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ABC MADRID 01-10-2019 página 52
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  • EdiciónABC, MADRID
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Lucía M. Cabanelas / César CerverA Madrid Después del poco ruido que generó con "Regresión" hace casi cinco años, Alejandro Amenábar vuelve la vista a España, a su pasado reciente, para intentar reconciliar a "hunos" y a "hotros", como diría Miguel de Unamuno. A pesar de la precisión con la que acomete "Mientras dure la guerra", en sus cien minutos de metraje cae en recurrentes tópicos e imprecisiones históricas. Plaza Mayor de Salamanca La película comienza en la Plaza Mayor de Salamanca, perfectamente reconstruida con los jardines que presidían el lugar, cuando un grupo de militares emerge en el plano para anunciar el Estado de Guerra en la ciudad "y, con ayuda de Dios, en toda España". Según Colette y Jean-Claude Rabaté, biógrafos de Unamuno, aquel capitán habría terminado no con Dios, sino con un "¡Viva la República!". Además, los soldados que llegaron desde Valladolid estaban acompañados por un escuadrón de caballería y portaban cascos metálicos. La rojigualda monárquica La ficción cuenta que Franco asumió la bandera rojigualda para su ejército cuando tenía su cuartel establecido en Cáceres. En realidad, la elección de este símbolo no fue en la localidad extremeña ni fruto de la casualidad. En un acto celebrado el 15 de agosto en Sevilla, con objeto de la festividad de la Virgen de los Reyes, el gallego arrió la bandera republicana, sustituyéndola por la rojigualda al son de la Marcha Real. Franco recuperó los símbolos monárquicos para aglutinar a este grupo ideológico. No tomar Madrid El filme sostiene que Franco se desvió de su objetivo principal, conquistar Madrid, para rescatar a los militares asediados en el alcázar de Toledo solo porque quería alargar la guerra con fines particulares. Sin embargo, no se debió a una decisión política, sino a que con 20.000 hombres era imposible conquistar una ciudad de un millón de habitantes. Paraninfo Durante el incidente en el paraninfo, fue la mención de Unamuno a José Rizal, independentista filipino, que no aparece en la película, lo que alteró a Millán Astray e inició el choque dialéctico. A pesar de la gravedad del suceso, la integridad de Unamuno no llegó a estar en peligro, pues el escritor pudo abandonar el recinto de manera tranquila y sin temer por su vida. Tal y como atestigua una fotografía recientemente descubierta, el pensador vasco y un sonriente Millán Astray se estrecharon la mano a la salida del claustro. Además, volvió andando a su casa y no en coche. La mano providencial Sobre la mano que le tendió Carmen Polo a Unamuno en el paraninfo se han escrito ríos de tinta. Amenábar lo justifica en la admiración de la ovetense por sus "poemas cristianos", aunque no hay constancia alguna de que ni ella ni Franco tuvieran inquietudes existencialistas. El escritor fue un poeta tardío, además de un cristiano heterodoxo (el obispo de Canarias le llegó a calificar de "hereje máximo"), por eso es poco probable que una persona tan católica como Polo demostrase ese interés por esta faceta del filósofo. No fue hasta la década de los sesenta cuando se redescubrió su poesía como un valor católico. Una, grande y libre A pesar de la precisión casi milimétrica con la que están trazados algunos momentos clave en "Mientras dure la guerra", como el hecho de que Unamuno emplee la carta de la viuda del pastor protestante Atilano Coco para escribir el borrador de su discurso, no es cierto que Millán Astray bramase "España una, grande y libre" tras la arenga del escritor, ya que esta frase nacionalista todavía no se pronunciaba en actos estatales. Las imprecisiones históricas de la película de Amenábar Algunos errores tópicos no empañan el éxito en taquilla de "Mientras dure la guerr El Unamuno de la Guerra Civil ya supera a Rambo El empeño y dedicación que Alejandro Amenábar ha puesto en "Mientras dure la guerra" ha dado sus resultados en su primer fin de semana de exhibición en cines. La cinta, que aborda las contradicciones de Unamuno durante el golpe militar, se ha convertido en la película más vista en su primer contacto con el público, que la ha impulsado a la cabeza de la taquilla española, por encima del viaje espacial de Brad Pitt ("Ad Astra") y la despedida definitiva de Sylvester Stallone como el héroe de acción John Rambo. Así, "Mientras dure la guerra" se estrenó el pasado viernes en 283 cines, con una recaudación de 1.233.497 y casi doscientos mil espectadores (182.439). ep El director Alejandro Amenábar teresa isasi Millán Astray, interpretado por el actor Eduard Fernández en "Mientras dure la guerra", arenga a un grupo de legionarios desde un coche

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