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ABC MADRID 23-11-2018 página 14
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  • EdiciónABC, MADRID
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14 OPINIÓN VIDAS EJEMPLARES PUEBLA VIERNES, 23 DE NOVIEMBRE DE 2018 abc. es opinion ABC LUIS VENTOSO ENSAYO INDIGENTE Qué endeblez en las diatribas antimonárquicas de Iglesias A golpe de vista no parece que a los noruegos les vaya muy mal. Su PIB per cápita es el tercero del mundo y su Estado del bienestar resulta enormemente generoso. Además, en todos los rankings aparecen como uno de los países más seguros del mundo y de una enorme calidad democrática. Noruega, como saben, es una monarquía parlamentaria. Dinamarca, de altísimo nivel de vida y considerada la nación menos corrupta, resulta que es una monarquía parlamentaria. El Reino Unido, la democracia en funcionamiento más antigua del planeta, un país que ha impartido lecciones de deportividad y tolerancia, es una monarquía parlamentaria, con una respetadísima Reina de 92 años al frente, tan admirada que hasta arrasa en las series de Netflix. Japón ha sido durante décadas la tercera economía del mundo y un faro de modernidad e invención. Todos esos éxitos incontestables los logró tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, cuando aprobó una Constitución que instauró la monarquía parlamentaria. Suecia, célebre por su modelo escandinavo de bienestar, tan admirado, es una monarquía parlamentaria; como los Países Bajos, con una de las economías más competitivas y unas libertades tan amplias que causaban asombro. Pablo Manuel Iglesias Turrión es el jefe del partido comunista- populista Podemos. Tiene 40 años y cultiva una imagen de gran académico (en realidad no pasó de profesor interino) Iglesias es también un buen intérprete, que cursó estudios de locución y escena, y un eficaz sofista, capaz de hilvanar una arenga llamativa o de soltar una frase chisposa. Pero una cosa es hablar y otra argumentar por escrito. Un ensayo te retrata, expone tu altura argumentativa. Ayer publicó un artículo en El País abogando por la supresión de la monarquía en España y la instauración de una república. El ensayo sorprendía por su penuria intelectual. Su argumento contra la monarquía lo basa en el siguiente paralelismo: si un país con matrimonio gay es más democrático que uno que no lo permite, un país donde se elige votando al jefe del Estado tiene una democracia de más calidad. ¿Es así? ¿Goza de más calidad democrática Rusia, donde se elige al jefe del Estado, que el Reino Unido; o Polonia que Holanda? Iglesias afirma también que nuestra monarquía ha perdido el favor del público. Falso. Está mucho mejor valorada que la clase política y la nota de Felipe VI triplica a la del propio Iglesias (un severo suspenso) Acusa también al actual Rey de no haber estado en su sitio durante el golpe separatista de 2017. Falso. La verdad es exactamente la contraria. Felipe VI atendió al clamor del pueblo español, ofendido y humillado ante una vulneración impune de sus leyes. Por el contrario, Iglesias corteja felonamente a los independentistas, detestados en toda España. Concluye Iglesias señalando que la función histórica de la monarquía para la democracia española ha perdido sentido Falso también. Es más necesaria que nunca, pues salvaguarda nuestros derechos y libertades frente a la arremetida de populistas de alma totalitaria como Iglesias, que abiertamente abogan por superar léase destruir nuestra democracia actual. En resumen, el señor Iglesias no da una. MONTECASSINO HERMANN PACTO MIGRATORIO Y TRAMPA SADUCEA Merkel promueve el desarme de Occidente ante la inmigración E N Alemania se cuece una revuelta. En Francia ya está en marcha. Ambas contra las élites políticas y mediáticas que imponen medidas ideológicas con total desprecio hacia sus poblaciones. Como manuelacarmenas furiosas con su Madrid Central. Las revueltas civiles contra el castigo al diésel empezó en Francia, pero se extenderá. Es parte, con la protesta contra la inmigración ilegal y el desprecio a fronteras y soberanía, de una resistencia multifacética que avanza, coge fuerza y gana en convicción en toda Europa. En Alemania, Angela Merkel ya ha sido víctima de ella. Sus derrotas electorales la obligaron a anunciar el comienzo del fin de su liderazgo. Renunció a la reelección en la jefatura de la CDU. Es un paso irreversible de salida, aunque pretenda terminar la legislatura en la Cancillería. Creía su partido poder rebajar así la tensión. Pero en pleno debate sobre su sucesión, Merkel aún presenta un legado envenenado. Y despierta masiva resistencia. Se trata de la aprobación del Pacto Migratorio de las Naciones Unidas que, ahora se ha visto en el debate presupuestario en el Bundestag, es un nuevo y peligroso empeño personal de la canciller. El Plan Migratorio de la ONU es una trampa saducea que vacía de contenido las soberanías nacionales, cuestiona el derecho de defensa de las fronteras y por la vía de los hechos convierte la migración prácticamente en un derecho. Por eso lo han rechazado ya EE. UU. Austria, Hungría, Chequia, Polonia, Estonia, Israel y otros. Cada día se suma algún nuevo país. El documento globalista se deshace en buenas intenciones, legitima al final lo posible y lo imposible, lo legal y lo ilegal por llegar e instalarse allá donde se pretende. E inhabilita para evitarla a los Estados que no quieren tal inmigración. Son 34 páginas de prosa hipócrita de la ONU, pretenciosa, sentimental y tramposa. Legalmente no obliga a nada, políticamente condena a todo. Afirma que cada país tiene derecho a tener y aplicar su propia legislación sobre inmigración. Sirve para que Merkel y otros muchos promotores digan que el documento no es vinculante. Pero casi un centenar de puntos comienzan con un ominoso: (Los Estados firmantes) Se comprometen a... Merkel sellaría así en una particular apoteosis su obcecada apuesta por el multiculturalismo, al que abrió las puertas con su traumática decisión del 4 de septiembre de 2015, cuando se saltó las leyes y abrió las fronteras a todo inmigrante que quisiera llegar. Muchos aplaudieron y se embriagaron con el lema de la canciller Nosotros podemos (Wir schaffen das) que recordaba otras frases que simbolizan cumbres históricas desastrosas del idealismo alemán. Pero el daño a la sociedad alemana de aquella decisión ha sido infinito y irreparable. Más del 90 de los llegados no tenían derecho al asilo, pero se han quedado y ejercen una brutal presión sobre el gasto y los servicios. Las ciudades, los barrios y los pueblos han cambiado y con ellos el talante de la sociedad y el propio escenario político. Vuelve ahora ese buenismo globalista cuyo origen en Merkel se atribuye a su juventud en la RDA, con un padre pastor protestante. También a la educación que consideraba positiva la desaparición de la nación alemana. A la que se enseñó a temer y odiar después de la guerra. Porque se culpaba a la nación de ser causa del nacionalsocialismo. No al socialismo, claro. El Pacto Migratorio es ya la nueva clave política. Hay revuelta en la CDU. Y hay un partido a su derecha, la AfD, que recibe con este delirio globalista de un Pacto Migratorio ideológico, antioccidental e indeseable, otro inmenso regalo de Merkel.

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