Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 04-12-2018 página 15
ABC MADRID 04-12-2018 página 15
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 04-12-2018 página 15

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página15
Más información

Descripción

ABC MARTES, 4 DE DICIEMBRE DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 15 EN PRIMERA FILA TRIBUNA ABIERTA DEL SUPREMACISMO POR JUAN JOSÉ R. CALAZA El papel de una minoría usurpadora ha sido, y es, nefasto para Cataluña siempre fue independentista. El separatismo, dominante actualmente en el catalanismo, es reciente en democracia pero la soberbia de creerse los mejores, al modo germánico, en Cataluña es de vieja raigambre en su burguesía al engallarse, mediados del siglo XIX, con la construcción de la línea férrea Barcelona- Mataró. Posteriormente, con la empopada económica del desarrollismo franquista y el aperturismo, las clases medias notoriamente ansiosas de empoderamiento político especialmente en la enseñanza, machihembrado endogámicamente se sintieron habilitadas a dar lecciones de democracia al resto de España, al modo británico, y, aupadas en el subidón de autoestima progresista, se otorgaron ciertos privilegios intangibles (rendirles admiración intelectual, al modo francés) O sea, se lo creyeron haciendo oídos sordos a las sutiles advertencias de genios desacomplejados como Boadella. El asunto adquirió las proporciones que hoy tiene porque los españoles ingenuamente dieron por buena la versión de la superioridad democrática de la élite nacionalista catalana: inteligente, pacífica, culta. Era de esperar, la progresiva ausencia técnica del Estado y la fatuidad ambiental (espoleada por la rivalidad con Madrid y el éxito de los eventos del ANA ISABEL SÁNCHEZ LLEGÓ LA HORA DE ABRIR LAS VENTANAS Quienes argumentan que Vox no tiene legitimidad para entrar en la Junta debieron haber recurrido su candidatura ante la Junta Electoral L resultado de las elecciones andaluzas va a brindar al centro- derecha una oportunidad de oro para testar su capacidad real de entendimiento en aras de un bien mayor. Los votos escrutados ofrecen la posibilidad histórica de desalojar al socialismo del Gobierno andaluz pero brindan también otra oportunidad única: la apertura de las ventanas de la Junta. Tras casi 40 años sin alternancia política en Andalucía ya es hora de aplicar nuevas políticas que aumenten el desarrollo de esta comunidad y reduzcan progresivamente su dependencia de autonomías más ricas. Pero no es suficiente. El nuevo gobierno debe realizar una auditoría exhaustiva de las finanzas andaluzas para comprobar si la trama de los ERE desvelada en su día por ABC fue la excepción o el paradigma de un modo de gobernar al que la falta de cambio político pudo dejar sin higiene. La pretensión de Ciudadanos de presidir la Junta de Andalucía pone en peligro esta necesaria apertura de ventanas, que fue promesa precisamente de Juan Marín durante la campaña electoral. El PSOE no puede entrar en la ecuación del nuevo gobierno como pretende Ciudadanos porque entonces tendría influencia para torpedear o retrasar cualquier intento de auditoría. Así pues, las elecciones andaluzas serán la prueba del algodón para la formación que preside Albert Rivera porque revelarán cuánto le importa la regeneración democrática que tanto defiende porque si incluye a los socialistas en el pacto estará anteponiendo sus ambiciones políticas a la persecución de la corrupción. El ensayo de la capacidad del centro- derecha para entenderse no puede, por tanto, orillar a Vox. La cercanía de los extremismos al poder nunca es positiva. Pero quienes argumentan que este partido no tiene legitimidad para entrar en la Junta por la radicalidad de su discurso deberían haber recurrido la admisión de su candidatura ante la Junta Electoral Central, antes de que se celebraran las elecciones andaluzas. Al no dar este paso, aceptaron que las ideas de Vox, gusten o no, tienen cabida en una democracia. A partir de aquí, los votos que reciba son tan legítimos como los de cualquier otro partido. Y sus derechos son iguales a los de cualquier formación con representación parlamentaria. Como Bildu, cuyos dos diputados en el Congreso cobran todos los meses su sueldo público a pesar de que hacen pellas de un gran número de sesiones plenarias porque no se consideran obligados a acudir. O exactamente igual que ERC y PDECat que promueven la independencia de Cataluña en contra de una Constitución que se comprometieron a acatar para poder acceder a su condición de diputados. Si se admite el extremismo por la izquierda, ¿cuál es el argumento para no admitir el extremismo por la derecha? Es más, si el discurso de Mariano Rajoy permitió la concepción de Vox, la extrema izquierda ha sido la responsable de su alumbramiento. L O han escrito antes que yo. El problema de Cataluña no es España: son sus minorías usurpadoras con vocación de poder y maneras de élites europeizadas avant la lettre. Elites políticas, culturales y económico- burguesas. Al menos parte de ellas: las que se han instalado en el corazón del poder. Desde allí amotinan y manipulan a la mitad de la población catalana empujándola al caos. Un ejemplo, entre docenas, podría ser cierta prensa, que manipula a sus lectores; otro, el profesorado (65 por ciento del cual es independentista) que viola y ahorma ideológicamente la virginidad política de niños y jóvenes. Son esas minorías usurpadoras de la realidad profunda, auténtica, las que han intentado inculcar históricamente el cainita sentimiento de supremacía en los catalanes más desprotegidos intelectualmente y más manipulables. En su novela The Human Stain (2000) Philip Roth denunció prejuicios, tópicos y lugares comunes sesgadamente interesados que debilitaban la democracia estadounidense. Casi veinte años después la profecía salta a la vista, aunque las idées reçues creencias sin fundamento avancen bajo falsas máscaras que los medios y la opinión pública dan por auténticas e incuestionables: Los derechos intrínsecos de las mujeres por ser mujeres, el orgullo del pueblo negro, la lealtad intracomunitaria de las minorías étnicas, la sensibilidad ética de los judíos El muy lúcido Roth era judío, obviamente. En España, un tópico que ha adquirido rango de ley concierne a la superioridad implícita asignada por los supremacistas a los catalanes así, en bloque: a los catalanes y, particularmente, a su sensibilidad democrática. Y toda vez que el secesionismo concelebra diariamente una institucionalizada misa negra de la confusión, en la que todos los catalanes ofician potencialmente de independentistas, conviene analizar rápidamente los fundamentos de tanto tópico. Porque, si bien se mira, los catalanes gozan (o gozaban) de cierta excepcionalidad asumida entre los españoles: más ahorradores, mejor formados, más demócratas que el resto. Dichos tópicos se asientan en un zócalo argumentalmente sólido. Los catalanes, qué duda cabe, son como todo el mundo y en ciertas cosas un poquito menos que otros españoles. Por ejemplo, el populismo golpista del que hace gala el Govern inimaginable en un país verdaderamente democrático no puede entenderse sin una base social estruendosamente manipulada mediante el victimismo. Otro contraejemplo: hay diez comunidades autónomas por encima de Cataluña en ahorro financiero por hogar. En fin, según el informe PISA (OCDE) ni en Ciencias ni en Matemáticas ni en comprensión lectora Cataluña figura en lugar destacado respecto a varias regiones españolas que la dominan contundentemente. A todo ello hay que añadir la maldición vudú que los supremacistas hacen correr a rienda suelta: las desgracias vienen de Madrid que los explota. Pero la buena gente de Madrid, que toreó en plazas más difíciles, ni se inmuta porque sabe que a este perro mundo hay que venir ya llorados. No obstante, el supremacismo en Cataluña no E Quim Torra EFE 92) propulsaron demencialmente el narcisismo catalanista que quedó y sigue huérfano de instinto autocrítico. Reconozcámosles habilidad diabólica para la propaganda quejumbrosa, ingeniería social y marketing político llevado al extremo hasta en la forma de vestir supremacista. A estas alturas no voy a detenerme ni un minuto a desmontar la larga nómina de falsedades que el supremacismo intenta hacernos tragar. Desde la historia a la economía y desde la raza a la cultura no queda resquicio en el que el catalanismo no haya metido la pezuña inquisitorial alumbrando mentiras, pero sobre todo patrañas. Ahora bien, hay mentiras tan sofisticadas intelectualmente el equilibrio general en economía, por ejemplo- que los propios urdidores acaban creyéndolas sinceramente; las patrañas la superioridad de las élites catalanistas, verbigracia solo las tragan los imbéciles. JUAN JOSÉ R. CALAZA ES ECONOMISTA Y MATEMÁTICO

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.