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ABC MADRID 25-11-2018 página 3
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ABC DOMINGO, 25 DE NOVIEMBRE DE 2018 abc. es opinion LA TERCERA 3 F U N DA D O E N 1 9 0 3 P O R D O N T O R C UAT O LU C A D E T E NA INDIGENISMO Y MEMORIA POR JUAN ESLAVA GALÁN Ahora el indigenismo, ese movimiento de moda en los países emergentes que no terminan de emerger, e incluso se van a pique lastrados por la incompetencia de sus dirigentes, acusa a Colón de haber iniciado el genocidio de los amerindios y lo toma como chivo expiatorio que carga con sus culpas y con las ajenas dores y se produjo después de la salida de los españoles. Como sabemos, el buenismo contrariado degenera en rencor. En 1818 Bernardo O Higgins, primer presidente o director supremo de la república de Chile, acogía en su Constitución a los indios como ciudadanos chilenos y libres como los demás habitantes del Estado cinco años más tarde, cuando dejó el poder, bastante hastiado de su ejercicio, declaró que las razas roja y blanca no pueden crecer y prosperar en el mismo territorio Se sobreentiende que una de las dos sobra, la menos preparada para la vida moderna como es fácil adivinar. ¿Qué ocurrió? Que las flamantes repúblicas nacidas de la disolución del imperio español consideraron que los indios eran una rémora y un freno para el progreso. La veda para la caza del indio se levantó en Paraguay, en 1815, cuando el presidente Rodríguez encomendó al ejército la labor de exterminar enteramente a los indios mbayás y guanás. Lo mismo ocurrió en el vecino Uruguay en 1831. Quejosos los ganaderos de los robos de caballos y vacas perpetrados por los indios churrúas, unos malvados que no conocen freno alguno que los contenga el general y presidente Fructuoso Ribera, se ocupó de reducirlos en las varias acepJAVIER CARBAJO ciones de la palabra. En México la llamada Guerra de Castas entre 1848 y 1901 redujo considerabletra los españoles, representado por una especie mente tanto a los indios mayas que habitaban la de Increíble Hulk de monstruosa musculatura en península de Yucatán como a los irreductibles actitud no se sabe bien si de saltar sobre los pa- apaches, lipanes, mescaleros del norte que haseantes o de hacer de cuerpo en una especie de bían sido clasificados como planta nociva cajón (compruébenlo en internet) En la inauguración del engendro, el presidenn el último tercio del siglo, Chile y Arte Maduro pronunció estas palabras: Desde esgentina emprendieron la épica empretas tierras que van desde Alaska hasta la Patagosa conocida como Conquista del Desiernia, fueron exterminados más de ochenta milloto y Conquista de la Tierra de Fuego, connes de seres humanos que vivían en paz, en tra los hombres selváticos de las tribus libertad. Lo menos que podría hacer España es mapuche, ranquel, pampa, y tehuelchelos. El prepedir perdón a los pueblos de América texto era castigar las frecuentes incursiones (maTípica reacción del indigenista americano que lones) en las que los indios robaban ganado y seen cuanto se topa con un español le reprocha el cuestraban mujeres y niños, pero el verdadero estrago que sus antepasados cometieron en Amé- motivo fue desocupar unas tierras cuya cesión rica. La clásica respuesta: Serían tus abuelos; no los respectivos gobiernos habían negociado con los míos que se quedaron en España no siem- grandes empresas agrícolas, ganaderas o minepre resulta satisfactoria cuando los sentimien- ras del extranjero. tos dominan sobre la razón o cuando el prejuicio Después de estas campañas, cuando el indio avasalla a la información. empezaba a escasear y no compensaba emplear Maduro acusa a España de haber practicado las tropas en su descaste, se confió su caza a peel genocidio en sus posesiones de América. Ge- queños grupos de profesionales que cobraban nocidio es una palabra exenta de matices. Signi- una libra esterlina por cada selknam muerto. fica llanamente la voluntad de eliminar a una raza No quisiera, con los datos expuestos, demoo comunidad, lo que los españoles nunca preten- nizar al indigenismo. Tiene sus lacras, de acuerdieron, entre otros motivos porque valoraban la do, pero también ofrece un confortable nicho de fuerza de trabajo del indio. empleo a los que viven de desenterrar difuntos. Si Maduro estuviera algo más informado sa- Alguna ventaja tendría que tener. bría que la única matanza sistemática de indios ocurrida en América la perpetraron sus libertaJUAN ESLAVA GALÁN ES ESCRITOR C OLÓN no fue famoso en su tiempo. Su empeño en abrir un camino más corto a las riquezas de oriente (oro y especias) lo llevo a descubrir, por pura casualidad, el continente americano, pero después cayó en desgracia y su nombre se diluyó en el tropel de exploradores y conquistadores que lo siguieron. La fama actual del descubridor se debe a los emigrantes italianos que en el siglo XIX y principios del XX arribaban a Estados Unidos huyendo de la miseria. Ellos lo encumbraron como su gran precursor para compensar la humillación de sentirse ciudadanos de segunda en la nueva patria que los acogía con menosprecio anglosajón (después de estabularlos para la obligatoria cuarentena en la isla de Ellis) La celebración del Cuarto Centenario en 1892 significó la apoteosis mundial de Colón. En América, en Italia y en España se le dedicaron plazas y avenidas y se le erigieron estatuas. Es evidente que engrandecieron a Colón por encima de sus méritos objetivos. El genovés había sido un individuo codicioso y fullero que aspiraba a escalar la pirámide social hasta situarse en la más alta nobleza (por eso ocultaba sus orígenes, humilde hijo de un tabernero y tejedor) y sobre todo anhelaba enriquecerse aunque fuera vendiendo como esclavos a los indígenas de las tierras descubiertas, a lo que la Reina Isabel se opuso. Aceptemos que Colón no fue ese tipo estupendo que nos han vendido, pero desde luego no fue un genocida. Hoy es de sobra sabido que lo que diezmó a los nativos americanos fue la viruela y otras enfermedades, desconocidas allá, de las que los europeos resultaron inadvertidos portadores. Ahora el indigenismo, ese movimiento de moda en los países emergentes que no terminan de emerger, e incluso se van a pique lastrados por la incompetencia de sus dirigentes, acusa a Colón de haber iniciado el genocidio de los amerindios y lo toma como chivo expiatorio que carga con sus culpas y con las ajenas. Un ejemplo enternecedor de la deriva indigenista nos lo brinda Venezuela, uno de los países más ricos del continente cuya empobrecida población emigra masivamente a los países limítrofes para escapar de la hambruna. El presidente Maduro hace un par de años defenestró la estatua de Colón que presidía un paseo en Bogotá para sustituirla por otra del cacique indio Guaicaipuro, campeón de la lucha con- E

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