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ABC MADRID 07-10-2018 página 5
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ABC MADRID 07-10-2018 página 5

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 7 DE OCTUBRE DE 2018 abc. es ENFOQUE 5 Pedro Sánchez, con el primer ministro portugués, António Costa, ayer en Lanzarote EFE El presidente que se esconde Ni en el plasma JUAN PABLO COLMENAREJO Desde que es presidente del Gobierno, elegido el pasado 1 de junio por los diputados de la coalición de rechazo a Rajoy, Pedro Sánchez ha aparecido formalmente una vez ante la prensa en el palacio de La Moncloa, además de en un par de ocasiones que se ha parado durante un momento ante la melé espontánea de micrófonos en los pasillos del Congreso y del Senado. En este último caso confirmó en su puesto a la ministra de Sanidad que cinco horas después dimitía por el plagio, el perpetrado por ella, claro. Ni siquiera se le ha visto por el plasma que tanto criticó a su predecesor en el cargo. El presidente ha optado por el silencio que solo rompe poniendo algún tuit en la red, método que es muy utilizado por el presidente de los Estados Unidos para evitar a los medios de información que tanto detesta. Mientras el Gobierno se tambaleaba al descubrirse la verdadera relación de la ministra de Justicia con el lado oscuro del Estado y que el ministro de Ciencia se pagaba a sí mismo el alquiler de la vivienda sin dejar rastro en la constelación de Hacienda, Sánchez despachaba los asuntos desde Nueva York con tal desdén, displicencia y distancia que ni el propio Rajoy en sus momentos de mayor silencio pudo permitirse. A su regreso a España ha optado por desaparecer en acto de servicio evitando más fotos de familia del Gobierno porque una dimisión más y se le acaba el carrete al fotógrafo de La Moncloa. Pero no sólo eso, el silencio del presidente en la semana del aniversario del referéndum ilegal en Cataluña es algo más que una táctica para evitar el roce con las preguntas incómodas. Al fondo hay una estrategia de aguante como sea, Sánchez sobrevivió de esta forma en el PSOE, y de apaciguamiento ante el independentismo del que depende para seguir en el puesto. No hay más que recordar lo que se dijo de Rajoy cuando salía a templar gaitas, en vez de aplicar el 155 cuando el Parlamento de Cataluña aprobó el final de la autonomía y la Constitución, para calibrar la presión mediática en uno y otro caso. La comparación no se sostiene porque Sánchez tiene la bula que Rajoy nunca disfrutó. Ni atril en La Moncloa sin preguntas ni plasma con la prensa en otra sala. Nada de nada. Y eso que la isla de Lanzarote es un lugar propicio para dejar un par de mensajes de sosiego a la opinión pública tras una semana de tensión y violencia en Cataluña. En vísperas de que comience el baile electoral, si es que Susana Díaz el próximo martes convoca elecciones en Andalucía para diciembre, Sánchez pasa las hojas del calendario olvidando de dónde no viene. Al no haber ganado las elecciones generales, cualquier observador dentro o fuera de España le quita el mínimo común de posibilidades a la hora de resolver los problemas, salvo el propio de seguir en el cargo hasta que ya no haya más remedio o llegue el aviso de Tezanos desde el CIS, que cada uno tiene su misión en la vida. ESPAÑA

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