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ABC MADRID 30-12-2018 página 55
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 30 DE DICIEMBRE DE 2018 abc. es deportes DEPORTES 55 Francia, con grupos peligrosos Equipos como el Marsella o el PSG cuentan con algunos de los grupos ultras más peligrosos de Europa España, el año de la reaparición La muerte de Jimmy (2014) adormiló a los ultras, que en 2018 han provocado incidentes serios Rusia, los más temidos El modelo de los radicales rusos, extremadamente violentos, se impone entre los ultras europeos el sur: Bienvenidos a Italia se podía leer. Tres décadas después, el odio entre ambas hinchadas sigue siendo irreconciliable y va en aumento por la tensión que se generado desde los movimientos populistas de nuevo cuño. Esta mutación política en las tribunas es generalizada en toda Europa, también en España, país en el que el fenómeno ultra explotó en la década de los 80, época en la que varios fondos resultaban un lugar perfecto de Nunca se van a extinguir El mundo ultra ha ido radicalizando sus posiciones y los argumentos para buscar pelea cada fin de semana dejaron de ser hace años futbolísticos. La ideología se ha adueñado de las gradas ultras, aunque en los primeros años no era difícil que convivieran radicales ideológicamente opuestos. Los hooligans nunca se van a extinguir. Con el paso del tiempo sus rutinas se transforman y cambian de hábitos, pero siempre estarán ahí explica Phillip Winkler, experto en hinchadas violentas. Mutación en las gradas En sus primeros años, grupos ultras reunían a aficionados radicales ideológicamente opuestos Xenofobia y racismo Los incidentes se suceden en toda Europa, donde la violencia se ha trasladado fuera de los estadios convivencia. Jóvenes de izquierda y de derecha convivían porque lo importante era el apoyo a un equipo. En las gradas cabían todos y tampoco había exclusión por gustos musicales que tantas enemistades generaban en aquella época. Rockers, punkies, heavies y mods cantaban juntos el mismo himno, una unión ahora impensable especialmente por motivos ideológicos. Los Bukaneros, los ultras del Rayo Vallecano, llegaron a forzar, en febrero de 2017, la marcha del club del ucraniano Roman Zozulya debido a las presuntas vinculaciones del futbolista con grupos de ultradecha de su país. Durante años, jóvenes envalentanados por el alcohol y con problemas sociales sacaron a relucir su frustración mostrando su violencia en los campos exclusivamente por razones futbolísticas. Ahora, los enfrentamientos tie- nen un marcado componente ideológico que, en países como Italia, incluso ha sido fomentado y alentado por declaraciones de políticos populistas como Matteo Salvini, líder de la Liga Norte ya ahora ministro del Interior. El Vesubio se debe tragar a los napolitanos llegó a decir. Esta semana, un grupo de ultras del Inter, con la ayuda de radicales del Verona y del Niza francés, todos ellos de extrema derecha, atacaron con palos y cuchillos a varios de aficionados del Nápoles. En su huida, uno de los capos del Verano moría atropellado. En Inglaterra también comenzó a prender hace años la semilla del odio por motivos ideológicos y clubes como el Chelsea no dejan de tener problemas por conductas racistas y xenófobas por parte de algunos de sus hinchas. Un mal extendido por toda Europa. AFP Sin afición visitante Los hinchas del Inter no pudieron viajar ayer a Empoli (arriba) por los incidentes ante el Nápoles. Abajo, un líder ultra de la Juve EFE sos, el componente ideológico supera y va más allá del fútbol. Durante las últimas décadas, el mundo ultra se ha convertido en un complicado y raro entramado de organizaciones, relaciones, amistades, enemistades irreconciliables y hasta hermanamientos oficiales tanto a nivel nacional como internacional. Cada fin de semana es habitual que los ultras reserven un hueco privilegiado junto a su pancarta para que los grupos amigos pueden lucirla la suya. Viajes de cortesía en los que el alcohol abunda, pero que en ocasiones tienen peores intenciones. Cada vez es más habitual que los grupos que planean atacar o se citan con sus rivales se refuercen con violentos de equipos con los que están hermanados, como ocurrió el pasado miércoles en el InterNápoles. También en España En España también existen estas alianzas nacionales e internacionales, que casi siempre están definidas por el posicionamiento y la afinidad ideológica. Aunque apartados por Florentino Pérez del Real Madrid, los Ultras Sur mantienen una estrecha relación con los Irriducibili, los ultras del Lazio, y con miembros de Bad Gones, los radicales del Olympique de Lyon. El conjunto francés es el próximo rival del Barcelona en la Champions League y entre la Policía existe cierta preocupación por ese enfrentamiento. Los ABC Boixos Nois, expulsados del Camp Nou por Joan Laporta, han reaparecido con fuerza y en los últimos meses han protagonizado graves incidentes. Odio ideológico que en otras ocasiones provoca dramas como el que se vivió en la capital italiana, en mayo de 2014, antes de la final de la Copa que disputaron el Nápoles y la Fiorentina. Ciro Esposito, aficionado napolitano, era tiroteado y moría 53 días después de los disparos efectuados por Daniel de Santis, aficionado de la Roma fuertemente vinculado a la extrema derecha de esta ciudad. Aunque su equipo no se jugaba nada aquel día y su grupo no estaba hermanado con los ultras de la Fiore acabó con la vida del joven napolitano.

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