respecto a estas previsiones le parecían "inadecuados", aunque finalmente insistió con toda claridad en que "siempre es mejor un gobierno con una mayoría estable y siempre es mejor que se hagan reformas estructurales" que un país paralizado por la falta de un gobierno estable. En cuanto a la ministra, después del anuncio de Pedro Sánchez de que pretende nombrarla vicepresidenta si gana las elecciones, lo que ya ha sido rechazado por uno de sus potenciales socios como Pablo Iglesias, ayer también fue preguntada sobre otros rumores que la mencionan como un posible personaje de consenso para pilotar un gobierno de coalición en el que por supuesto no estaría Sánchez a lo que respondió que le parecía una posibilidad "descabellada". pablo m. díez Shanghái Estados Unidos y China retirarán sus aranceles por fases para ir cerrando la guerra comercial que les enfrenta desde hace año y medio. Así lo anunció ayer el portavoz del Ministerio de Comercio chino, Gao Feng, al detallar las negociaciones entre ambas partes para firmar la "Fase 1" del acuerdo que alcanzaron el 12 de octubre, centrado en productos agrícolas. "La guerra comercial comenzó con aranceles y debería terminar con su cancelación", señaló Gao Feng. A su juicio, la anulación de dichos gravámenes debería ser proporcional al contenido de dicha "Fase 1", cuyos detalles están ultimando los negociadores de Pekín y Washington desde hace dos semanas. Según la agencia Reuters, China quiere que la Casa Blanca elimine la tasa del 15% impuesta el 1 de septiembre a sus importaciones por 125.000 millones de dólares (113.000 millones de euros). Aunque más difícil, el régimen chino también busca el levantamiento de los aranceles del 25% a productos como maquinaria, semiconductores y muebles por 226.000 millones de euros. A la espera de conocer sus detalles, el "miniacuerdo" del mes pasado supone el primer rayo de esperanza para poner fin a una guerra comercial que está ralentizando la economía china y lastrando al resto del planeta. Con su grandilocuencia habitual, el presidente Trump se ufanó de que China había accedido a comprar hasta 50.000 millones de dólares (45.000 millones de euros) en productos agrícolas estadounidenses, pero Pekín aún tiene que confirmar esta cifra. En caso de prosperar, dicha "Fase 1" es una buena noticia para los agricultores de EE.UU., que han visto cómo sus ventas de soja y otros artículos a China caían hasta un 26,4% hasta septiembre por culpa de los aranceles mutuos, que obligaban a sus clientes a buscar otros proveedores. Por su parte, las exportaciones chinas al mercado estadounidense se han reducido hasta un 10,7%. Trump y el presidente chino, Xi Jinping, tenían previsto rubricar la "Fase 1" del acuerdo en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) que se iba a celebrar este mes en Chile. Pero su suspensión por las protestas en ese país obliga a buscar otro lugar de encuentro, que Trump quiere que sea en suelo norteamericano. A pesar del creciente optimismo, los mercados se muestran cautos porque las negociaciones todavía no están cerradas y podrían volver a saltar por los aires en el último minuto. Además, ambas partes han dejado para la "Fase 2" los aspectos más difíciles, como la tecnología y las sanciones al gigante chino de las telecomunicaciones Huawei. China y EE.UU. retirarán sus aranceles por fases Pekín anuncia un levantamiento para firmar el miniacuerdo agrícola de octub La Comisión Europea ha rebajado la previsión de crecimiento de la economía española del presente ejercicio y la del próximo. Esa es la versión complaciente. La cruda, es que la Comisión le ha dado un profundo tajo a sus propias previsiones. Un 0,4% derebaja es casi el 20% de la previsión de junio, que fue del 2,3%. La ministra de Industria, impasible el ademán, aseguró que "nadie" piensa que vayamos a entrar en una crisis (¿qué entenderá por crisis la ministra?) y que esta opinión era previsible. Pues, estupendo, acabamos de incorporar a 97.000 nuevas personas al registro del paro y rebajamos un 20% el crecimiento esperado, pero no pasa nada, prietas las filas. No seré yo quien critique al Gobierno por el deterioro que sufre la economía española, salvo por la parte que le corresponde en la generación de incertidumbres y en la parálisis política, que no es poca. Pero es muy cierto que la gran parte de las variables que nos presionan proceden de acontecimientos exteriores alejados de nuestro control. El famoso viento de popa ha rolado y nos viene ahora de proa. Lo que sí es responsabilidad de todo gobernante es proponer soluciones a los problemas y no se me ocurre mejor momento para hacerlo que con ocasión de la campaña electoral. Nos podrá decir que sí ha hecho propuestas. Cierto. Lo malo es que todas ellas son contractivas, es decir agravarán la desaceleración. En efecto. Lo harán las subidas de impuestos que reducirán el consumo y los márgenes empresariales, lo que, a su vez, castigarán al empleo de presente y a la inversión que nos traería el empleo del futuro. Y también lo hará la contra reforma laboral que promete. Carece de sentido vanagloriarse de la buena evolución del empleo de los últimos años y proponer la modificación de las normas que la han hecho posible. ¿Están seguros los socialistas de que la vuelta al esquema de Zapatero dará ahora unos resultados distintos a los nefastos que cosechó en su día el amigo de Venezuela? ¿Por qué razón iba a hacerlo? En resumen. No es cierto que estemos en recesión, pero sí lo es que la economía española lleva rumbo de colisión. Y para enderezarlo, ceder a las presiones populistas no lo más conveniente. Ni mucho menos. ignacio marco-gardoqui Otro sopapo efe China pide a Trump que quite los aranceles a su maquinaria Impacto El régimen chino busca que se quiten aranceles por un valor total de 339.000 millones de euros Reino Unido, primer inversor extranjero pese al Brexit Reino Unido se mantuvo como primer inversor en España entre enero y junio de 2019, con 3.125 millones de euros, un 79,49% más que durante el mismo periodo de 2018, a pesar de la incertidumbre política y del Brexit. Así lo corrobora el "V Barómetro sobre clima y perspectivas de la inversión británica en España", elaborado por Afi y la Cámara de Comercio Británica en España y presentado ayer en Madrid. Por sectores, la industria papelera, con 1.648 millones de euros, ha liderado la inversión, seguida por la publicidad y los estudios de mercado (652 millones de euros), y educación (421,9 millones).

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