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ABC MADRID 30-09-2018 página 17
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  • EdiciónABC, MADRID
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ABC DOMINGO, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2018 abc. es opinion OPINIÓN 17 MONTECASSINO ALGO TRAE EL POTOMAC ÁLVARO VARGAS LLOSA BILL COSBY, EL OTRO Gracias a su celebridad, Cosby era el negro que podría decir a otros negros lo que a ningún blanco le estaba permitido S U naturaleza de depredador sexual, castigada tardíamente con una pena de cárcel de hasta diez años, relegará al olvido la función cultural del mejor Bill Cosby. Es una tragedia para la comunidad afroamericana, para el mestizaje cultural y para la superación del drama que se inició con los primeros esclavos en Estados Unidos. Gracias a su celebridad, Cosby era el negro que podría decir a otros negros lo que a ningún blanco le estaba permitido. Atacó el victimismo de la comunidad afroamericana, vituperando a esos padres a los que importaba un comino educar a sus hijos, esas madres que se embarazaban con el cuento de que cada criatura llega con su pan bajo el brazo y eran abandonadas por esas parejas con la piel escamada de tanto tatuaje, esos jóvenes que exhibían pistola antes de llevar vello púbico. Cosby es el tipo que en 2004, al cumplirse cincuenta años de la decisión de la Corte Suprema de Justicia contra la segregación racial en las escuelas, dio un explosivo discurso en el que dijo que aquel hito ya no era el problema de los blancos, sino de esas comunidades negras donde hay un cincuenta por ciento de deserción escolar y donde los padres lloran cuando ven a sus hijos con uniforme de presidiario sin preguntarse qué responsabilidad tienen en ese fracaso, y atizó a esos jugadores de baloncesto multimillonarios incapaces de escribir un párrafo Él, que era doctor en educación, predicó con el ejemplo que la superación individual y las oportunidades Bill Cosby vendrían no del victimismo, sino del esfuerzo y la responsabilidad personal. Había roto al estilo de Sidney Poitier las barreras raciales de Hollywood, había instalado a través de la comedia de situaciones que le dio fama universal The Bill Cosby Show la idea de que una familia negra podía acceder y ser aceptada en la clase media del mainstream americano, y había derrotado a incontables blancos en la carrera del sueño americano. No era republicano, sino demócrata: destinó a ese partido donaciones de campaña durante años. Naturalmente, entre los voceros más demagógicos de la comunidad afroamericana Cosby era un traidor por lanzar anatemas contra el victimismo de quienes no querían reconocer que muchos afroamericanos habían desperdiciado el legado del movimiento de los derechos civiles. Algunos lo llamaban Tío Tom en alusión al personaje servil de la novela de Harriet Beecher Stowe; otros decían que se había vendido a los blancos. Y, sin embargo, sus mejores esfuerzos y su filantropía los dirigió al progreso de los afroamericanos. En autobuses, parques, bares y hasta en cárceles, pero también en oficinas y hogares de clase media o alta, miles de afroamericanos debaten desde hace años las lacerantes verdades de Cosby. Hizo más que ningún académico sesudo o político insensible por contrarrestar la peor cara del multiculturalismo, que utiliza, en nombre de la igualdad de todos los valores, la ingeniería social colectivista de orientación étnica para discriminar desde el Estado. El mensaje de Cosby era la negación el posmodernismo con su deconstructivismo y sus relativismos, que pusieron de moda odiar los valores liberales de Occidente y erosionarlos en nombre de una hipócrita protección de las minorías. Bill Cosby, sin oscurantismos académicos, enseñaba que el verdadero multiculturalismo es la igualdad ante la ley y que, una vez que ella existe, depende de nuestros actos darle contenido y estirar sus fronteras. Qué decepcionante, qué terrible, que este hombre tan útil a los suyos y que ya duerme entre rejas fuera capaz de drogar y acosar a decenas mujeres, en algunos casos de violarlas, arruinando las vidas de sus víctimas y, ahora, su importante legado. HERMANN LO PEOR Hacia el enfrentamiento civil, no solo en Cataluña P desgracia llegue al poder. Acaso ya hemos olvidado las denuncias de Hermann contra el Gobierno de Mariano Rajoy, o las de Isabel San Sebastián e Ignacio Camacho, diciéndonos que Rajoy solo se había preocupado de la economía, y que ya era tiempo de hacer política, porque la economía estaba solucionada y que ya no era una preocupación de los españoles... Pues ya vemos dónde va la economía, de la que no era necesario hablar se negó a matar un toro en la plaza de Las Ventas. No fue en el mes de julio de 1987, ni con un cartel en el que figuraban Antoñete y Rafael de Paula. Ocurrió el 25 de mayo de 1967, y con Curro actuaron Rafael Ortega y Sánchez Bejerano rezaba aquella carta. Ahora es LUIS CRIADO quien tira de hemeroteca y, con las páginas de ABC en sus manos, confirma la versión de Ruiz- Quintano. Curro Romero y Rafael de Paula se dejaron dos toros vivos en la tarde del ocaso de los dioses titulaba a toda página ABC el 13 de julio de 1987, en una crónica firmada por nuestro recordado José Luis Suárez Guanes señala nuestro lector, que reconoce la afición y el conocimiento de Ruiz- Quintano en cuestiones taurinas, de las que, como en tantas otras materias, es una autoridad Otra vuelta al ruedo La pasada semana, la carta de un lector vino a corregir a Ignacio Ruiz- Quintano, quien, según su versión, se equivocó en una columna al fechar en 1987 la corrida en la que Curro Romero Pueden dirigir sus cartas y preguntas al Director por correo: C Juan Ignacio Luca de Tena 7. 28027 Madrid, por fax: 91 320 33 56 o por correo electrónico: cartas abc. es. ABC se reserva el derecho de extractar o reducir los textos de las cartas cuyas dimensiones sobrepasen el espacio destinado a ellas. Curro Romero EDRO Sánchez ha vuelto ya de ese viaje que se montó para conocer mundo con su mujer. Que nunca se sabe lo que va a durar esto. Volvió porque no tuvo la ocurrencia de irse con doña Begoña a un concierto de Beyoncé en Japón. Ya que estamos aquí al lado No habría sido razón de menos peso que la que le llevó, tras la visita blandita a Justin Trudeau y su torpe letanía ante la Asamblea General de la ONU, a un largo salto hasta California con la agenda propia de un secretario de Estado belga. Con viajes tan relajados, parecería que, en el país cuyo Gobierno preside, la vida política languideciera dulcemente como en una amable Suiza. Y no es así. Porque en España arrecian las voces que dicen que Sánchez no puede gobernar en estas circunstancias. Que tiene que convocar elecciones generales de inmediato. Porque hay retos a la nación que no puede asumir. No entenderlo tendría consecuencias lamentables en lo político y económico pero trágicas en lo humano. Sánchez ya habrá visto las imágenes de separatistas convertidos en un brutal somatén urbano que acosa y agrede por las calles a policías y guardias civiles desarmados que defendían sus derechos laborales. Cuando intervinieron finalmente los Mozos la tragedia parecía ya inminente. Sánchez debe irse ya. Las razones no son menores. Su Gobierno arde por los cuatro costados. Con una ministra que hace méritos en lenguaje de la mafia y elogia delitos para mayor gloria del chantaje. Con un ministro en la luna que hace todo lo que Sánchez dijo que jamás toleraría. Con una vicepresidenta sumida en delirios totalitarios chavistas tal como su portavoz y ministra de Educación, que pretende que la mejor forma de defender la democracia es acabar con la crítica a este Gobierno. Lo peor no es que su gobierno se descomponga por falta de toda calidad y virtud salvo la perseverancia. Ni siquiera es lo peor que ya emule a sus aliados comunistas, separatistas y golpistas y no tenga escrúpulo en tratar a todo discrepante como enemigo. Lo peor es que en España hemos llegado a las manos. Quienes hace más de una década avisamos de que íbamos hacia ello fuimos el hazmerreír de muchos. La culpa no es de Sánchez. No de forma principal. A sus dos últimos antecesores en el cargo les perseguirá siempre la culpa histórica de que España esté al borde del derramamiento de sangre entre españoles. En la transición se hicieron milagros por evitar llegar a esto. Se logró y lo aplaudió el mundo. Pero Zapatero impuso la revancha en toda la izquierda y Rajoy no la impidió. Y ahora estamos donde no queríamos. Cataluña se desliza hacia el enfrentamiento civil violento. Es una dictadura irredenta ya que aplasta a los españoles que exigen sus derechos y libertad. La supuesta paz solo se basa en el sometimiento y el silencio de la mayoría. Y eso se ha acabado. Pronto podemos tener las primeras esquelas. Sin un urgente restablecimiento de la ley en toda España, se masca la tragedia.

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