Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 14-05-2019 página 13
ABC MADRID 14-05-2019 página 13
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 14-05-2019 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página13
Más información

Descripción

Es asombroso ver cómo España pasa por completo del debate europeo Rivera, patriota español, todavía estaría a tiempo de elevar la mirada, cambiar de idea y apoyar desde fuera un Gobierno del partido ganador de las elecciones generales, el PSOE, con lo que evitaría que separatistas y comunistas vuelvan a sacar tajada de la debilidad del Ejecutivo español y dañen al país. Sabido es que las alianzas y promesas naranjas son tan sólidas como las Tablas de la Ley mosaicas... hasta que les viene bien cambiarlas por otras antagónicas. Por lo que un giro riveriano no sería nada inédito. Además, tema territorial al margen, PSOE y Ciudadanos se parecen como gotas de agua. Pero Rivera no cambiará esta vez de idea, pues está pensando más en desbancar al PP que en el interés general de España. Así que disfrutaremos de otra cuchipanda de socialistas, comunistas y separatistas. Un nuevo "Gobierno Frankenstein", por utilizar el término que se inventó Rubalcaba para pellizcar a su nada querido Sánchez (desdén mutuo que el actual líder del PSOE ha querido tapar teatralizando su luto hasta rondar la impostura). Un Gobierno de Sánchez sostenido en el Parlamento por Iglesias y Junqueras dejaría las cuentas públicas tiritando, nos crujiría a impuestos y aflojaría los hilvanes que todavía cosen la nación española. Sin embargo, la sangre no llegaría al río, no lograrían cargarse España. ¿Por qué? Pues porque existe un gran airbag, la UE, que nos protege de los castañazos que pueda provocar un Gobierno nacional atolondrado. Nuestro debate político doméstico lo ocupan las simplezas rencorosas de Iglesias, Colau y allegados; la murga de los lazos amarillos y las embestidas victimistas de toda esa logia del desprecio a España; la pelea de pobres de Casado y Rivera por el liderazgo de la oposición (incapaces de entender que su futuro para ser alternativa a la izquierda pasa por unirse en un único partido); o las galopadas a ninguna parte de Abascal. A las puertas de las elecciones europeas no hay palabra sobre Europa, siendo la UE quien establece el marco contable en el que en realidad vivimos. Además, la Unión Europea fija las líneas medulares de nuestra política exterior, con sus fondos todavía hace posible el milagro español y formar parte de ella es lo único que nos permite ser un actor económico global. Hay una guerra comercial abierta entre China y Estados Unidos, que nos salpicará como europeos. Hay un problema inmigratorio ingobernable para una nación que actúe sola. Hay una crisis en ciernes en Irán y otra ya desatada en Libia. Hay una necesidad imperiosa de crear gigantes tecnológicos europeos que puedan competir en la economía digital, donde no rascamos pelota. Pero aquí seguimos, hablando del último tuit faltón, de la gilipollez del populista bocazas del día, de promesas parroquianas y utópicas que no soportan un cálculo numérico de primero de Bachillerato... Europa no nos importa, porque hoy el grueso de nuestro debate político consiste en hablar de los ombligos de los propios políticos. ELECCIONES INVISIBLES Doris Day no llegó a conseguir un Oscar. Habría sido escandaloso que lo ganara cuando estuvo nominada Rosalind Russell decía que una película funciona por sus momentos. Uno de los momentos más recordados de "El hombre que sabía demasiado" (1956) es Doris Day cantando cada vez más fuerte "Que será, será" en la casa donde está secuestrado su hijo. A la actriz americana, que murió ayer a los 97 años, nunca le gustó la canción. Ni entendió qué pintaba en la película. Creía que su triunfo se debió a que gustaba a los niños. Tampoco entendió mucho a Hitchcock. Y fue él quien aseguró admirar su amplio registro y el que le prometió un papel. Y ella hizo un gran sacrificio por su pánico a volar. A los exteriores en Marruecos y Londres debió ir en barco y tren. Luego tuvo la sensación de que no estaba interesado en ella. "No me dirigía. No me decía una palabra. Se quedaba sentado y se limitaba a poner en marcha la cámara y a pararla". Doris llegó a concertar una entrevista para comunicarle que era consciente de que su trabajo no le satisfacía. Él se quedó perplejo. Lo estaba haciendo todo bien, si no se lo habría dicho. En todo caso, la película favorita de la actriz es "Doris Day en el oeste" (1953). "Calamity Jane" en inglés. Un título demencial en español. Como si "El hombre tranquilo" se hubiera titulado "Maureen OHara en Irlanda". Doris Day es una de esas actrices que muchos han despreciado. Por timorata, por gazmoña, por cursi. No tengo claro si por sus papeles o por su pinta. No tengo nada contra las manías. Yo se la tengo a Adam Driver. Prefiero a Paco Martínez Soria. Creo incluso que todos los papeles de Driver los podría hacer el español Javier Botet. Pero los papeles de Doris Day solían ser de mujer independiente. Lo era Calamity Jane y lo eran las chicas de las comedias con Rock Hudson y Tony Randall. Al menos "Confidencias a medianoche" (1959) y "Pijama para dos" (1961). Es verdad que "El hombre que sabía demasiado" reúne a la pareja menos atractiva de cualquier película de Hitchcock: el asexuado James Stewart y (ahí, sí) la meliflua Doris Day. Su única nominación al Oscar es de "Confidencias a medianoche". No lo ganó. Lo hizo Simone Signoret por "Un lugar en la cumbre", de Jack Clayton. Lo de Doris Day quizá habría sido escandaloso. No era el año. Las otras eran Audrey Hepburn por "Historia de una monja" y Katherine Hepburn y Elizabeth Taylor por "De repente el último verano". De "El hombre que sabía demasiado" no sacó nominación pero sí su activismo a favor de los animales. Yo de Marrakech y de esa plaza Jamma el Fna he sacado el activismo de no ir a según qué países (aunque me depositaran en helicóptero en La Mamounia y me volvieran a recoger sin pisar la calle). De interpretación no hablarían pero le dijo a Hitchcock que no podía soportar cómo se trataba a los animales (caballos, monos, perros). Amenazó con no trabajar si no se les alimentaba. Hitchcock le dio su palabra. Ha sido la Doris Day Animal Foundation la que ha comunicado su muerte. Cuando veía los diamantes de Elizabeth Taylor pensaba en cuántos refugios para perros podría comprar con esos pedruscos. Doris Day era la única persona viva de las que se mencionan en "Look At Me, Im Sandra Dee", lo que cantaban en "Grease" en la fiesta de pijamas para reírse de Sandy. Los otros eran Sandra Dee, Rock Hudson, Troy Donohue, Elvis o Annette Funicello. Hay tantas cosas y tantos momentos que tengo que agradecer a Doris Day. Unos por haber estado. Otros por no haber estado. Gracias por rechazar "Sonrisas y lágrimas" ("Soy demasiado americana para interpretar a una monja austriaca"). Y más gracias por rechazar "El graduado". La última de la canción El registro horario complica más la vida de las pequeñas empresas, ese atomizado tejido productivo de la clase media LA vocación del Estado socialista en cierta medida todos los Estados lo son, como certificó Hayek en su famosa frase consiste en controlar el trabajo, el dinero y, hasta donde es posible, la vida de los ciudadanos. La vida la dirige con leyes de ingeniería social, el dinero lo expropia con impuestos (renta, patrimonio, sucesiones, donaciones, viviendas, energía, vehículos, consumo) y el trabajo lo regula con un piélago de variedades contractuales y registros de horarios. Pero como la Administración se rige por una mentalidad burocrática, la misma por cierto que los sindicatos, cualquier intento de imponer normas de supervisión en un mercado mucho más flexible suele desembocar en el caos. Es lo que le ha pasado al Gobierno con su decreto de reglamentación de jornada: que además de haberlo improvisado, con los consiguientes desajustes, ignora que la realidad laboral de la nueva economía no cabe en un convencional modelo rutinario. Y naturalmente se le ha ido de las manos. Como casi siempre, existe una intención recaudatoria bajo la impecable y plausible intención de evitar el escamoteo frecuente de las horas extra. Unos cientos de millones cree el Ejecutivo que puede aflorar en cotizaciones sisadas por la picaresca. Sucede, sin embargo, que las grandes compañías tienen desde hace tiempoorganizadas sus entradas y salidas con métodos telemáticos o tecnologías diversas, y que lo único que logra el nuevo sistema es complicar el funcionamiento de las pequeñas, ese denso microtejido productivo en el que se afana una clase media que ahora deberá agobiarse con más trámites, más papeleo, más gestiones, más formularios, más problemas. La confusa obligación universal de fichar olvida, o más bien ningunea, las peculiaridades del teletrabajo esencial para la conciliación familiar, de los autónomos, de los transportes y desplazamientos, de la libre disponibilidad, de todas esas dinámicas internas que escapan de la rigidez normativa oficial para hacer frente al implacable desafío de la competencia. Del mundo real, en suma, en que se desenvuelven a trancas y barrancas las empresas. En España hace tiempo que el sector del empleo se mueve en compartimentos estancos y paralelos. De un lado el medio público, en continuo crecimiento y bien regulado en términos de acceso, estabilidad y derechos. De otro, el privado, sometido a una constante presión competitiva que pone a prueba su capacidad de adaptación al dinamismo de la economía del rendimiento. Sobre éste, atomizado además en extremo, recae el principal esfuerzo de costes, tributos, sacrificios y aprietos. Y lejos de facilitarle la tarea, los Gobiernos lo asfixian con una progresiva carga fiscal y una escalada ordenancista de protocolos e impedimentos. Lo menos que cabría pedirles no es ya que ayuden sino que no estorben y, al menos, clarifiquen de un modo razonable las reglas del juego. ignacio camacho PUERTAS AL CAMPO (LABORAL) jm nieto Fe de ratas "¿Crees que alguien me ha preguntado algo?", contestó el ex secretario general del PSOE sobre su interlocución con el Gobierno de Sánchez EL año pasado, unos días después de la llegada del Aquarius, un político amigo de Alfredo Pérez Rubalcaba le preguntó por dónde iría la posición que Pedro Sánchez defendería en el Consejo Europeo sobre inmigración que siguió a aquella crisis. El químico cántabro diseñó la política de extranjería de los socialistas durante sus cinco años como ministro del Interior y era lógico que su opinión fuera sondeada. Más aún teniendo en cuenta que el Gobierno no contaba aún su primer mes y el aterrizaje en La Moncloa había sido súbito tras la moción de censura. Pero el ex secretario general del PSOE respondió, "¿crees que alguien me ha preguntado algo?". Esta frase dicha por quien es unánimemente reconocido como un político de gran altura intelectual, un estratega de órdago y por encima de todo un hombre de Estado, revela a la perfección el desprecio de los nuevos líderes a la sabiduría de los políticos con experiencia. No se trata de gobernar lo mejor posible sino de crear una corte de fieles donde nadie se atreva a hablar en contra. Con aquel comentario, Pérez Rubalcaba no se quejaba de estar fuera de la primera línea de la política, a la que no quería volver, sino de no poder traspasar su conocimiento para evitar errores que quizás él mismo cometió y recordar estrategias con las que acertó. Hoy, los mismos que consideraban que no tenía nada que enseñar, se dan golpes en el pecho por su pérdida. La esencia de la buena política es llegar a acuerdos partiendo de que no nos entendemos. Dejando las pasiones al margen y poniendo la meta en alcanzar el progreso. Sin embargo, la perspectiva de la política española se ha desviado tanto que se ha vuelto normal que quienes fueron líderes de un partido no se hablen con sus sucesores y a la inversa. Si los que beben de la misma ideología son incapaces de dejar las revanchas al margen para construir un proyecto más sólido, ¿cómo van a ser capaces los políticos de hoy de llegar a pactos de Estado con quienes defienden ideas contrarias? ¿Es que no debe haber renovación en las formaciones? Por supuesto que sí y profunda siempre que un proyecto falla. Pero es un error llevarla a cabo barriendo del mapa a la generación anterior. Los partidos deben aprender a renovarse con un mínimo de armonía, no con hachazos. No se trata de crear nuevos cargos sino de mantener la comunicación abierta con las mejores mentes que abandonan la política. De nada sirve lamentarnos por los cerebros que perdemos ni rendirles grandes homenajes cuando nos dejan, si cuando están entre nosotros ni se cuenta con ellos ni se les permite seguir aportando. "En España se entierra muy bien", que premonizó Rubalcaba. Es muy probable, por ejemplo, que si alrededor de los líderes actuales hubiera más sabios con arrugas y menos gurús lozanos, la política española no se hubiera bloqueado como lo ha hecho. No hubiéramos visto a un jefe del Gobierno guiñarle el ojo a quienes quieren romper España. Y no hubiéramos escuchado que quien aspira a sucederle le tilda de "okupa" e "ilegítimo". Cualquier político con dilatada experiencia habría advertido de lejos que estos errores solo traen desprestigio. Pero en el Congreso cada vez son menos los que creen que el parlamentarismo es mucho más que marketing, broncas públicas y tuits. Y eso era algo que contaban las arrugas de Rubalcaba. Aunque nadie le preguntaba. ana i. sánchez Las arrugas de rubalcaba EN PRIMER FILA una raya en el agua

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.